Arte

Islas Atlánticas de Galicia (I): Islas Cíes

14/10/2018 Autor: Jose Arcas

Situación

Pontevedra

En la entrada de la ría de Vigo emergen, como colosos vigilantes, tres enormes formaciones rocosas de crestas pulidas por fuertes vientos de temporales que entran desde el Atlántico.

Estas tres islas albergaron antaño importantes colonias de aves marinas, destacando las de la Gaviota patiamarilla (Larus michahellis), Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) y el ya extinto Arao (Uria aalge). A pesar de los descensos poblacionales tanto gaviotas como cormoranes, siguen siendo abundantes en las islas, uniéndose a ellas de forma más reciente la Pardela cenicienta (Calonectris diomedea) y el Paíño europeo (Hydrobates pelagicus).

El marcado carácter insular y oceánico de estas islas las llenan de un atractivo especial ya que aparte de la numerosa y variada fauna y flora que podemos encontrarnos, hay infinitos paisajes para llenar nuestros cuadernos de campo.

En esta primera parte nos centraremos en las Islas Cíes. Ons, Sálvora y Cortegada quedan para otra ocasión.

 

Cuando nos dirigimos a este increíble paraje natural, el único parque nacional gallego y que además es marítimo-terrestre, implica que nuestra visita (con autorización previa), que debemos reservarla con antelación en cualquiera de las compañías navieras que cubren el servicio de transporte entre tierra firme y las islas, empieza en el propio barco. Nuestra mente ya debe ir preparada para encontrarnos con la naturaleza más salvaje, puesto que en tres minutos, que es lo que tarda el barco en salir de la dársena, estamos en plena ría, compartiendo hábitat con gaviotas patiamarillas, cabecinegras (Ichthyaetus melanocephalus), reidoras (Chroicocephalus ridibundus), que aquí llaman “choronas” (lloronas en castellano), cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) y moñudos (P. aristotelis), charranes patinegros (Thalasseus sandvicensis), Pardelas cenicientas (Calonectris diomedea) y con un poco de suerte, algún grupo de delfines mulares (Tursiops truncatus).

No debemos perder la oportunidad de tratar de captar con nuestra cámara de fotos alguna de estas especies ya que retratarlas a velocidad de estos barcos de pasaje es bastante complicado. Yo siempre llevo una cámara conmigo para hacer fotos de lo que pinto o de lo que más tarde puedo pintar, independientemente de que tome apuntes o dibuje. Lo importante es llevarse la tarjeta de memoria llena de momentos que a lo mejor utilizaremos en el futuro.

En la travesía que va desde Vigo (si es en este puerto donde embarcamos, ya que salen barcos a Cíes desde varios puntos de la costa como Bayona, Cangas, Moaña…) iremos por el canal central de tráfico marítimo, que tiene forma de “Y” ya que hay un punto en el que se divide en dos, de modo que uno sigue hacia el sur (Bayona, Cabo Silleiro…) y otro emboca hacia el norte (Cabo Home).

Normalmente, la cosa se pone interesante a partir de ese punto en el que el barco pone proa al norte, aunque ya sabéis que en esto de la naturaleza nada es exacto y que las aves y los mamíferos marinos pueden aparecer en cualquier punto, en cualquier momento. Muchas de las veces que he ido a Cíes -y hablo de la mejor época, que para mí es después del verano-, la mayoría de las pardelas y alcatraces (Morus bassanus) se localizan en este último tramo.

Lo malo de depender de una línea de barcos de una naviera es que los horarios que ofrecen para llevarte a las islas no son nada ornitológicos ya que suelen salir, en mi opinión, bastante tarde. A eso hay que sumarle los tres cuartos de hora largos que tardan en llegar a la isla, con lo que te plantas allí, como muy temprano a las 11 de la mañana. Una opción es coger el último barco de la tarde y pernoctar en el camping (no hay más oferta de alojamiento en Cíes). Esta es la única forma de amanecer en las islas y disfrutar plenamente de la fauna de Cíes, a no ser que nos podamos hacer con alguna embarcación privada para acercarnos a ellas temprano.

Los momentos para capturar buenas tomas con la cámara, o tomar apuntes los pintores más hábiles, llegan cuando pasamos cerca de Cabo Home, el punto de tierra firme más cercano a la isla norte de Cíes, también llamada de Monteagudo. Pasado este faro, el de Cabo Home, la costa se aleja hacia el infinito, a lo largo de la llamada Costa da Vela.

alt="cabo home"
Faro de cabo Home y detrás la Costa da Vela

Este punto es de los mejores para observar aves marinas, especialmente a finales de verano hasta octubre. Aquí son frecuentes los alcatraces, que podemos ver lanzándose desde gran altura y entrar en el mar como flechas, para capturar algún que otro pez.

Podemos observar, especialmente al atardecer o si tenemos la suerte de ser el primer barco de línea que pasa por ahí, algún grupo de pardelas cenicientas descansando sobre el mar en grupos bastante numerosos y en época de paso migratorio también otras especies de pardelas como la balear (Puffinus mauretanicus), la pichoneta (Puffinus puffinus) o la sombría (Puffinus griseus).

Alcatraz adulto sobrevolando la superficie del mar.

Tampoco es raro encontrarnos con algún págalo, especialmente el Págalo grande (Stercorarius skua) persiguiendo a alguna gaviota, hostigándola hasta que suelte su comida.

Minutos más tarde, después de pasar el cabo llegamos al puerto de Rodas, donde atracan todos los barcos de líneas regulares.

En el mismo muelle, a mano derecha, hay una pequeña playa que sólo queda al descubierto con la bajamar, donde descansan multitud de gaviotas. Si somos algo más cómodos, incluso podemos pintarlas desde el restaurante que está allí mismo, en el muelle, pero eso ya queda al gusto de cada uno.

Al final del muelle hay una pasarela de madera, a la izquierda, que nos conduce hasta una caseta de información, justo en frente hay un plano de las islas. Para mí, como artista de naturaleza el tramo que más me gusta es sin duda alguna el que empieza en la caseta de información y sigue hacia el sur, hacia el lago dos Nenos. Es la ruta que en los mapas del parque aparece como ruta número 2.

Esta ruta tiene una longitud total de 2,5 km con lo que en 50 minutos la podéis hacer sin problema, eso si sólo vais a caminar. En esa ruta los puntos más interesantes son: Lago dos nenos, lagoon que se llena y vacía con la entrada y salida de agua del mar a través del puente de cemento que comunica ambas islas, la del norte o Monteagudo y la isla del Medio o del Faro, Playa de Nosa Señora, que se encuentra un poco después del camping, justo en frente el Islote dos Viños, donde cada mañana decenas de cormoranes moñudos se secan al sol, el muelle de Carracido y el faro da Porta.

Cada uno de estos puntos tiene su atractivo para el artista, por ejemplo, el Lago dos nenos nos ofrece una panorámica espectacular de esta formación costera que es el lagoon, donde vienen a alimentarse garzas reales (Ardea cinerea) y garcetas comunes (Egretta garzetta), podemos pintarlas a placer. Entre el lagoon y el mar, hacia la ría de Vigo, tenemos la playa de Rodas, donde descansan numerosos ejemplares de gaviotas patiamarillas y alguna que otra gaviota sombría (Larus fuscus) y, con suerte algún Gavión (Larus marinus), es buen lugar para sentarnos a pintarlas.

Lago dos Nenos (izquierda) y acuario natural (derecha).

A los que les gusten los peces, podéis deteneros un buen rato en el puente que une ambas islas. En este punto se forma durante la bajamar, una especie de acuario natural impresionante donde podéis observar preciosos ejemplares de peces de roca (Gobios), mújeles (Mugil cephalus), pez aguja (Belone belone) y con suerte, algún Pulpo (Octopus vulgaris).

Pasado ya el camping, nos encontramos con otro punto estratégico para pintar, se trata del Islote dos Viños, un lugar de descanso de decenas de cormoranes moñudos y gaviotas. Desde la misma playa de Nosa Señora tenemos una visual perfecta del islote y, por supuesto, de las aves. Imprescindible telescopio!

Islote dos Viños, donde descansan decenas de cormoranes

Dejando la playa de Nuestra Señora atrás, volvemos al cruce de caminos donde podemos elegir entre subir al faro de Cíes o seguir hacia el sur, hacia el muelle de Carracido y después al Faro da Porta.

Personalmente, esta ruta, la que el parque llama Ruta 2 o verde, es la mejor para pintar y lo es por varias razones: se trata de un recorrido corto, sin apenas subidas, casi llano; al atravesar diferentes ambientes, las comunidades de aves también van cambiando aumentando así nuestras oportunidades para pintar.

Así, pasamos de ambiente dunar al pinar, al intermareal, a la costa rocosa, al acantilado y también al monte bajo, como digo, en apenas dos kilómetros de recorrido.

Volviendo al punto donde estábamos, en el camino que se dirige al Faro da Porta, pasamos por un pequeño muelle de atraque, el muelle de Carracido, que normalmente utiliza el personal del parque para traer material de tierra firme a  la isla y viceversa.

Muelle de carracido, que apunta hacia el sureste.

Es un muelle donde no suele ir la gente y eso lo hace más atractivo todavía. Está orientado al sureste, por lo que por la mañana temprano la luz del amanecer nos da por la izquierda ya que nuestro telescopio lo dirigimos hacia el sur. En esa dirección, hay un tramo de costa rocosa en la que cormoranes, gaviotas, alguna garza y algunas limícolas, sobre todo andarríos chicos (Actitis hypoleucos) y vuelvepiedras (Arenaria interpres), nos deleitarán un buen rato (yo suelo estar allí toda la mañana).

Gaviota patiamarilla en el muelle de Carracido.

A ambos lados de este muelle hay aves para dibujar, es más, en la parte de la izquierda del muelle (si vemos hacia el mar) siempre hay un grupo nutrido de gaviotas acicalándose y bañándose, con un color de agua como sólo encontraremos en Cíes.

Mirando al sur desde el muelle de Carracido
Muelle de Carracido

Ya de camino hacia el Faro da Porta, vemos cómo el paisaje cambia un poco, de hecho hay un buen tramo que discurre entre tojos (Ulex sp.) entre los que asoman rocas graníticas que las gaviotas patiamarillas utilizan para instalar sus nidos en época reproductora.

Apuntes a lápiz de Gaviota patiamarilla juvenil.

Entre estos matorrales se pueden ver y escuchar especies típicas como la Tarabilla Común (Saxicola torquatus), la Curruca rabilarga (Sylvia undata), el Acentor (Prunella modularis) o la Curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala).

Una vez en el faro, podemos dibujar y disfrutar de las impresionantes vistas que nos brinda este lugar, tenemos las escarpadas laderas de la isla sur o de San Martiño. En estos cantiles vienen a reproducirse los paíños europeos (Hydrobates pelagicus) y la Pardela cenicienta.

Por cierto, el faro es un bonito motivo para pintar!

El entorno del Faro da Porta.

Deshaciendo el camino, es decir, hacia la playa de Nuestra señora, llegamos de nuevo al cruce que  nos lleva al faro de Cíes. Esta es una ruta interesante por dos motivos principales: el primero de ellos es que en época de cría de las gaviotas, entre abril y julio, tendremos muchas oportunidades de retratar gaviotas adultas haciendo el cortejo nupcial, con muchos “displays” y posturas espectaculares de cortejo.

También, si está avanzada la temporada de cría, podemos pintar a gusto cientos de pollos que se reparten por todo el trayecto hasta llegar al faro, de hecho, en algunos puntos de la senda los nidos están situados en el propio camino y debemos tener cuidado de no acercarnos demasiado, más que nada para evitarles molestias innecesarias a las ya estresadas aves.

Adulto de gaviota patiamarilla con su pollo.

Aunque las islas Cíes son un lugar para pintar principalmente paisajes y aves, no debemos dejar de lado que hay un buen número de especies de insectosanfibios y reptiles que también nos pueden hacer pasar un buen rato.

Vanessa atalanta, en Cíes.

Para los que os guste caminar, el parque ofrece dos rutas más, la que sube al Alto do Príncipe (ruta 3 o azul) y la ruta del faro do Peito (ruta 4 o roja). Estas dos rutas, la primera más corta pero más empinada y la segunda más llana pero también más larga, ofrecen el atractivo de las vistas. Así, desde el Alto do Príncipe podemos ver las islas desde una perspectiva impresionante ya que desde ahí se domina toda la Isla del Faro desde la cara norte, con los imponentes acantilados y el mar abierto.

El faro do Peito nos ofrece la vista de Cabo Home y más allá la costa da Vela, justo en frente y constituye el punto más cercano de Cíes a tierra firme. En este punto suelen descansar cormoranes y con suerte podemos observar en la época apropiada, paso de pardelas y alcatraces entre Cíes y el cabo. Si preferís estar más cómodos, justo encima del faro, ladera arriba, hay un observatorio de aves.

Faro do Peito

Jose Arcas es el autor de la obra: Cuaderno de Campo de las Islas Cíes, editada por Catroventos

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