Costa Quebrada de Santander, geología de primer orden a un paso de la ciudad
El tramo Norte Litoral de Santander es una sorpresa constante. En la linde con el asfalto y la vida urbana se acumulan las opciones de disfrutar de paisajes de ensueño sobre la base de una geología envidiable. Una geología en la que se puede leer e interpretar nada menos que la Historia de la Tierra ¿se puede pedir más?
Una serie de rutas permiten conocer de primera mano enclaves geológicos, culturales e históricos de relevancia internacional, tanta, que estamos ante un serio pretendiente a engrosar la lista de Geoparque Mundiales de la UNESCO: el Geoparque aspirante Costa Quebrada.
Desde el Plan de Sostenibilidad Turística de Santander (financiado por los fondos Next Generation UE y el PRTR), han puesto en marcha una serie de rutas guiadas para conocer las excelencias del Destino que, geológicamente hablando, está dentro del Lugar de Interés Geológico Sucesión Playa de los Peligros-Soto de la Marina, la mejor serie del Cretácico-Cenozoico en la orla cantábrica. Y lo han hecho con el compromiso claro de implementar la sostenibilidad turística en estos recorridos; el 100% de los beneficios derivados de la venta de entradas para esta actividad ecoturística (al igual que en el resto de rutas creadas) se reinvierte en proyectos de conservación y sensibilización local, a través de la Asociación Costa Quebrada. Bravo.
Para ponértelo fácil, hemos hecho una selección de los lugares que no te puedes perder y qué hacer en ellos. Algo así como los Highlights de Costa Quebrada de Santander. No necesariamente por orden. El orden lo pones tú en base a tus preferencias. Allá vamos:
Bahía de Santander
Formar parte del “Club de Bahías más bonitas del mundo” es su tarjeta de presentación. Casi nada. Poco se puede añadir a la belleza que vas a encontrar en esta bahía orientada al sur y bien protegida de los embites del Cantábrico.
Una excelente forma de conocer la Bahía de Santander es navegando, como no podía ser de otra forma pues aquí se encuentra no por casualidad el Centro de alto Rendimiento de Vela. Aunque en esta ocasión te proponemos hacerlo a bordo de la embarcación alimentada por motor y energía solar que posee la empresa local Bahía de Santander, Ecoturismo y Educación Ambiental. A través de su ruta guiada podrás conocer desde el mar el patrimonio arquitectónico asociado a la historia de los “veranos reales”, la Península de la Magdalena, el Museo Marítimo, las playas (como la de Los Peligros, accesible y con baño asistido), las dunas del Puntal pertenecientes al sistema dunar de El Puntal-Somo-Loredo (englobadas en Zona de Especial Conservación Dunas del Puntal y estuario del Miera) y un sinfín de atractivos fuera ya de la Bahía, desde los cabos cercanos hasta la isla de Mouro, que es precisamente nuestra siguiente recomendación.
Isla de Mouro
Esta isla situada en la boca de la Bahía de Santander es el máximo exponente en cuanto a biodiversidad. Y especialmente sobresalientes son sus fondos marinos, donde nadan el 40% de las especies de peces presentes en el Mar Cantábrico. La isla de Mouro, con su icónico faro que un día de temporal copó la atención del “The New York Times” (2014), es un referente para las aves marinas, sobre todo en época migratoria cuando en invierno llegan a concentrarse más de 7.000 ejemplares, el 25% del total de las aves invernantes que eligen Cantabria.
Esta joya de la Red Natura 2000 marítimo-terrestre cuenta con su importancia ambiental doblemente reconocida, como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y como ZEC (Zona de Especial Conservación): ZEPA del Espacio marino de los Islotes de Portios-Isla Conejera-Isla de Mouro y ZEC Dunas del Puntal y estuario del Miera.
En el panorama ornitológico destaca principalmente por las colonias de paíño europeo y cormorán moñudo, además de la importante presencia de láridos (gaviotas), anátidas, limícolas. La ruta en barco hace una visita a la isla de Mouro.
Península de la Magdalena
Relax, ocio, retiro, realeza… Palabras que solo nombrar la Península de la Magdalena evoca. Esta privilegiada lengua de tierra ofrece eso y mucho más. Y lo viene ofreciendo desde tiempos históricos, especialmente como lugar de recreo y hospedaje de la realeza en el fabuloso Palacio (actualmente se celebran congresos y reuniones y es sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo).
Una visita guiada a la Península es imprescindible para conocer su abundante patrimonio histórico: el propio Palacio (Bien de Interés Cultural), las Caballerizas Reales, el Embarcadero Real, el Museo al aire libre “Vital Alsar” y los elementos asociados al patrimonio industrial como son el faro de La Cerda, el Mareógrafo, las boyas de señalización portuaria, etc. También, por supuesto, sus envidiables playas. Pero te animamos a conocer en sus acantilados la parte geológica de la Península y descubrir su origen arrecifal habitado por animales de aguas cálidas como los rudistas y su más flamante representante Pseudotoucasia santanderensis, especie aquí descubierta (yacimientos Playa de La Magdalena). Se suman además los yacimientos de orbitolinas de la Playa de los Peligros.
¿Te suena bien el plan? ¿pues qué me dices de hacer una visita especial? Una visita en la que acceder además a la parte superior de la Torre del Palacio y disfrutar de su privilegiada panorámica de 360º. Una visita premium en toda regla que te dejará sin palabras. No querrás bajar.
El Sardinero
Este histórico caladero de sardinas es la zona comprendida entre la curva de la Península de la Magdalena y la Segunda Playa de El Sardinero, en el extremo septentrional de la ciudad. En este célebre barrio santanderino se cocinaba el relax y bienestar de la realeza y la burguesía, especialmente en la Primera Playa de El Sardinero a la que acudían a tomar los saludables “baños de ola”. La población lo hacía en la Segunda. Ambas playas están separadas por los Jardines de Piquío (BIC) y en la parte más al sur de esta zona de la ciudad se encuentran también la Playa de la Concha -lindante con la Primera Playa- y la Playa de El Camello tocando la Península de la Magdalena.
La ruta geológica “de arrecifes y playas” enlaza la Península de la Magdalena y la Playa de El Camello a través de un fascinante recorrido interpretativo por el Cretácico, la última etapa de la era de los dinosaurios.
Senda Mataleñas
La Segunda Playa de El Sardinero es el arranque de la popular senda que bordea junto al mar el Parque municipal de Mataleñas y llega hasta la fabulosa Playa de Mataleñas. Es parte del trazado geológico repleto de fósiles (bivalvos, esponjas, erizos -no te pierdas los fósiles de Micraster cortestudinarum-), pliegues, diaclasas, etc. que muestra la ruta “Entre Cabos”. ¿Entre qué cabos? Cabo Menor y Cabo Mayor, otras dos referencias imperdibles de Santander Norte Litoral.
Parque Urbano de Las Llamas
La biodiversidad urbana santanderina tiene nombre propio: Parque de las Llamas. Me sorprendió gratamente (como estoy seguro hará contigo) y por eso no puede faltar en esta lista de Indispensables de Santander. Y me sorprendió por varias cosas: por las buenas prácticas en la gestión a cargo de SEO/BirdLife para fomentar la biodiversidad urbana, el acierto en la restauración y recuperación (renaturalización) de este humedal situado en la Vaguada de Las Llamas y por supuesto, la biodiversidad que atesora. ¡Hasta 150 especies de aves ha sido registradas por SEO/BirdLife en los últimos 15 años!, es decir, la cuarta parte de las aves citadas en España.
La Vaguada de Las Llamas era una de las dos principales rías santanderinas, usada tradicionalmente para fines agrícolas (vid fundamentalmente) e industriales (en el s. XIX se situaba aquí una fabrica de loza aprovechando la turba de la vaguada).
Una de las actuaciones de renaturalización ha sido la plantación de árboles y arbustos autóctonos. Diferentes senderos y pasarelas de madera permiten al visitante conocer a fondo el parque, tanto la zona más hormigonada en torno al estanque, como la que se conserva en estado más natural (4,5 hectáreas) cubierta por carrizal, con bosque de galería autóctono y terrazas arbustivas.
El carrizal es un verdadero imán para las aves. En la lámina de agua y entre los carrizos buscan descanso y protección desde miles de golondrinas que lo usan como dormidero hasta rascones europeos, martinetes o incluso avetoros. El avetoro no es la única rareza. En este parque urbano se ha observado falaropo picogrueso, ampelis europeo, mosquitero bilistado o porrón osculado. ¡Como para no visitarlo!
Acantilados Cueto-Monte
La mejor forma posible de conocerlo es a través de la ruta “La Piedra Domada”, otro de los itinerarios puestos en marcha por el Plan de Sostenibilidad Turística de Santander y ofrecido por la Asociación Costa Quebrada. Es un paseo que arranca en el Paleolítico Medio, con la presencia de útiles de origen de Ander, y llega hasta nuestros días. Los muros de piedra seca -sobre todo en la zona de Cueto- que se levantan para separar las lindes entre fincas, el Puente del Diablo (espongiarios, formas de disolución mediante karst), la Playa de El Bocal, y el Panteón del Inglés, son elementos de referencia en la ruta.
Este tramo de costa ofrece una oportunidad magnífica para la observación de aves (especialmente cormorán moñudo) y mariposas. Cuando se dan las condiciones oportunas las olas que se forman son célebres en el mundo surfista. Cuando esto sucede (entre noviembre y mayo), en la ola que rompe en los acantilados de La Cantera-Cueto se celebra el campeonato internacional “Vaca Gigante”. Es en ese momento cuando dicen que la vaca muge.
La Maruca
Este popular rincón de la costa santanderina es un lugar frecuentado por la población local, fuera de los ojos del gran turismo, que acude aquí a disfrutar de un baño tranquilo y de una gastronomía marinera de primera. La Maruca es importante desde el punto de vista geológico por el yacimiento de alveolinas y nummulites. Un «safari mareal accesible» junto al Centro de Interpretación del Litoral (CIL) muestra buena parte de los encantos de la zona.
No te pierdas la Ría de San Pedro del Mar, en cuyo fondo desemboca el arroyo de la Tejona, con antiguo molino de mareas, y la propia Playa de La Maruca. Es una magnífica zona para observar y aprender sobre los hábitats intermareales, idóneos para aves limícolas como el archibebe común, el archibebe claro, el correlimos común y oscuro, el chorlito gris, el zarapito trinador o el vuelvepiedras.
Islote Virgen del Mar
En el extremo occidental del municipio santanderino se levanta la Ermita que acoge a su patrona, la Virgen del Mar. Rodeada de tarayes y con envidiables panorámicas, está ubicada en un islote unido a tierra por un puente que cruza la Playa Virgen del Mar. La ruta geológica “de rituales y creencias” te acerca a la historia del lugar retrocediendo millones de años para comprender el actual paisaje en el que asienta la Ermita dedicada a la patrona de los marineros y de Santander, así como al misticismo y cultura popular locales. El Cementerio de Ciriego es parada obligada en este sentido y una joyita por lo que a arquitectura de camposantos se refiere.
El recorrido guiado bordea el islote de la Virgen del Mar y permite conocer la flora de estos acantilados costeros a la par que muestra una privilegiada panorámica hacia el oeste de la continuación de Costa Quebrada, que se extiende a lo largo de siete municipios más hacia poniente. Allí, sentados en la roca para asimilar toda la belleza que se abre ante nuestros ojos y asimilando tanto conocimiento geológico adquirido, ponemos el broche final a este recorrido por el municipio cántabro, completamente entregados a los recursos naturales, culturales e históricos del Destino Santander “Norte Litoral Costa Quebrada”.