Os Ancares lucenses. Los hábitats subalpinos más occidentales de Europa.

La Reserva de la Biosfera de Os Ancares Lucenses y Montes de Cervantes, Navia y Becerreá (Lugo), alberga los hábitats subalpinos más occidentales del continente europeo.

La primera vez que llegué a los Ancares de Lugo lo hice a través del alto de Ancares, accediendo por la vertiente leonesa. Eran otros tiempos. También otras carreteras. Mientras que las segundas presentan mejor aspecto, el primero parece haberse detenido, invariable.

Colgado en las alturas de este elevado paso asfaltado de la cordillera Cantábrica a 1.669 metros de altitud, sucumbí irremediablemente y de forma súbita a la visión que se abría ante mis ojos. Esos ojos también han cambiado, han viajado mucho y visto mil y un paisajes, pero al final, cuando he regresado hace unos días por última vez, se quedan igual de impactados. Los ojos son la ventana de entrada de las sensaciones al cuerpo.

En aquella primera parada en el alto de Ancares recuerdo dejar el coche a un lado del camino, por aquel entonces el alquitrán hacía poco que había llegado a este collado (la construcción de la carretera comenzó en 1979), ante la necesidad imperiosa de descender del vehículo y hacer un ejercicio mental para tratar de asimilar tanta belleza. Cumbres desnudas, unas dominadas por la piedra y otras cubiertas de verde, estas montañas acogen a una saludable población de lobo ibérico y una presencia de oso pardo cantábrico cada vez más consolidada. Desde luego, por pocos o muchos que haya, mucho más notable que hace dos décadas.

Como curiosidad, comentar que este alto ha sido un puerto disputado históricamente hasta que, a finales de diciembre de 2017, el Instituto Geográfico Nacional certificó que pertenece a Lugo y no a los Ancares leoneses. Sobre las curiosidades sobre la construcción de esta carretera puedes leer más en este reportaje.

Junto al alto se encuentra el mirador de La Balouta, cuyas vistas puedes disfrutar en esta imagen 360 VR.

Años después comprendía ese algo que irradiaban aquellos paisajes de montaña, los que sedujeron aquellos ojos sin saber que se trata de los hábitats subalpinos más occidentales de Europa.

Así es, son las estribaciones noroccidentales de la gran cordillera Cantábrica y las cimas más elevadas rozan los dos mil metros de altitud. El techo de Os Ancares lucenses es el pico Mustallar (1.924 m.) que corona una serie de montañas de agreste belleza en el reino de la niebla y el rebeco. A sus pies el pequeño valle regado por el río da Veiga Cimera, al que se accede desde la fotogénica aldea de Piornedo. El Mustallar es el más septentrional de los picos que forman la Sierra de Doiras, donde se encuentran las máximas elevaciones de estas montañas lucenses. Varias por encima de la cota 1.800 m.

Existen varias rutas de senderismo que transitan por estas alturas, el propio Mustallar o el Tres Bispos son dos de las que más adeptos tienen y suponen la mejor forma (y la única) de conocer de primera mano estos hábitats subalpinos. Existe una ruta que transita por la cuerda enlazando las diferentes cimas (Mustallar, Corno Maldito, Pico dos Charcos, Agulleiro, etc.). No hay grandes arboledas -robles y abedules son los que llegan más arriba-, solo brezales secos y piornales que tapizan de verde las cumbres allá donde la pizarra no aflora. El resto del verde en altura está pintado con la brocha de los pastos subalpinos. También existe alguna pequeña laguna.