Espacios Naturales

Saja-Besaya

11/09/2019 Autor: Alfonso Polvorinos
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Situación

Cantabria

Accesos

El acceso natural a este espacio protegido es la CA-280 que atraviesa el parque por su mitad. La entrada por el norte es desde Cabezón de la Sal y por el sur Reinosa.

La CA-281 es una carretera que recorre en paralelo el límite occidental del parque natural mientras que por el este es la A-67 la que marca el acceso.

Highlights

Hayedos, robledales y acebedas. También la Berrea del Ciervo.

Cuando

El otoño es la mejor época por el colorido de sus diferentes bosques caducifolios y en la segunda quincena de septiembre hasta primeros de octubre para ver y oir la berrea del ciervo.

Consejos

Puedes hacer las salidas de campo para la berrea con Natureda Cantabria (Red Cántabra de Desarrollo Rural), empresa que realiza las visitas guiadas en las zonas de Liébana, Saja-Nansa y Alto Campoo.

El parque natural Saja-Besaya, con sus 245 kilómetros cuadrados, es el mayor parque natural de Cantabria. Solo evocarlo me vienen a la mente muchas cosas cuando pienso en sus atractivos naturales. Desde luego hayedos y robledales, osos y urogallos, o la berrea del ciervo. Los bosques de haya y de roble copan el protagonismo botánico del parque, por importancia y por extensión. Pero también los bosques de acebo que, de gran porte, forma aquí bosques monoespecíficos.

 

Acompáñame en este recorrido de norte a sur por este vasto parque natural cántabro que ocupa buena parte del suroeste de la provincia.

Valles de la zona suroccidental del parque.

Este espacio natural toma su nombre de las cuencas hidrográficas que lo recorren, la de Saja y la de Besaya. Mucha naturaleza y solo hueco para una única población en el interior del parque: el por otra parte precioso pueblo de Bárcena Mayor (Conjunto histórico).

 

Su naturaleza está marcada por la existencia de profundo valles labrados por ambas cuencas hidrográficas, con una gran diferencia altitudinal que oscila entre los 200 metros sobre el nivel y los más de 2.000 aumentando progresivamente este gradiente de cotas de norte a sur. Y a medida que ascendemos va cambiando la especie protagonista de los magníficos bosques que caracterizan a esta área protegida. Robles en las zonas bajas y septentrionales, hayas en las partes altas, y más arriba abedules, acebos y serbales. Diferentes bosques que os propongo ir conociendo a través del recorrido de este reportaje.

Recorrer el parque es un deleite para los sentidos.

La entrada septentrional al parque se realiza desde Cabezón de la Sal por la CA-280. Enseguida se llega a Ucieda, aún en la puerta del parque pero cuyos montes se encuentran ya dentro de los límites. Y ahí es donde nos encontramos con el primer atractivo.

Parque Natural Saja-Besaya.
Robles centenarios en la Campa de Ucieda.

Otoño en los Montes de Ucieda

 

A estas alturas de año a uno el cuerpo le pide otoño y una recomendación para disfrutar de los bosques que tapizan estos montes es la conocida como Ruta de los Puentes. El punto de inicio invita a quedarse en la zona y dejar para otro día la ruta, pues pocos lugares son tan sugerentes durante el periodo otoñal como la Campa de Ucieda a orillas del Bayones. Río, bosques de robles, de castaños, hayas…. ¿no quería color? Pues aquí tenía todo el cromatismo de la flora autóctona en un palmo de terreno.

Inicio Ruta de los Puentes.

La Campa de Ucieda, en las afueras de este tranquilo pueblo cántabro, es el escenario de partida y final para dos senderos de pequeño recorrido circulares que se adentran en estas bellas montañas de la cordillera cantábrica. Uno es el PRS.112, más conocido como la Ruta de Hayacorva; el otro es el PRS.111 y todo el mundo lo conoce como la Ruta de los Puentes. Ambos remontan las laderas occidentales de los montes de Ucieda para sumergirse en la frondosidad del bosque (y abrirse paso por los prados en otros tramos) a lo largo de 13 kilómetros el primero y 15 el segundo. Son dos rutas sencillas, con algo de desnivel (unos 300 m.) y repletas de momentos gratificantes. De hecho estoy escribiendo este reportaje y me parece escuchar el discurrir del río Bayones, oler la humedad de los musgos y líquenes que crecen por doquier en el bosque, oír mis pisadas entre la hojarasca, disfrutar de esos momentos inolvidables que depara siempre la estancia en alguno de los alojamientos rurales de la zona… ¡qué duro es a veces volver a casa!

El parque natural es un destino idóneo para el otoño.

Una casona como centro de interpretación

Un poco más al sur por la misma carretera, junto al eje vertebral de la carretera CA-280, al poco de sobrepasar el pueblo de Nansa en sentido de subida hacia el Alto de Palombera, se encuentra a la derecha una casona solariega perfectamente acondicionada. Ubicada además en un punto de privilegiada panorámica sobre la cabecera del valle.

Centro de interpretación Saja-Besaya.

El Centro de Interpretación del Parque Natural Saja-Besaya alberga maquetas, dioramas, fotografías, mapas e información escrita de todos los aspectos del parque, desde su pasado hasta los usos ganaderos (con el protagonismo de la vaca tudanca), paisajes, y por supuesto la flora y la fauna, con detalladas explicaciones de sus dos tipos principales de bosques (hayedos y robledales) y los siempre queridos y esquivos osos o urogallos, entre otras especies. También cuenta con un apartado dedicado a la fauna con gran acierto y con la muestra de rastros y huellas de los principales moradores del parque natural.

 

En el exterior (aunque visible desde dentro gracias a una simpática ventana) aguarda alguna que otra sorpresa con alas, como son algunos comederos para pequeños pájaros. Un buen lugar para echar un rato provechoso.

Bosques de Saja desde el centro de interpretación.

Hayedos de Saja-Besaya

El otoño es especialmente agradecido con estas montañas. Es tiempo de bosques caducifolios, marcescentes, coloridos en definitiva. Especial debilidad siento por los hayedos; me parecen sin duda mágicos. Los hayedos con sol son espectaculares para realzar las diferentes tonalidades de las hojas. Del verde al marrón pasando por el amarillo, el naranja y el rojo; pero es de esos bosques que con niebla incluso ganan. Ganan en encanto, en magia, en ambiente…

Hayedo en otoño.
La niebla es el ambiente idóneo para el crecimiento de las hayas.

Los hayedos crecen en el tercio norte peninsular, a lo largo y ancho de las umbrías de la cordillera Cantábrica y Pirineos fundamentalmente, si bien presentan bosques en otras zonas más meridionales (Sistema Central, etc.) e incluso manchas de hayas la vertiente septentrional de lugares como la Sierra de Ayllón o Somosierra. También hay un ejemplar aislado en Cuenca siendo el haya, en singular, más meridional de la Península Ibérica.

 

Y un hayedo cántabro excepcional, el hayedo por excelencia en la comunidad autónoma, es el de Saja-Besaya. Uno de los más bellos de España. Para recorrerlo existen diferentes rutas senderistas (os recomiendo la que desde La Jaya Cruzá recorre el valle del arroyo del Diablo) pero ya desde la propia carretera se puede uno inmiscuir en el ambiente de las fagáceas. Encontraréis las primeras hayas a partir del pueblo de Saja. Precisamente a la salida de esta aldea cántabra se encuentra el Centro de Interpretación del Parque Natural Saja-Besaya. Un poco más adelante la carretera pasa también junto a la catarata formada por varias cascadas llamada Pozo del Amo. Se trata de la carretera CA-280 y atraviesa el parque entre Saja y el puerto de Palombera, cerca ya de Reinosa.

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Pozo del Amo.

Las últimas hayas de la cuenca del río Cambillas crecen cerca del balcón de la Cardosa, un fantástico mirador sobre el valle. En la cuenca del valle vecino regado por el río Queriendo, cerca del puerto de Palombera encontraréis más muestras de hayas (fantástica por cierto la pista forestal que recorre este valle desde Ozcaba hasta Bárcena Mayor).

Hayedo.
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Mirador Balcón de la Cardosa

Acebedas

En el parque natural existen magníficas representaciones de bosques de acebo. Las mejores acebedas se encuentran en las brañas de Bucierca, Bustandran y Palombera. Continuando valle arriba por la carretera que ya nos es familiar en la visita al parque, una vez dejamos a la izquierda de subida el mirador del Balcón de la Cardosa entramos de lleno en la acebeda hasta la zona de Ozcaba.

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Acebo hembra.

Tiene las condiciones idóneas para el crecimiento del acebo, suelo ácido y orientación norte de umbría que confiere la humedad que necesita. Crecen con su característico porte de arbusto piramidal pero también como árboles que llegan a los 5-7 metros. Esta acebeda es la de Palombera y cuenta con el acceso más sencillo (los acebos crecen a ambos lados de la carretera). Los podréis ver con la drupa en su máximo esplendor cromático desde ahora hasta final del invierno. Si sobreviven al apetito de la fauna local; y si el invierno no se presenta demasiado duro, permanecerán el resto del año junto a las hojas.

Bosque de acebos.

La Berrea del Venado

Y el otoño también es tiempo de berrea, especialmente en sus primeros días, que junto con las últimas semanas del verano, coincide con la época reproductora del Ciervo europeo o ciervo común, del venado como se conoce por estos parajes norteños.

En las cimas de Alto Campoo.
Rebecos en las cumbres del parque.

Los Valles Altos del Nansa, Saja y Alto Campoo (zona suroeste del parque) son seguramente el mejor enclave de este espacio natural protegido para disfrutar del espectáculo. Y allí estuvo El Ecoturista también como podéis ver en este video y leer al completo en este reportaje con el que despido, a la par que os invito, a conocer este precioso parque natural cántabro.

La zona sur del parque bajo el mar de nubes.

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