Yosemite y sus 10 lugares imprescindibles
Este buque insignia de la naturaleza estadounidense y mundial concentra sus alicientes en el valle de Yosemite, un jardín del Edén en plena Sierra Nevada de California. ¿Qué no te puedes perder si vas a visitarlo? Te lo contamos en estos 10 lugares imprescindibles.
El parque nacional Yosemite es un espacio protegido grande. Muy grande. Son 3.027 kilómetros cuadrados de la Sierra Nevada de California que, poniéndolo en contexto, es casi cuatro veces más grande que el mayor de los parques nacionales españoles terrestres, su tocayo andaluz Sierra Nevada (Granada-Almería).
Pues bien, el Valle de Yosemite, el centro neurálgico de la poderosa belleza del parque estadounidense, donde se concentran los atractivos naturales visitables, es apenas el 1% de la extensión del parque nacional. Nunca un porcentaje tan minúsculo había contenido tanto recurso natural sobresaliente: formaciones rocosas, cascadas, bosques… ¿por dónde empezar? Pues a pesar de que el tamaño del valle de Yosemite es manejable para un par de días de visita, te propongo a continuación los puntos imprescindibles, cómo visitarlos y en qué momento del día.
Lo primero que has de tener en cuenta es que en la temporada pico de visitas (15 junio a 1 septiembre, consultar) es preciso reservar pase gratuito para el vehículo. Para entrar al parque nacional es preciso abonar una entrada (35$), pero además es preciso haber reservado antes el acceso con vehículo. Se hace a través de la web oficial del parque.
Una vez dentro del parque, toca llegar hasta el Valle. Los accesos más habituales son las puertas oeste y sur. En cualquiera de estos casos la visión repentina de los paisajes graníticos del Valle de Yosemite y la entrada a este Jardín del Edén son inigualables. Hay que reconocer que los paisajes y la capacidad que tienen de sobrecoger al visitante, es difícil de superar. Hay una serie de miradores que permiten ese primer contacto, pero, por impresionantes que parezcan, lo mejor está aún por llegar.
Tunnel View
Si llegas por la puerta sur (Mariposa Grove) al salir del túnel encontrarás una de las imágenes más icónicas de Yosemite: el mirador de Tunnel View. La pared de El Capitán en primer término a la izquierda, la cascada Bridavell Falls descolgándose justo enfrente de El Capitán flanquean un fondo de valle glorioso. Más atrás, bastante más lejos, la poderosa silueta del Half Dome.
El mejor momento del día para disfrutar de esta panorámica es al atardecer, cuando los últimos rayos iluminan de naranja las paredes. Y si puedes escoger un atardecer, en febrero tiene lugar la famosa cascada de fuego, en el chorro de agua que se descuelga por la parte izquierda de El Capitán.
Glacier Point
El MIRADOR con mayúsculas. La postal entre las postales. No solo es la mejor manera de tener frente a frente el Half Dom, sino toda la “Y” del valle a vista de pájaro.
Desde aquí, a 2.200 metros de altitud, uno alcanza a comprender y subrayar los motivos que llevaron a naturalistas como John Muir a luchar por la conservación del valle de Yosemite, en 1870 como Parque Estatal y veinte años después como Parque Nacional.
Glacier Point es una sucesión de miradores colgados sobre el abismo que dan vista hacia la derecha a la parte alta del valle por el que el río Merced corre frenético descolgándose en cascadas como Vernal Fall (97 m altura) y Nevada Fall (181 m altura). Si te fijas en detalle, un sendero serpentea por la parte derecha (izquierda orográfica) de Vernal Fall, la cascada inferior, para alcanzar la parte alta de Nevada Fall. Se trata del John Muir Trail.
La visión hacia la derecha, donde el valle se muestra más ancho en el palo central de la Y, no le va a la zaga. Destaca sobremanera la caída de agua de Yosemite Falls, que se aprecia en toda su dimensión. Pero si duda es en el núcleo de la Y donde emerge con inusitado poderío el sello de parque nacional: Half Dome.
El Half Dome es un domo granítico de extraordinarias dimensiones que presenta su cara occidental lisa (se calcula que, aunque nunca llegó a ser un domo completo, el 30-40% de esta pared ahuevada si existió y fue fruto de la erosión glaciar). Esta montaña con forma de cúpula, se formó por la erosión de los estratos sedimentarios que cubren un lacolito o batolito, descubriendo las rocas ígneas (granito) que lo forman.
La cima del Half Dome alcanza los 2.693 metros de altitud, elevándose casi 1.500 metros desde el fondo del valle. Y eso sí que impresiona y dimensiona la panorámica.
¿Cuándo acercarte a Glacier Point? El momento del día más “cotizado” es al atardecer. Insuperable.
Yosemite Falls
Esta enorme cascada está formada en realidad por tres saltos de agua enlazados que se desploman desde las inmediaciones de Yosemite Point (2.114 m.) desde una altura de 739 metros. Es la cascada más alta de Norteamérica (y sexta del mundo).
El tramo más largo de los tres alcanza los 436 m de caída. Por las mañanas recibe el sol del frente y es el mejor momento del día, ya entrada la tarde, comienza a cubrirse en la sombra. Ojo que, como el resto de cascadas del parque, en agosto y septiembre puede llegar a secarse. Entre marzo y junio muestra su cara más esplendorosa con el deshielo.
Desde Yosemite Valley Lodge parte el sendero inferior que muestra este gran salto de agua.
El Capitán
Icono de la escalada mundial. Con permiso del Half Dome es la pared más famosa del parque (y del mundo) por su imponente verticalidad que supera los 900 metros de ininterrumpido paredón granítico desde el fondo del valle. El Capitán alcanza 2.307 m de altitud, 910 de ellos de vertiginosa pared. Se ve desde casi cualquier parte en la entrada del valle, pero en su base se encuentra el mirador principal. Se contempla mejor desde el prado en la base del aparcamiento.
Bridavell Falls
La cascada del Velo de la Novia es otro de los platos fuertes. No por ser una de las más altas ni caudalosas, sino por la estampa que otorga a las vistas del valle de Yosemite desde su parte inicial. Se llega hasta sus inmediaciones desde dos posibles puntos en cómodos senderos.
Vernall Fall y Nevada Fall.
Esta pareja de cascadas se encuentra entre las más espectaculares del Parque. Para llegar hasta ellas hay que tomar el sendero que parte de Curry Village (dificultad media hasta la primera y media-alta hasta la segunda por el desnivel a salvar). El regreso puedes hacerlo bajando por John Muir Trail. Desde Clark Point, en la parte alta de Vernall Fall, se obtiene una bella panorámica del salto de agua. El tramo de peldaños rocosos que conduce hasta la parte superior de Vernall Fall pasa muy cerca del salto de agua, por lo que será imposible no mojarse (spray tipo aspersor).
Valley View
A lo largo de la carretera circular de un solo sentido que recorre el fondo del Valle de Yosemite, son muchas las zonas acondicionadas para la parada, los puntos de interés y los miradores en los que detenerse. Es complicado (mucho) elegir, pero si tuviera que quedarme con uno de ellos, sería el de Valley View, a orillas del río Merced.
Ofrece una perspectiva idílica de lo que representa el valle, con una panorámica a ras de agua de El Capitán y de Bridavell Fall. Al final del verano, cuando el nivel de agua del río ha descendido notablemente, a primera hora de la mañana, antes de que el viento rice su superficie, la lámina de agua del Merced hace las veces de espejo y las fotografías que depara quitan el hipo. Un efecto similar, aunque con montañas diferentes, se obtiene también en Mirror Lake, otro de los puntos de interés del valle (en verano se seca).
¿Y fuera del valle?
Olmsted Point
Este mirador se encuentra en Tioga Road, la carretera escénica que cruza el parque nacional de este a oeste a través del lago Tenaya y los Tolumine Meadows.
Más o menos a mitad de trazado se localiza Olmsted Point, que ofrece una visión del Valle de Yosemite opuesta a las anteriores. El mirador se ubica en la cabecera del valle recorrido por Tenaya Creek (la rama izquierda de la Y) y permite disfrutar del Half Dome desde otro ángulo. Espectacular sin duda especialmente con la luz de la mañana.
Bosque de secuoyas de Mariposa Grove
Grizzly Giant es el nombre del árbol más longevo de cuantos crecen en el bosque de Secuoyas. Más de 2.300 años, calculan. Es el símbolo de la longevidad de las secuoyas de la zona, donde viven varios ejemplares de gran porte. Este bosque es más bien un rodal de secuoyas, una masa forestal relicta de una especie que contó con una una mayor distribución por Sierra Nevada de California. Árboles poderosos, eternos. Su fuerza es el equivalente botánico al Half Dome en Yosemite y proteger a estos gigantes, además del valle de Yosemite, fue la razón de ser, el germen, del parque nacional allá por 1868.
Hay varios recorridos por el Secuoya Forest. Personalmente te recomiendo llegar caminando hasta The Grizzly y bordearlo por su izquierda para llegar enseguida al California Tree, otro de los árboles míticos del lugar. California Tree es la única secuoya en pie que cuenta con un “túnel” en su tronco a modo de arco por el que pasaban los carruajes. Hay otra secuoya con un arco excavado en el tronco, pero hace tiempo que el árbol cedió y está tumbado en el suelo del Parque Nacional Secuoya. Ida y vuelta desde la estación superior del bus lanzadera (solo se puede llegar al bosque de secuoyas mediante este shuttle gratuito que sube y baja sin parar desde el aparcamiento junto a la puerta sur del parque) son 3,5 kilómetros con 90 metros de desnivel.
Los científicos estiman que quedan menos de 20.000 secuoyas con un diámetro superior a los 3 metros. 400 de ellas están en Mariposa Grove.
Y puestos a seleccionar entre esta lista de lugares imperdibles, que no es fácil, sin duda me quedo con el pódium formado por: Glacier Point, Bosque de Secuoyas y Valley View, por este orden.