Parque natural del Estrecho, biodiversidad entre dos continentes
Situación
Cádiz
Accesos
La carretera nacional N-340 es la vía de acceso a este paraíso natural, bien desde Cádiz o bien desde Algeciras. Atraviesa el parque de oeste a este y también es su eje vertebral para llegar a los lugares de interés. Tarifa es la localidad de referencia.
Highlights
El aspecto más sobresaliente es sin duda el paso migratorio de las aves (en invierno-primavera) y sobre todo en verano (julio-primeros de octubre). También el paso de cetáceos. Destaca la presencia de orcas en julio y agosto. A nivel paisajístico no te puedes perder las Dunas móviles de Bolonia (Monumento Natural) y Valdevaqueros, el Paraje Natural de la Playa de los Lances (Tarifa) y las panorámicas desde el Faro de Camarinal y los altos del Bolonia y del Cabrito.
Cuando
Todo el año pero sin duda el verano, cuando se unen los espectáculos naturales de la migración postnupcial de las aves planeadoras (cigüeñas y rapaces) con la presencia en aguas del Estrecho de orcas y otras especies de cetáceos.
Consejos
Los bandos en migración proceden generalmente de oeste a este. El paso migratorio comienza en cuanto el sol comienza a calentar la superficie terrestre y a formar térmicas (aunque esté nublado). A nivel orientativo el mejor momento del día es entre las 10 y las 18 h.
Paso principal de cigüeñas blancas entre mediados de julio y mediados de agosto. También para milanos negros. Septiembre y octubre es la época reservada para los abejeros europeos (halcones abejeros).
El verano es la mejor época pero también el momento del año en el que las aglomeraciones de turistas en las playas y los accesos (N-340) es mayor. Madruga para acceder a los puntos de observación.
En cuanto a las principales especies marinas: Delfines (común, mular y listado) y calderones (ballenas piloto) todo el año. Cachalotes y Orcas casi todo el año aunque para ver a las orcas más cerca de la costa es mejor julio-agosto.
La ubicación en el extremo más meridional del continente europeo, con la vista puesta en el norte de África, su clima riguroso y fuertes vientos, han modelado un territorio de extraordinario valor natural con una flora y fauna bien adaptada y habitado por el hombre desde hace siglos (destaca por ejemplo la ciudad romana de Baelo Claudia); un paisaje único que fue protegido en el año 2003 al ser declarado Parque Natural del Estrecho. Algo más de 19.000 hectáreas pertenecientes a los municipios gaditanos de Tarifa y Algeciras (Cádiz) que se engloban también dentro de la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía-Marruecos (2006). Un paisaje cromático de gran versatilidad que varía del verde intenso y húmedo del invierno (en estas zonas se registrar una elevada pluviosidad y humedad ambiental) hasta el amarillo estival que contrastan fuertemente con intenso azul marino.
Tierra y Viento
A golpe de viento, de poniente (viento del oeste) o de levante (viento del este; el más intenso), late el ritmo cardíaco de la naturaleza del Estrecho. En estas sierras que tienen los 468 metros de altitud de la Silla del Papa (en la Sierra de la Plata) como máxima altura occidental afloran cortados rocosos donde anidan buitres y alimoches (Pico de La Laja de la Zarga), y laderas tapizadas de alcornoques, acebuches, lentiscos y palmas. También pinos piñoneros e incluso eucaliptos, mientras en las retamas habita el único camaleón del viejo continente. En las sierras centrales las cotas no superan los 600 metros.
El parque natural presenta dos zonas geográficas colindantes de gran belleza y enorme interés, sobre todo desde el punto de vista ornitológico. El primero, en el extremo occidental del espacio natural: la ensenada de Bolonia, con el yacimiento arqueológico visitable de Baelo Claudia, la Sierra de la Plata y como elemento más destacado el Monumento Natural de la Duna de Bolonia. Una serie de senderos permiten conocerlo bien.
El segundo gran marco, hacia el centro y el este, es el Valle del Santuario, encerrado por las últimas sierras que han de cruzar las aves en sus viajes intercontinentales (Sierra de la Peña, Sierra de Enmedio, El Cabrito, etc.). En sus faldas se descuelgan los canutos, estrechos barrancos con densa vegetación ribereña y proliferación de helechos) y en los altos los parques eólicos se multiplican; no en vano el viento dicta sentencia en el rincón de Europa marcando las rutas migratorias de las aves y moviendo dunas… como la segunda gran duna del parque, la de Valdevaqueros, en un extremo de la larga y bella Playa de los Lances, declarada Paraje Natural. La parte oriental del parque (en buena parte militar) se cubre de cañadas entre suaves ondulaciones que no superan los 200 metros pero que son un extraordinario mirador natural sobre todo el Estrecho, dominado por el Jebel Musa, el pico más elevado de la costa marroquí frente a Tarifa.
Cielo y Mar
Y para observar el fenómeno de la Migración de las Aves (ZEPA) se disponen a lo largo del parque natural diferentes observatorios enclavados en puntos estratégicos. Prismático en mano el visitante comprobará incrédulo el permanente desfile alado, especialmente en los meses de verano. El Alto de Bolonia, Valdevaqueros, Valle del Santuario, Algarrobo, Cazalla o el propio pueblo de Tarifa, son miradores de excepción de uno de los espectáculos migratorios más imponentes del planeta. Si, no exageramos. El 60% de las aproximadamente 450 especies de aves citadas en España son migratorias y muchas pasan por aquí, desde pequeños pájaros hasta grandes rapaces, día y noche. ¿Te imaginas bandos de centenares de cigüeñas cicleando sobre una térmica para ganar la altura necesaria que les permita cruzar el Estrecho? ¿O decenas de miles de abejeros o de milanos negros llenando el cielo de Tarifa? Pues los deseos se cumplen y si te gustan las aves planeadoras … solo hay que situarse en un observatorio a partir de las 10 de la mañana un día que amaine el viento tras unas jornadas de poniente fuerte o “levantazo”, como llaman aquí al Levante muy fuerte, y disfrutar con el pase de aves planeadoras (cigüeñas y rapaces). Cual pasarela, según la época, cruzan el cielo de Tarifa unas 25 especies de rapaces y las dos especies de cigüeñas europeas (blanca y negra).
El paso primaveral va de febrero a primeros de mayo con máxima concentración en marzo y abril, pero mucho más espectacular para la observación ornitológica resulta el paso postnupcial.
¿Qué ave, cuándo (flujo principal) y en qué número se puede ver en el Estrecho en paso otoñal o postnupcial (15 julio-15 octubre)?
Cigüeña Blanca: 15 julio-15 agosto; 126.000 cigüeñas blancas
Milano Negro: 15 julio-15 agosto: 147.000 milanos negros
Halcón abejero: 15 agosto-1 octubre: 97.000 abejeros
Águila Calzada: Septiembre; 43.000 águilas calzadas
Águila Culebrera: Septiembre; 29.000 águilas culebreras
Cigüeña Negra: Septiembre; 5.000 cigüeñas negras
Además de menores cantidades de alimoches, gavilanes, cernícalos, águila perdicera, buitres, etc.
En el verano de 2016 cruzaron el Estrecho 466.000 aves planeadoras (Cifras por especies y total Fundación Migres).
El paso migratorio cuenta con aliciente cada año de encontrar alguna sorpresa alada. Aves que suelen pasar por el Estrecho del Bósforo o el Cáucaso. La pasada campaña fue el caso del águila pomerana, águila moteada y águila esteparia.
En esta web de la SEO/Birdlife puedes estar informado sobre la migración de aves.
La importancia del Estrecho no es exclusiva del medio terrestre, el punto donde confluyen el Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo es también por su condición de embudo natural, un lugar clave para el paso migratorio de cetáceos y otras clases de vertebrados marinos. Las corrientes marinas portan huéspedes migradores que van desde el cachalote, la orca (ambas semi-residentes) o rorcual común hasta la tortuga boba, o balancean a otras residentes, como los delfines (común, mular, listado) y la importante colonia de calderones comunes.
Se han identificado 1.900 especies de fauna y flora marina. Las algas laminarias son especialmente abundantes. Varias empresas ofrecen desde el puerto de Tarifa excursiones de whale watching y existen también varias empresas de buceo. Combinar una mañana de migración apostado en un observatorio y una tarde de navegación para observar cetáceos, pocos planes naturalistas superan un par de días de verano en El Estrecho. Mejor algún día más para no depender de vientos que impidan disfrutar de la migración o de salir al mar.