Reserva de la Biosfera Ribeira Sacra e Serras do Oribio e Courel.

Hablar de la Ribeira Sacra y de las Sierras de Oribio y el Courel es hacerlo de los orígenes de la península Ibérica, geológicamente hablando. Fue la primera tierra en emerger hace más de 300 millones de años. Su magna importancia geológica y su riqueza botánica son los sellos de identidad natural de un paisaje humanizado que acaba de convertirse en la séptima reserva de la biosfera gallega.

Galicia emergió hace más de 300 millones de años por levantamiento tectónico (Orogenia Varisca) cuando el resto la península Ibérica seguía bajo el mar. Y emergió por aquí. La mejor forma de entenderlo es asomarse al Pliegue del Courel. Otros tipos de erosión en periodos posteriores fueron originando y modelando el resto del paisaje que los atónitos ojos del visitante pueden contemplar hoy en estas montañas de Ourense y Lugo. El célebre Cañón del Sil es una de sus postales más soberbias.

Los actuales paisajes de valles fluviales y valles glaciares corresponden en realidad a un episodio importante y mucho más amplio de la historia geológica del planeta, concretamente el Paleozoico inferior y medio, y en menor medida también finales del Terciario y el Cuaternario. El hombre forma parte de ellos desde hace 4.000 años, y ha seducido desde tiempos inmemoriales a monjes y ermitaños que han conferido el sobrenombre de Ribeira Sacra a los cañones del Sil y del Miño y sus riberas. Diferentes monasterios -desde el colosal Monasterio de Santo Estevo a otros más modestos pero igual de sugerentes como el de Santa Cristina- son el emblema histórico de la zona, al igual que sus paisajes ligados a la viticultura.

El río Sil no ha encontrado forma más espectacular de ceder sus aguas al gran río gallego, el padre Miño, que a través de su granítica garganta. El tramo final del Sil, donde se encuentra su célebre cañón rocoso de casi 35 kilómetros, es simplemente sobrecogedor. Paredes que alcanzan en algunos puntos los 500 metros de desnivel y que una serie de miradores permiten disfrutarlo desde mil y una perspectivas (Balcones de Madrid, miradores de Castro, A Cividade, Vilouxe, Cabezoás, A Galeana, del Duque, geomirador de Louxoá, mirador da Capela, etc. son algunos de los más de dos docenas existentes). También desde alguno de los interesantes cruceros fluviales. Al igual que el cañón del Miño, menos escarpado y con laderas que rinden pleitesía a los viñedos que producen uvas -como en las riberas del Sil- de tan extraordinaria calidad. Gran inclinación, orientación y microclima se unen para la producción de los vinos con Denominación de Origen. En las laderas donde no lo hacen los viñedos, crecen bosques de roble, castaños, alcornoques, madroños, pinos, etc. y a su cobijo un interesante catálogo faunístico.

La importancia medioambiental es notable. Estos territorios están inmersos en la Red Natura 2000. El abrupto Cañón del Sil y sus Riberas, así como las Riberas del Miño con su espectacular meandro, monopolizan los atractivos de la parte occidental de esta recién declarada reserva de la biosfera, que lindan al este con la Galicia más verde en las montañas del Courel -geoparque de la UNESCO- y se prolongan hacia el norte por la sierra de Oribio. Combinación difícil de superar.

O Courel, lección magistral de geología… y botánica

La porción oriental de la Reserva de la Biosfera está formada por la Sierra del Courel, integrada por los municipios de Ribas de Sil, Quiroga y Folgoso do Courel que desde 2019 forman el Geoparque Montañas do Courel.

Quizá sorprenda pensar que las montañas del Courel cuentan con un pasado dominado por glaciares de hasta 6 kilómetros de longitud, pero su importancia geológica más sobresaliente se remonta muchos millones de años atrás, con pliegues de más de 300 millones de años de antigüedad y cuyo máximo exponente – de interés mundial- es el gran Sinclinal Tumbado do Courel, popularmente conocido como Pliegue del Courel. Puedes verlo desde el geomirador del Plegamiento de Campodola (en la carretera que une Quiroga con Folgoso do Courel). Unas vistas que quitan el hipo, especialmente cuando se dedica el tiempo necesario para leer e interpretar con calma la excelente información de los paneles. “Aquí empezó todo”.

Geológicamente hablando, el Courel está sobre el Macizo Ibérico y está constituido por rocas y minerales que datan desde el Neoproterozoico al Carbonífero y con numerosos elementos singulares referidos a la estratigrafía y a la tectónica producida por la Orogenia Varisca.

A los ojos del neófito, el granito -tan dominador en el cañón del Sil- desaparece para dar la bienvenida a los terrenos dominados por la pizarra. Consecuentemente, en superficie, también cambia el paisaje vegetal. El Courel, además de sobresaliente importancia geológica, es un emblema desde el punto de vista botánico. A sus magníficos bosques y matorrales entre los que domina diferentes especies de brezos, se une la rabiosa belleza de las orquídeas. Para deleitarnos con estas últimas existen varias microrreservas de orquídeas en la zona y para hacerlo con un bosque en toda regla, nada mejor que adentrarse en la Devesa da Rogueira. Magnífica, no cabe otro adjetivo. Dice la RAE sobre “Magnífico” aquello que es muy bueno o de gran calidad, también aquello que es grande y lujoso. De las primeras acepciones no hay duda; sobre el lujo, es el nuestro de poder caminar este singular bosque húmedo atlántico, probablemente el más representativo de Galicia. A pesar de ser apenas el 1% del territorio gallego, en El Courel están presentes el 40% de sus especies de flora.

Aquí, donde moran el lobo, el jabalí, el zorro o el corzo, el fuerte desnivel existente hasta las cumbres (por encima de los 1.600 m) e inclinación de las laderas, posibilitan la contemplación de varios pisos de vegetación. La Devesa de Rogueira se encuentra entre los 750-1.400 m. de altitud. Un sendero de 8 kilómetros (dif. Alta) que parte desde el Aula de la Naturaleza de Moreda (hay más senderos) permite recorrerla y conocer de primera mano varios Hábitats de Interés Comunitario (el soto, el encinar, los afloramientos calizos, los robledales y la dehesa). La ruta está señalizada y ofrece abundante información sobre flora, fauna, etnografía y cultura ligadas a la Devesa.

Serra de Oribio

Al norte del Courel los límites de la Reserva incluyen la Serra do Oribio que toca con los Montes de Becerreá, pertenecientes a la reserva de la biosfera de los Ancares Lucenses. Muy importante es por tanto esta pequeña sierra como pasillo verde o corredor natural entre ambas reservas.

Estas montañas están surcadas por los ríos Oribio y Sarria y presentan un relieve mucho más abrupto en su cara septentrional. Son un buen lugar para el birdwatching. Una ruta ornitológica en el Monte Oribio permite, partiendo desde Triacastela y subiendo a la cumbre, disfrutar de los distintos ambientes de esta montaña: matorral, bosque, zonas rocosas, y tratar de observar especies tan variadas como camachuelo común, trepador azul, avión roquero, chova piquirroja, aguilucho pálido, aguilucho cenizo, bisbita alpino, zorzal común o mosquitero ibérico.

Geología, flora y ornitología forman el puzzle que desde este reportaje hemos querido trasladarte para conocer -o al menos aproximarte- a la fascinante riqueza natural de esta reserva de la biosfera gallega. Con su declaración son 7 los espacios naturales englobados en la Red Gallega de Reservas de la Biosfera, que representan más del 13% de la red nacional. Sobre ellas te estamos mostrando desde la revista El Ecoturista algunas de sus excelencias dentro de la colaboración con la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda de la Xunta de Galicia gracias al apoyo de la Unión Europea a través del Programa Operativo FEDER Galicia 2014-2020 bajo el lema «Unha Maneira de facer Europa» y Xacobeo 21-22.