Espacios Naturales

Tablas de Daimiel

05/12/2018 Autor: Alfonso Polvorinos
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Situación

Ciudad Real

Accesos

La puerta de entrada al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es la localidad de Daimiel (Ciudad Real), a la que se llega desde Madrid o Andalucía por la A-4 y desde Ciudad Real por la A-43.

Viniendo desde Andalucía el acceso más directo es desde Manzanares, en la A-4, por la N-430 hasta Daimiel. Si se accede desde Madrid, desde la A-4 a su paso por Puerto Lápice tomar la CM-420.

Highlights

La avifauna que de forma permanente, hibernante o en paso migratorio se encuentra en las Tablas de Daimiel, especialmente las aves acuáticas.

El grupo de aves mejor adaptadas al agua es el de los somormujos representado en el parque por el somormujo lavanco, el zampullín cuellinegro y el zampullín común. En Las Tablas nidifican las ocho especies de ardeidas ibéricas: garcilla bueyera, garceta común, martinete, garcilla cangrejera —estas cuatro forman colonias mixtas sobre tarayes inundados—, y garza real, garza imperial, avetoro y avetorillo, que anidan sobre vegetación palustre.

Están presentes también la cigüeña blanca y la negra.

La familia más abundante y diversa es la de las anátidas, comúnmente conocidas como patos. Dependiendo de la época del año podemos ver pato cuchara, cerceta común, ánade rabudo, ánade silbón, ánade friso, porrón moñudo y porrón europeo, ánade real, pato colorado, cerceta carretona, tarro blanco y, de forma más ocasional, las amenazadas malvasía, cerceta pardilla y porrón pardo.

Entre los rálidos destaca la focha común, polla de agua o gallineta y el rascón.

Los limícolas son otro grupo de aves bien representado: agujas, archibebes, agachadizas, combatientes, cigüeñuelas, avocetas, etc.

Gaviotas de diversas especies y fumareles son los láridos presentes, mientras que el aguilucho lagunero es la rapaz diurna más representativa de este espacio protegido. Águila pescadora, ratonero, aguilucho pálido, mochuelo, autillo, búho chico, lechuza y ambos milanos son otras especies de rapaces.

Entre los pequeños pájaros que pueblan el marjal destacan el bigotudo, carriceros, buitrón, escribano palustre, ruiseñor bastardo y el siempre acrobático martín pescador.

Cuando

A las Tablas hay que acercarse en cualquier momento del año porque todos tienen algo que ofrecer. El ecosistema de tablas fluviales cambia su aspecto de forma notable con las subidas del nivel del agua, pasando de periodos en los que la cantidad de agua ha sido sobresaliente (como las últimas inundaciones de 2010 ó 2013) a otros de mayor escasez. ¿Es en estos momentos de estiaje, “sequía” o xericidad, cuando las Tablas presentan su mayor sequía un buen momento para quedarse en casa? Rotundamente no. Sin llegar a secarse, en los años o épocas en los que la zona inundada es muy pequeña, la satisfacción del visitante que quiere ver fauna es inversamente proporcional a la escasez de agua. Dicho de otro modo, cuando las Tablas están con “exceso” de agua, la fauna se reparte mucho más y las distancias de observación aumentan. Al contrario ocurre con poca agua. Ahí queda esta sugerencia o aviso a navegantes.

Consejos

Visita las Tablas de Daimiel de la mano de empresas locales profesionales que llevan años realizando un ecoturismo responsable. Es el caso de Ecodestinos y Caminos del Guadiana.

Incluye en tu visita una parada en el Centro de Visitantes del Parque Nacional y en el Centro de Interpretación y Documentación del Agua y de los Humedales Manchegos

Es desde el aire, a vista de anátida -la familia faunística que las simboliza-, como mejor se observa el paisaje de Las Tablas de Daimiel, pero ese privilegio queda para sus moradores alados. A ras de suelo, como el visitante llega hasta aquí, es sin embargo la mejor forma de comprender el origen de este singular ecosistema fluvial tan característico antaño del centro peninsular.

 

El ecosistema de las Tablas de Daimiel es una pequeña muestra de lo que antaño era uno de los más característicos de la naturaleza española, muy bien representado en La Mancha: las tablas fluviales. El ecosistema es el resultado de la aportación hídrica superficial de los ríos Gigüela y Guadiana como cursos de agua más importantes dentro de la red hidrológica de la cabecera del Alto Guadiana, y la aportación subterránea de la gran bolsa de agua del acuífero 23 que se esconde bajo el enorme llano manchego. Como resultado, en medio de este paisaje árido se forman lagunas, humedales y encharcamientos que conforman La Mancha Húmeda y cuyo enclave actual más singular es el paraje de las Tablas de Daimiel. Éstas se forman por el afloramiento en superficie de las aguas subterráneas del citado acuífero 23 y el desbordamiento natural de los cursos de agua que, ante la falta de pendiente del terreno, se expanden horizontalmente formando las características acumulaciones de agua. Presenta además la particularidad de que los dos cursos principales de agua son de características muy diferentes: permanente y dulce el Guadiana y estacional y salobre el Gigüela.

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Hacia la Isla del Pan

El acuífero 23 o de la Mancha Occidental, es un enorme embalse subterráneo con una superficie superior a los 5.000 kilómetros cuadrados (emplazado sobre cuarenta municipios de las provincias de Cuenca, Albacete y Ciudad Real) y con una capacidad estimada en unos 12.000 hectómetros cúbicos. El acuífero se recarga con el agua procedente de las precipitaciones, que pasan al subsuelo filtradas gracias a la permeabilidad de los materiales del suelo, compuesto por calizas y gravas de la era Terciaria que alcanzan los 100 metros de profundidad, y las filtraciones procedentes del drenaje natural de dos acuíferos vecinos 24 (Ruidera) y 19 (Altomira), así como las de los ríos Guadiana, Záncara, Gigüela y Azuer y todos los pequeños afluentes. Como aliviaderos, el agua aflora en los famosos Ojos del Guadiana y en las Tablas de Daimiel.

En su conjunto, este complejo hidrológico constituye una de las formas más importantes de regular los niveles freáticos del planeta y del que se benefician los usos y aprovechamientos humanos (lamentablemente no siempre de forma correcta en un espacio natural históricamente muy intervenido por el hombre) y sobre todo la existencia de una fauna y flora excepcionales de máximo interés ecológico.

Pato Colorado

Desde el punto de vista geológico, las tierras sobre las que se asientan las Tablas de Daimiel tienen un origen volcánico (los vecinos cráteres de Las Tiñosas nos lo recuerdan), aquí llamadas negrizales. Al norte del parque se localizan arcillas, fangos, arenas y costras calcáreas. Los fondos de las Tablas de Daimiel son en la actualidad de tipo detrítico (limos, arcillas y cantos poligénicos), orgánicos y salinos. Se distinguen dos tipos de playas: las playas secas, de carácter salino, y las playas húmedas —más escasas— donde se localizan las turberas.

Birdwatching desde el Molino de Molemocho
La Laguna Permanente desde la ruta del Molino de Molemocho.
Observatorio Daimiel

En este contexto geológico y edáfico se asienta una flora de sumo interés que forma diferentes ambientes en función de su proximidad al agua. En las zonas inundadas crece la vegetación acuática, en las zonas marginales praderas de juncos, en los suelos salobres las fitocenosis adaptadas a la sal, los bosques de tarayes en las islas y canales, y algún encinar disperso en las lomas. Hablamos así de Tablas y Tablazos (láminas de agua  de poca profundidad), Canales, Cauces y Barrancos (zonas inundadas de mayor profundidad), Cachones (lenguas de agua), Trochas (caminos) e Islas.

Muy relevante desde el punto de vista de protección para las aves acuáticas son las formaciones de carrizo -en los márgenes de las tablas-, y en aguas más profundas de masiega. Al igual que en su fondo praderas subacuáticas de jopozorra y ovas para la alimentación.

En estos diferentes ambientes vive una rica y variada fauna –especialmente aves- que junto al paisaje inundado han popularizado este parque nacional como destino ecoturístico. Las Tablas de Daimiel, después de un pasado cinegético y ligado al uso agrícola, se declararon Parque Nacional con una extensión inicial de 1.875 hectáreas en el año 1973 (R.D. 1874/73 de 28 de junio). El parque fue reclasificado por la Ley 25/80 el 3 de mayo de 1980 y ampliado en enero de 2014 hasta las 3.034 hectáreas actuales; a las que añadir 4.337,32 has. de la zona periférica de protección. El Área de Influencia Socioeconómica se extiende hasta las 82.113,86 has.

Pasarela entre los Tarayes
Laguna Permanente

Las aves como principal recurso turístico

 

El visitante llega generalmente atraído por el reclamo de la avifauna que utiliza estos terrenos como zonas de invernada, mancada y nidificación. También como paradas en sus rutas migratorias o como hogar permanente para las aves sedentarias. Existe incluso una Zona Integral de Aves Acuáticas dentro del Parque. Las Tablas de Daimiel son además Zona de Especial Protección para las Aves y se encuentra en la Lista de Humedales Ramsar. En total 250 especies de aves pueblan el humedal, entre las que tienen especial relevancia las acuáticas pero de cuya biodiversidad habla en su favor la presencia de otras aves en las tierras de labor vecinas como grullas, avutardas, gangas y sisones.

Pradera subacuática de ovas en el Centro de Visitantes

Por su parte entre los peces destacan las poblaciones más numerosas de carpa y gambusia y las especies autóctonas más representativas son el cacho o cachuelo, el calandino y la colmilleja.

 

Entre los reptiles destacar la presencia en el agua de galápago leproso, galápago europeo y culebras de agua (culebra viperina y culebra de collar), acompañados en tierra por la culebra bastarda, lagarto ocelado y el eslizón tridáctilo.

 

La presencia de agua es sinónimo de buena representación de anfibios, entre los que destacan la rana común y la ranita de San Antonio, los sapos común, corredor, sapillo pintojo, y sapillo moteado. Aparte de estos anuros, entre los anfibios urodelos destacar la salamandra común, el tritón jaspeado y el gallipato.

Porrón Pardo. Las anátidas son la familia más numerosa entre las aves del parque nacional.
Molino de Molemocho

En el apartado de mamíferos la nutria es la protagonista. También están presentes el zorro, el conejo, el jabalí, la rata de agua, el lirón careto, el murciélago común, y los menos abundantes tejón, comadreja, gineta, gato montés y erizo.

Los invertebrados son extraordinariamente abundantes e importantes. Destacan los artrópodos y las 45 especies de mariposas y más de una veintena de libélulas censadas en el Parque.

Caballito del diablo
Torre de Prado Ancho.

Convirtiendo la visita en una experiencia de ecoturismo responsable

 

Y para disfrutar de toda esta naturaleza manchega existen cuatro rutas a pie que internan al visitante a través de diferentes ambientes (Ruta de la Laguna Permanente o ruta roja, Ruta de la isla del Pan o ruta amarilla, Ruta de la Torre del Prado Ancho o ruta azul, Ruta del Molino de Molemocho o ruta magenta. Existen también itinerarios restringidos en 4×4). Se trata de rutas a pie cortas y sencillas, así que lo mejor es realizarlas con calma, sin prisa, observando, escuchando, oliendo… y de la mano de guías experimentados que en esta parte de la piel de toro llevan tiempo practicando un ecoturismo responsable. Es el caso de Ecodestinos y de Caminos del Guadiana. Desde El Ecoturista te animamos a acercarte a descubrir las Tablas de Daimiel con ellos, una manera idónea de enriquecer la experiencia de la vista.

Ruta Amarilla
Observatorio Isla del Pan.
Detalle hojas de Taray
Fochas comunes.

Uno de los momentos inolvidables de cualquier viaje a las Tablas de Daimiel es al atardecer, cuando con las últimas luces del día la vida se anima. Compruébalo en este corto video, con bandos de los ruidosos ánsares… Pocos más de 1 minuto espectacular !!

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