Valle alto del Lozoya
La naturaleza más salvaje de Madrid tiene como referencia la cuenca alta del Valle del Lozoya, al norte de la comunidad. Se ubica dentro de la Red Natura 2000 (ZEPA Alto Lozoya), la Reserva de la Biosfera cuencas altas de los ríos Manzanares, Lozoya y Guadarrama, y en parte enmarcado dentro del parque nacional de la Sierra de Guadarrama. En su geografía alberga desde paisajes glaciares a importantísimos humedales pasando por bosques interminables de pino y roble. También con encinas y sorpresas botánicas en forma de abedules y sabinas. Pero si algo caracteriza a este valle regado por el cristalino río Lozoya son el regreso del lobo y la importancia de sus habitantes alados.
Visitar el Alto Valle del Lozoya es citarse con una alta y media montaña excepcionales que se combinan con bucólicas praderas en el fondo de valle. Biodiversidad con mayúsculas en sus cumbres glaciares, en sus bosques de pino, roble y encina fundamentalmente y con el nexo de unión del agua -la de múltiples arroyos y regatos que alimentan al río Lozoya- que vertebra de suroeste a noreste la parte alta del que probablemente sea el valle más emblemático de la comunidad madrileña.
Desde luego visitar la cuenca alta del valle del Lozoya no es tarea breve, sobre todo cuando disponemos de una larga lista de atractivos que merecen degustarse con calma. Como es el caso. En esta porción del valle se encuentran las localidades de Rascafría-Oteruelo del Valle, Alameda del Valle, Pinilla del Valle, Lozoya, Garganta de Lozoya-Pinilla de Buitrago, Navarredonda-San Mamés, Garganta de los Montes-El Cuadrón y Canencia. Y en su geografía se localizan puertos de montaña tan emblemáticos como Los Cotos, La Morcuera, Canencia o Navafría, miradores de excepción desde su privilegiada altura serrana.
Lo mejor del Valle del Lozoya
Y como no es tarea sencilla seleccionar entre tanto donde escoger, vamos a poner nuestro granito de arena para mostraros, desde nuestro punto de vista, lo mejor del Valle del Lozoya, ¿Qué ver en el Valle del Lozoya? Ahí va lo imprescindible, ecoturísticamente hablando:
Macizo de Peñalara
El macizo de Peñalara es una excelente representación del modelado glaciar de las cumbres de la Sierra de Guadarrama pero sin duda su máximo interés estriba en las importantísimas zonas húmedas que alberga. Conviene señalar la extraordinaria fragilidad del ecosistema y que hay que extremar las precauciones durante la visita (no abandonar el sendero, etc.).
Al pie del Pico Peñalara, máxima altura del valle del Lozoya y de toda la Sierra de Guadarrama con sus 2.428 metros, se ubica la Laguna Grande, con otras pequeñas lagunas y balsas de agua estacionales o permanentes en sus inmediaciones, así como charcas y zonas de turbera. El parque cuenta con 15 especies de anfibios de los cuales 5 son endemismos ibéricos. Una senda parte desde el puerto de Los Cotos y conduce hasta este emblemático y frágil rincón de la naturaleza madrileña.
Camino Natural del Valle del Lozoya
Dentro del Programa Caminos Naturales que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (actualmente Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) comenzó a desarrollar en 1993 en el territorio nacional y que ha permitido recuperar aproximadamente 10.000 kilómetros de antiguas vías e infraestructuras de transporte para el uso senderista, ciclista o ecuestre en contacto directo con la naturaleza, se encuentra el Camino Natural del Valle del Lozoya.
El Camino Natural del Valle del Lozoya se inicia en el histórico Puente del Perdón (El Paular, Rascafría) y recorre junto al Río Lozoya 53,2 kilómetros de estos parajes de la vertiente meridional de la Sierra de Guadarrama con alta biodiversidad y cargados de patrimonio cultural e histórico. Se compone de un itinerario principal que finaliza en El Cuadrón y seis complementarios. Se atraviesan pinares, bosques de ribera, rebollares, fresnedas, etc., y se pasa por una serie de edificios históricos como la Ermita de Santa Ana (Alameda del Valle), la Ermita de la Concepción (Pinilla del Valle), la Ermita de los Prados (Garganta de los Montes), la Ermita de la Fuensanta (Lozoya), la Iglesia de San Miguel Arcángel (Pinilla del Valle) o el imponente Monasterio de El Paular, de finales del siglo XIV (Rascafría).
Otro elemento sobresaliente de la ruta son los puentes, como los puentes medievales del Puente de Congosto, el Puente de Matafrailes (ambos en Lozoya), el Puente del Cantó y el Puente del Molino (ambos en Canencia), y por supuesto el Puente del Perdón construido en el siglo XVIII. El Camino Natural del Valle del Lozoya tiene una distancia de 53,2 km que salvan un desnivel de subida de 605 m y un desnivel de bajada de 455 m. La duración es de 12 horas pero se recomienda cubrir la distancia en dos jornadas. (Dificultad: Baja-Media).
Observación de Águila Real y otras grandes rapaces
Observar a la reina de los cielos es siempre una deliciosa oportunidad pero cuando además es posible hacerlo con enormes garantías de éxito y la intimidad de un hide, las sensaciones se multiplican. Esto es lo que ofrece la empresa local Wild Iberian Nature con sus hides de la Sierra de Guadarrama, que están ubicados en el Alto Valle del Lozoya. Un hide específico de águila real y otro de carroñeras son las joyas de la corona ornitológica en estos escondites serranos. Pero específico no quiere decir que sea la única especia a observar, ni mucho menos, como pudimos comprobar personalmente para la realización de este reportaje tanto en el hide de águila real (con varias visitas de una pareja en una deliciosa e inolvidable mañana primaveral) y en el que pudimos disfrutar de ratonero, milanos reales y milanos negros, córvidos, abubilla, etc. como puedes contemplar en este minivídeo.
En el hide de carroñeras disfrutamos como enanos de las imponentes siluetas de buitres negros y buitres leonados. El buitre negro presenta en la población del parque nacional (Rascafría-Lozoya-Valsaín) la mayor colonia del centro peninsular y la cuarta más importante del continente europeo. Un encuentro cara a cara con nuestras aves de mayor envergadura y en el que no faltaron a la cita milanos y… la pareja territorial de águila real. Todo un lujo vamos.
Chorrera de San Mamés
La Cascada del Purgatorio, la tranquilidad de Las Presillas, o el gran salto de agua de la Chorrera de San Mamés, copan el protagonismo acuático del valle.
La Chorrera de San Mamés (1.460 m.) es una bella cascada de unos 30 metros de altura formada por el Arroyo del Chorro, que se descuelga de Lomo Gordo, y al que confluyen otros arroyos más pequeños que corren por las laderas orientales (solana) de los Montes Carpetanos. El paraje en el que se ubica la cascada, así como las panorámicas del Barranco del Chorro dominado por el Reajo Alto (2.100 m.), bien merecen la pena (4,2 km. ida dif: media).
La de la Chorrera de San Mamés es una de las rutas del parque nacional Sierra de Guadarrama. Otras muy recomendables son la que parte del Área Recreativa de Las Lagunillas a El Mirador; las que llevan desde esta área recreativa a al mirador de la Peña del Cuervo. o al Reloj de Sol en el puerto de Navafría, la que sube desde Navarredonda hasta el puerto de la Fuenfría, o la que enlaza el puerto de la Fuenfría con el de La Linera a través de La Horizontal.
Más arriba en el valle proliferan también las rutas: Cascada del Purgatorio, Cuerda Larga, Circular a La Morcuera y Alameda desde Rascafría, Puerto de la Morcuera al Puerto de Canencia por el GR10, de La Morcuera a Miraflores, de Los Cotos a El Paular, la circular Pingarrón-Las Cerradillas y Camino de Las Vueltas, el Mirador de Los Robledos, la subida al Pico Peñalara, la de Rascafría al Puerto de El Reventón, la circular Oteruelo-ermita de Santa Ana-Alameda del Valle-Oteruelo, o la que lleva de Lozoya a Navarredonda. Algunas son de dificultad alta y otros sencillos paseos pero siempre en un marco de excepcional naturaleza vinculada al parque nacional.
Y muy cerca de la esta última ruta, la que enlaza Lozoya y Navarredonda, queda la siguiente de las propuestas: el Sabinar de Lozoya.
Sabinar de Lozoya
En un mundo, el de la cuenca alta del Valle del Lozoya, dominado por las densas masas de pino silvestre que tapizan la cabecera y los robledales que cubren las partes medias y bajas de las laderas umbrosas, brilla con luz propia una joya botánica como es el Sabinar de Lozoya. Un bosque relicto de sabinas albares que conforma el único sabinar madrileño. Estos arbustos de buen porte y forma cónica crecen en la ladera del monte El Chaparral entre los 1.100-1.300 metros de altura, justo donde encuentran sus condiciones idóneas de crecimiento con suelo inclinado y en solana. No abunda el agua ni la humedad, de ahí que no se desarrollen robles y si otras especies más mediterráneas como la encina, el enebro, el tomillo o los cantuesos.
Y algo que queda cerca y gustará a los más pequeños (y no tan pequeños) hablando de árboles es la posibilidad de dormir en cabañas sobre encinas.
Abedular de Canencia
A los pies de la Sierra de la Morcuera, muy cerca del puerto de Canencia, crece este bosque de abedules de singular importancia. El abedul, el cicatrizador del bosque, encuentra en una pequeña porción de terreno el lugar idóneo para desarrollarse con buen tamaño. Existe una ruta que recorre el abedular y conduce hasta otra de las cascadas del valle: la Chorrera de Mojonavalle.
La singularidad no estriba solo en los abedules pues en este enclave podemos encontrar abetos de Douglas, tejos y acebos, además de los familiares robles melojos y pinos silvestres, que alcanzan aquí buenos tamaños.
Arboreto Giner de los Ríos
Una toma de contacto botánica más sencilla y muy interesante para disfrutar en familia la encontramos junto al Puente del Perdón y frente al Monasterio de El Paular. Se trata del arboreto de Giner de los Ríos, un jardín botánico que cuenta con una muestra de alrededor de 200 especies de árboles y arbustos de los bosques planocaducifolios de Europa, Asia y América.
Cabras e isabelinas
Y no podemos despedir el reportaje sin mencionar a otras de las especies emblemáticas del valle: la cabra montés, que se mueve a sus anchas en las partes más escarpadas de las cumbres rocosas que escoltan la cabecera del valle, y la más bella de nuestras mariposas, la mariposa Isabelina, símbolo del parque nacional y descubierta para la ciencia en los pinares de la Sierra de Guadarrama. A pesar de su enorme tamaño, no será fácil encontrarla dado su carácter nocturno y su escaso número, pero ahí está, como el águila real, el águila imperial, el buitre negro, el lobo ibérico, ilustres vecinos del Lozoya. Por algo habrán elegido este valle como su hogar….