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Bahía de Halong, la joya natural de Vietnam

03/01/2023 Autor: Alfonso Polvorinos
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Visitar la Bahía de Halong es una de las experiencias más maravillosas que uno puede disfrutar. Como está de moda decir de un tiempo a esta parte, uno de esos sitios que hay que visitar al menos una vez en la vida. No falta razón. ¿Te imaginas navegar entre los islotes en un barco con todas las comodidades? ¿y en un kayak a la luz de la luna llena? ¿Qué no te puedes perder en tu visita a la Bahía? Pues sigue leyendo…

La Bahía de Halong es la postal más emblemática de Vietnam y una de las imágenes más sublimes del sudeste asiático. No en vano fue elegida como una de las Siete Maravillas Naturales.

Junco navegando la Bahía de Halong

A un par de horas desde Hanoi y apenas a una hora de la costa, el mar se ve salpicado por miles de islotes kársticos que conforman uno de los paisajes más impresionantes del mundo. Estos enormes monolitos rocosos tapizados por selva y de origen mitológico, como la cultura local atribuye a la fuerza impetuosa de la cola de un dragón o al deseo del Emperador de Jade en persona, suponen un destino idóneo para conocer a bordo de alguno de los 200 juncos que navegan sus aguas.

Atardecer desde Titop Island

La belleza de la bahía es innegable e incuestionable, pero bien es cierto que buena parte del éxito en la visita se debe a la elección del transporte en el que embarcarse, pues será nuestra casa en los próximos días, así que elegid bien el barco (junco) para el crucero. Los cruceros por la bahía suelen durar desde 1-3 días. Bien planificado, una noche puede ser suficiente pero os recomiendo por lo menos una par de ellas para sacar el máximo partido y que de tiempo a fundiros con el entorno.

Más de 200 barcos ofrecen cruceros para todas las categorías.

Por cierto, no dejéis pasar por alto la oportunidad, que ofrecen algunos barcos, de hacer una sesión de Tai Chi en la cubierta al amanecer para terminar de integraros… También es importante elegir el mejor momento del año para hacerlo y llegados a este punto conviene recordar que durante los meses de verano (junio-septiembre) el monzón suele llevar lluvias a la Bahía.

Elegir bien el barco es clave para disfrutar de una experiencia inolvidable en Halong.

Las excursiones o cruceros en junco van como digo desde las 4-5 horas hasta los 3 días y en ellos se visitan los principales lugares de interés de la bahía: la cueva de la Sorpresa, el pueblo flotante de pescadores, el parque nacional Cat Ba, la playa de Soi Sim -idónea para un brindis al atradecer-, o la isla Titop, desde donde está hecha la fotografía que abre el reportaje. Titop es uno de los lugares obligados para desembarcar y disfrutar de la playa o subir hasta el mirador. Es un pequeño islote con un par de miradores naturales. Del primer balcón nos separan 5 minutos y del segundo 400 escalones desde la playa. En total 15 minutos para obtener esta incomparable recompensa visual.

Uno de mis mejores recuerdos de Vietnam es navegar a vela en Halong a la luz de la luna llena. Y si es con un kayak de mar… Indescriptible.

Mirador superior en la isla Titop.

En Kayak por la Bahía

Resulta complejo explicar lo que se siente a bordo de un kayak de mar navegando las aguas calmas de la Bahía de Halong. Mucho más cuando el sol comienza a fundirse con el horizonte y las siluetas de las enormes formaciones calcáreas que han hecho célebre a la bahía parecen emerger con más fuerza. Su relieve se engrandece al contraluz anaranjado de la puesta de sol. La experiencia sólo se supera cuando la navegación se realiza a la luz de la luna llena. Las sensaciones se multiplican todavía más. Las formas alcanzan aspectos fantasmagóricos mientras la embarcación se abre paso por las tranquilas aguas de la bahía.

En Kayak al anochecer.

Puedes llevar sin problema en un bote estanco o incluso colgada al cuello la cámara de fotos. Normalmente el oleaje es inexistente y sería muy raro tener un percance que dé al traste con la cámara, pero por supuesto esto es decisión tuya.

Luna llena sobre las aguas de Halong.

Esta experiencia se ofrece a bordo de los juncos que realizan los cruceros turísticos de la Bahía. Algunos de ellos lo incorporan en sus actividades incluidas, como el citado tai-chi en la cubierta del barco a la salida del sol, o la visita a diferentes enclaves de la Bahía. En otros casos se ofrece a buen precio de forma opcional. No dejéis pasar la oportunidad de ver Halong a ras de agua, con una perspectiva absolutamente diferente y en un escenario del que poco más se puede decir a estas alturas. Sublime.

Cueva de Hang Sung Shot, en las entrañas del dragón

En los cerca de 2.000 islotes rocosos que salpican este paraíso vietnamita, existen multitud de sorpresas. Tapizados en la mayoría de los casos por vegetación selvática –como el cercano parque nacional de Cat Ba-, albergan una interesante biodiversidad de flora y fauna. El interior de esa roca caliza, sin embargo, no es un monolito macizo, sino que posee infinidad de fisuras y oquedades horadadas por la erosión sobre la roca con el habitual proceso de erosión kársticas. En algunos de ellos existen pequeñas grutas y, en algunos de los más grandes, auténticas galerías.

alt="Cueva Hang Sung Shot"
Cueva Hang Sung Shot.

Tal es el caso de la cueva Hang Sung Shot, traducida algo así como la “cueva del aturdimiento”. Los franceses la denominaron “cueva de la Surprise”. De sobra es conocida la tendencia que se tiene en cualquier parte del mundo de poner nombre a las formas de las rocas, estalactitas y estalagmitas; aquí no podía ser menos, de forma que la cueva es célebre porque en su interior existe una pequeña roca con forma de pene. Este miembro viril se encuentra en la primera de las tres salas de la cueva.

Formas rocosas aparte, la cueva se encuentra dentro de las paradas imprescindibles en cualquier crucero por la bahía. Todos los juncos la tienen programada en sus visitas a tierra. Aunque en mi opinión demasiado acondicionada (luces de colores incluidas) para el turismo, no deja de ser una buena oportunidad de adentrarse en las entrañas de una de las célebres montañas que emergen en una de las bahías más famosas y espectaculares del mundo.

Entrada a la gran cueva.

Otras de las cuevas más célebres repartidas por la bahía y que se visitan turísticamente son: Hang Dau Go (cueva de la Madera Escondida), Hang Thieng Cung (gruta del Palacio Celestial), Dong Tam Cung (cueva de los tres Palacios), Hang Bo Nau (cueva Pelícano) y Hang Trong (cueva Tambor).

También es cierto que, a lo largo del crucero, tendrás ocasión de visitar cuevas más naturales, sin acondicionamiento; aunque no de estas dimensiones, claro.

Y para despedir este reportaje dedicado a la maravillosa Bahía de Halog, quiero presentarte a su hermana terrestre: Tam Coc.

Campesinos vietnamitas en Tam Coc.

Cuevas de Tam Coc, la Halong de tierra

En Vietnam la llaman la Bahía de Halong interior, y así la ofrecen al turismo. Lo cierto es que no van desencaminados. No recibe ni de lejos el número de visitantes de la verdadera Halong pero cada vez más la gente se interesa por este enclave a 110 kilómetros al sur de Hanoi (2 horas), en Ninh Binh. Incluso el río que recorre este paisaje de monolitos rocosos –Hoang- se le parece. También la vecina ciudadela de Hoa Lu con sus pagodas erigidas a los reyes Dinh y Le, que eligieron el lugar como antigua capital del país.

alt="Tam Coc"
Recorrido en barca por Tam Coc.

Tam Coc significa Tres Cuevas y ese es precisamente el principal atractivo de este rincón, navegarlas a bordo de un pequeño bote de remos que los locales manejan con una soltura pasmosa y curiosa. Sorprende ver a esta gente remar con los pies con la misma facilidad que con las manos. La excursión dura un par de horas de travesía y es un deleite para los amantes de la fotografía. Aparte de captar a los pescadores locales y recogedores de algas y otras plantas acuáticas en su vida cotidiana, rodeados de estos escarpes calizos de similar estructura a las existentes en la propia bahía o en Guilin, en China, la zona es idónea para ardeidas y otras aves que encuentran en la escasa profundidad de las orillas o en los inundados campos de arroz vecinos, el hábitat ideal para alimentarse.

Con un poco de suerte se pueden ver también en libertad los monos mischevous por las laderas mientras se van cruzando las tres cuevas de diferente longitud. La altura, también variable, es en algunos tramos de apenas dos metros por lo que se puede tocar el techo con la mano desde el bote. Tam Coc es de esos lugares que uno no espera. Y los hay incluso que, tras visitarlo, les ha gustado más que la propia Bahía de Halong. Quizá no esperaban tanta belleza en su hermana terrestre.

El recorrido fluvial en las Cuevas de Tam Coc ofrece un contacto íntimo con el Vietnam rural.

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