Comiendo con los cuatro buitres
Situación
Lleida
Accesos
Alinyà se encuentra en el Prepirineo Catalán, en la comarca leridana del Alt Urgell. El acceso más cómodo es desde Lleida por la C-13 hacia Balaguer, la C-26 hasta Artesa de Segre y la c-14 hacia Organyà. Antes de llegar aparece indicado a la derecha desvío L-401 hacia Fígols y Alinyà.
Highlights
La presencia de los cuatro buitres ibéricos y europeos: Quebrantahuesos, Alimoche (primavera y verano), Buitre leonado y Buitre negro
Cuando
Todo el año realizan actividades guiadas desde La Rectoría de Alinyà pero para disfrutar de la posibilidad de los 4 buitres ha de ser en primavera y verano, cuando llegan los alimoches.
Consejos
Las actividades descritas: Comiendo con buitres, Guarda por un día y Buitres de Cerca solo se pueden realizar bajo reserva de la mano de los expertos guías locales en La Rectoría de Alinyà.
La observación de fauna se realiza con telescopios. Se ofrece la posibilidad de alquilar prismáticos (uno 3 euros y dos 5 euros).
Es sábado. Acaba de comenzar el verano en la montaña de Alinyà en uno de esos días de cielo azul que promete ser caluroso. La buena noticia es que hace un par de meses que ya se dejan ver por aquí los alimoches, el 25% del objetivo de la experiencia que me ha traído de nuevo a estos bellos paisajes del Alto Urgell. El otro 75% también tiene alas y son el quebrantahuesos, el buitre negro y el buitre leonado que, en conjunto. ofrecen uno de los espectáculos naturales más sobresalientes de la fauna ibérica. El Espacio Natural de la Montaña de Alinyà es uno de los pocos lugares donde se puede ver a los cuatro buitres europeos. Y a eso he venido.
Puntuales, nos presentamos a la temprana cita en la Rectoría de Alinyà el reducido grupo de ecoturistas que hoy vamos a tener la oportunidad de vivir uno de esos encuentros en la naturaleza que no dejan indiferente a nadie, desde a la familia aficionada al campo hasta al ornitólogo más exigente. Todavía tengo tiempo de echar un ojo a la exposición de la planta superior antes de asistir a la charla de bienvenida y primer briefing sobre la actividad “Comiendo con buitres” que así es como se denomina la experiencia de birdwatching. El resto del briefing y la interpretación ambiental se realiza por el camino y desde el mirador.
Tras la interesante explicación el grupo pone rumbo al mirador de los Buitres, nuestro destino de hoy, desde donde podremos observar a estas enormes rapaces a distancia conveniente y de forma respetuosa pero con la calidad y cercanía de un buen telescopio que hace que no perdamos detalle de lo que va a acontecer. Y lo que sucederá un rato después es del todo espectacular, impactante. Entretanto, el frescor de la hora temprana se alía con los ecoturistas a la hora de subir caminando hasta el mirador.
Yo acompaño a uno de los guías en el vehículo para ayudar a depositar la comida que, como cada sábado entre mediados de marzo y primeros de diciembre (bajo reserva), los buitres aguardan con gran agrado. Esta vivencia de ser guarda por un día, siempre que hay disponibilidad, se ofrece también a los visitantes como antesala del espectáculo. En realidad es una entrada de tribuna, pues los buitres reconocen el vehículo y comienzan a acercarse. Saben que hoy toca aporte suplementario de alimento. Nada más bajarnos del coche, éstos ya se encuentran sobre nuestras cabezas a media altura, esperando el pistoletazo de salida para descender. Ruedas y ruedas de buitres sobre nosotros aprovechando las térmicas y el número cada vez mayor de estos gigantes alados nos hace pensar por un momento si lo de “Comiendo con buitres” no es un error ortográfico y en realidad es “Comido por buitres”. Bromas aparte, el corazón se acelera cuando éstos están cada vez más bajos. Me apresuro a colocar la diminuta cámara deseoso de captar una escena inolvidable.
Esperamos a confirmar que el grupo ha alcanzado ya el mirador y se encuentra preparado para disfrutar del espectáculo que va a comenzar en breve, en cuanto terminemos de colocar la comida. Finalizado el aporte, es momento de retirarse raudos para dejarles comer en paz. Todavía no hemos cerrado la puerta del vehículo cuando los enormes puntos del cielo comienzan a descender a toda velocidad, por decenas, docenas… hasta un par de centenas. Entre ellos se encuentran un par de parejas de alimoche, y también nos han dado los buenos días un par de quebrantahuesos que saben que por ahora no es su turno. Esperemos que se sume algún ejemplar de buitre negro, que suele mezclarse con los leonados para el festín. Actualmente no hay ninguna pareja establecida en el valle pero no es óbice para que se apunten a la fiesta desde su cercana morada prepirenaica.
En cuestión de medio minuto el suelo se encuentra tapizado de buitres leonados, que cuenta en el valle según en el último censo de marzo 2018 con 9-10 parejas afincadas pero que congrega a más de 200 ejemplares en los muladares de Alinyà durante el verano. Hay una pareja de alimoches que habitualmente cría aquí (quizá en el límite del espacio natural) pero al igual que en el caso del resto de especies de buitres cuando hay comida, el efecto llamada atrae a las parejas vecinas.
Han pasado muy pocos minutos, apenas quince, y no queda casi ni rastro de la comida. Solo algunos buitres posados que absolutamente empachados se lo piensan dos veces antes de emprender el vuelo, y la presencia más constante de los alimoches (que al principio sobrevolaban la zona y se posaban para despegar raudos). Ya desde el mirador nos unimos al grupo, que nos recibe atónito, incrédulo ante lo que acaba de presenciar, y contemplamos cómo descienden los quebrantahuesos (presentes todo el año). La fiesta se completa y la emoción embarga a los asistentes; y es que no todos los días tiene uno la oportunidad de contemplar este auténtico espectáculo de la naturaleza que se ha convertido en el principal producto ecoturístico local.
A la espera de que se retiren todas las necrófagas, a mí solo me queda regresar al muladar a recuperar la cámara y ver el resultado. Impaciente visiono la breve grabación y, emocionado con las imágenes, solo me queda compartirlas con los lectores de El Ecoturista. ¿Alguna vez te has sentido rodeado literalmente por decenas de buitres?, ¿te imaginas coger una silla y sentarte en medio de un muladar haciendo el papel de “sabrosa comida” para más de doscientos buitres que bajan sin dudarlo directos hacia tu cabeza? Pues gracias a la realidad virtual de este video 360 puedes sentirlo como si estuvieras allí mismo. Selecciona ver en calidad 4k, ponte las gafas VR y compruébalo ¡!
Decía Confucio “Me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí” supongo que esa es la base de un término tan de moda como el de Experiencia ecoturística: hay que vivirlo. Yo desde luego lo he aprendido gracias a verlo de cerca y a la magnífica interpretación ambiental de los guías… y no lo olvidaré jamás.