Liébana, propuestas para (re)descubrir este privilegiado destino ecoturístico
La calidad de los espacios naturales de una comarca la definen y posicionan como destino ecoturístico en España. Y Liébana (Cantabria) sobresale por méritos propios en el océano de lugares para el turismo de naturaleza con una palabra que define la esencia misma del concepto: Biodiversidad. Autenticidad, clima, tranquilidad, compromiso, bienestar, equipamientos, desconexión… podemos añadir otros términos que no hacen sino reforzar las ganas de dejarlo todo y salir corriendo en busca de los muchos motivos que este destino posee para disfrutar de una escapada ecoturística memorable. Si no has estado en Liébana o quieres redescubrirla, te dejamos un sugerente catálogo de propuestas.
La biodiversidad de un territorio viene marcada en buena medida por la diferencia de altitudes entre su cota más baja y la más alta. Ahí caben una enorme variedad de ambientes, con la riqueza de especies de flora y fauna que ello conlleva. Si añadimos que, al carácter atlántico de esta comarca emplazada en la cara norte de la cordillera Cantábrica, se suma la marcada influencia mediterránea que le llega desde la vertiente sur, los parámetros de biodiversidad se disparan hasta situarla en el ápice piramidal de la naturaleza ibérica y europea.
Se cuentan con los dedos de una mano las comarcas españolas que pueden presumir de poseer¡¡ más de 2.500 metros de desnivel !! entre su cota más baja -menos de 100 m altitud sobre el nivel del mar en el Desfiladero de La Hermida- y los 2.614 m. del pico Peña Vieja.
Y para disfrutar del destino como merece, diversas actuaciones del reciente Plan de Sostenibilidad Turística de la comarca de Liébana, han permitido mejorar la oferta para recibir al visitante con nuevos productos turísticos, nuevas instalaciones, rutas y equipamientos, así como mejoras de otros servicios ya existentes. Nuevas propuestas, en definitiva, que sirvan para inspirar al ecoturista.
Más allá del envidiable catálogo de recursos naturales en sus diferentes valles, desfiladeros, bosques y praderas, sin olvidar por supuesto la poderosa presencia de la vertiente cántabra del Parque Nacional Picos de Europa, la lista de tentaciones es larga, con propuestas concretas. Con estos mimbres únicos como base de partida y la Biodiversidad como faro, aquí van los ingredientes para hacer el mejor guiso ecoturístico:
1º Bosques para todos los gustos… y colores
Vegetación atlántica y mediterránea se dan la mano como en pocos sitios como en Liébana, donde crecen excepcionales extensiones forestales a base de hayedos, robledales, alcornocales y encinares que forman bosques de renombre. O sorpresas botánicas como el bosque de castaños milenarios de El Habario. Líquenes por doquier que hablan muy bien de la calidad del aire lebaniego, orquídeas, brezos, madroños, plantas que, en definitiva, muestran los contrastes de la generosa biodiversidad de la comarca. Osos, lobos, corzos, ciervos… son algunos de los habitantes de estos bosques y su presencia es sinónimo de calidad de hábitat.
Mención aparte merece el malabarismo botánico del Desfiladero de La Hermida, uno de los más largos de la península Ibérica. El fenómeno de la inversión térmica es responsable de poner la vegetación patas arriba. El mundo al revés. En las partes más bajas, sombrías y húmedas, especies propias de mayores altitudes y en las partes más elevadas del estrecho cañón, la vegetación más termófila, con la encina como absoluta protagonista -como ocurre también en las laderas de solana de los valles más meridionales de la comarca.
2º Miradores de vértigo
La comarca lebaniega cuenta con algunas de las panorámicas más impresionantes de España. Algunos de sus miradores aparecen en la lista de asomos que quitan el hipo. El de la estación superior de Fuente Dé -en la parte alta del esplendoroso circo glaciar-, el de Santa Catalina – a vista de pájaro sobre el Desfiladero de la Hermida-, el de la ermita de San Miguel -para estar literalmente colgado frente al telón de fondo calizo de Picos-, el Balcón de Pilatos (subida a Tresviso), etc. Vistas que te dejarán con la boca abierta y que en algunos casos han sido reacondicionados o dotados de nuevos contenidos para multiplicar sensaciones.
3º Los otros habitantes del Monte Hozarco.
¡¡Shhh!! No le digas a nadie que el Monte Hozarco está habitado por unos seres especiales. Adéntrate por la senda mitológica y no cuentes a nadie lo que allí acontece. Deja el coche en el aparcamiento privado que encontrarás al inicio de la senda en Cicera (Premio Pueblo de Cantabria 2022) y camina los 1,7 kilómetros de sencillo recorrido circular a través del magnífico robledal que te permitirán asomarte al abismo en el mirador de Santa Catalina. Una serie de criaturas irán saliendo a tu paso. Conocerás a El Arquetu, El Pecu Ave, El Trenti, El Cúlebre, así hasta 16 personajes mitológicos a tamaño real que convertirán el paseo en mágico. Y si viajas en familia es un plan perfecto, pero ¡cuidado con la Ojáncana! que ha salido de su cueva en busca de niños perdidos a los que comerse.
4º Por los puertos de Pineda.
Acceder a uno de los lugares más icónicos de la Cordillera Cantábrica es posible gracias a la ruta guiada en 4×4 que se ha puesto en marcha mediante el Plan de Sostenibilidad Turística de la comarca de Liébana. Son unos 15 kilómetros desde La Vega de Liébana a los puertos de Riofrío y Pineda, a 1.800 m de altitud en la divisoria entre las provincias de Cantabria y Palencia, y a los pies de la majestuosa cara norte de Peña Prieta. Etnografía, interpretación, observación de fauna y flora, rastreo, fotografía, geología, historia y usos humanos en un recorrido que emula al de los pastores trashumantes en busca de los pastos frescos de este poderoso rincón lebaniego. En verano y hasta 31 octubre.
5º Cascada del Deva.
Un paraje oculto que pasa desapercibido para la inmensa mayoría de los visitantes. Un estético salto de agua del río Deva, junto a la carretera pero fuera de la vista, escondido en las entrañas de una fabulosa aliseda ribereña con presencia de sauces, chopos, avellanos y acompañado en el bosque de ribera por olmos de montaña y fresnos, entre otros árboles.
Una senda de 500 metros lleva desde el aparcamiento público de Cosgaya hasta el mirador recientemente habilitado en las inmediaciones de la cascada del río Deva. El tramo alto del Deva cuenta además con un habitante de excepción, el fantasma del río: el amenazadísimo desmán ibérico.
6º Cuevas prehistóricas e históricas
En la naturaleza caliza que domina la comarca, fruto de la incesante acción erosiva del karst, se han formado -y lo siguen haciendo- cientos de oquedades, cuevas, grutas y simas. Galerías en el seno de la roca calcárea moldeadas con la infinita paciencia del tiempo. Algunas de estas cuevas, ubicadas en lugares especialmente difíciles, sirvieron de cobijo a los Maquis durante la Guerra Civil en Liébana y Peñarrubia. Emboscados es el producto turístico diseñado para dar a conocer algunas de estas oquedades -como la cueva de La Viorna (Vega de Liébana) y la cueva de Osina (La Hermida)-, que fueron refugio para estos guerrilleros antifascistas. El acceso, con cierto desnivel, ha sido acondicionado para facilitar las visitas turísticas guiadas (con enfoque naturalista e histórico) a estos estratégicos lugares que guardan mil y un secretos de estos emboscados.
Cueva Ciloña por su parte, es protagonista con otros fines. Es una de las cuevas más emblemáticas de la comarca por su ubicación -en la vertical del desfiladero de La Hermida- y dimensiones. Es una enorme cavidad muy ligada a los usos ganaderos, a la etnografía. Empleada desde tiempos inmemoriales por pastores que guardaban aquí su ganado ovino y caprino. Una ruta acondicionada (3,8 km ida y vuelta con 480 m desnivel) lleva hasta su envidiable emplazamiento.
7º Aves alpinas y quebrantahuesos en las alturas de Fuente Dé.
El treparriscos, Ave del año 2025 en España, justifica por sí solo una escapada de turismo ornitológico. Cuando además el escenario en el que habita durante el verano son las paredes calcáreas en las alturas de Fuente Dé, en el macizo Central del Parque Nacional de Picos de Europa -probablemente el mejor lugar de España para su observación-, los alicientes se multiplican. Ahora entendemos por qué vienen pajareros de todo el mundo en busca de las aves alpinas a este rincón lebaniego. Acompañan al embajador de esta propuesta de altura otras especies muy “cotizadas” por los amantes del birdwatching como son el gorrión alpino, acentor alpino y chova piquigualda, entre otras.
Estas pequeñas aves no están solas. Gracias al fenomenal trabajo capitaneado por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, el más bello de nuestros buitres vuelve a volar los cielos de Picos. Sobre la historia de éxito de la conservación y recuperación de la especie dan buena cuenta las experiencias de ecoturismo científico creadas por la fundación en colaboración con empresas locales. La Fundación Oso Pardo, otra de las fundaciones de conservación participantes en las Experiencias de Ecoturismo Científico en España, ha diseñado también en colaboración con la agencia de viajes local especializada Senda Naturaleza experiencias para conocer la parte científica del gran plantígrado presente en la comarca.
8º Al encuentro de los anfibios en Tresviso.
En Picos de Europa viven 10 especies de anfibios: salamandra rabilarga, salamandra común, tritón alpino, tritón palmeado, tritón jaspeado, sapo partero común, sapo común, ranita de San Antonio, rana patilarga y rana bermeja.
Tresviso es una localidad única. Esta pequeña población colgada en las entrañas de Picos de Europa es célebre porque solo se puede acceder caminando a través de una exigente subida por la canal de Urdón. Para llegar en vehículo, solo es posible hacerlo desde Asturias a través de Sotres. Gracias al Plan, esta curiosa aldea cuenta con algunas de estas especies como nuevos vecinos en una balsa de anfibios en el centro del pueblo.
9º Slow Drive
El verdadero guiso ecoturístico se cocina a fuego lento. Solo así es posible degustarlo como merece. El sabor lo ponen sus productos locales km.0, pero también sus aldeas colgadas en el tiempo, su arquitectura rural, sus carreteras que se amoldan al relieve lebaniego invadidas por la tranquilidad. Una excelente red de puntos de recarga para vehículos eléctricos hace que además tu conducción sea aún más sostenible. Para empaparse de románico, de religiosidad, de paisajes, de tejados con chimeneas humeantes, de inmersiones forestales en busca de bienestar, de paisajes ganaderos… la autenticidad se disfruta a ritmo lento. Cualquier rincón es bueno para detenerse y ver pasar la vida, no ver cómo la vida te adelanta a ti. Recorre con calma la comarca tanto a través de la principal carretera que la atraviesa (N-621), como a través de sus enamoradizas carreteritas locales. Solo te arrepentirás de no haberlo hecho antes.
10º Compromiso y Sostenibilidad
No es una propuesta concreta (o sí) pero es tan importante en las reglas de juego del ecoturismo de primer nivel internacional, que es imposible pasarlo por alto. Liébana forma parte, como no podía ser de otra forma, de la Reserva ecoturista de la España Verde, con propuestas concretas en el territorio confeccionadas por varias empresas locales y la agencia de viajes local Senda Naturaleza. Podrás disfrutar de experiencias en torno al oso pardo, a las abejas, al orujo, a los manzanos, etc. Estas empresas locales forman parte de Soy Ecoturista y algunas de ellas, así como también un puñado de alojamientos, están adheridas al Sistema de Reconocimiento de la Sostenibilidad del Turismo de Naturaleza en la Red Natura 2000 (ZEC Liébana). Sellos de calidad garantes de compromiso, sostenibilidad y verdadero ecoturismo.
Es probable que a estas alturas del reportaje te hayan entrado unas ganas irrefrenables de ir a Liébana. Visto el diagnóstico, solo resta tomar la medicina apropiada: visitar este privilegiado destino de Ecoturismo en España.