Reserva de la Biosfera Terras do Miño
Un recorrido en el 50 aniversario MA&B por la naturaleza y etnografía en esta enorme región, la mayor de las reservas de la biosfera gallegas, en torno a la gran arteria de Galicia. Desde el «doble» nacimiento del Miño a la extraordinaria importancia ecosistémica de las turberas de cobertor en la Serra do Xistral, únicas en Europa.
Terras do Miño es la mayor de las reservas de la biosfera gallegas y la primera en declararse. A punto de cumplir 20 años (fue incluida en la red de la UNESCO en 2002), las 363.669 ha suponen casi el 40% de la provincia de Lugo. Una vasta superficie que la sitúa como la segunda en mayor extensión de la península Ibérica y la única que incluye en su seno una capital de provincia: la preciosa y amurallada ciudad de Lugo. Con estas dimensiones es fácil comprender que son muchos los recursos naturales y culturales que alberga.
En el patrimonio cultural destacan importantes vestigios de la Edad del Bronce, restos romanos y un buen número de castros celtas. Asociados al río puedes encontrar elementos etnográficos como molinos, herrerías, batuxos (embarcaciones para cruzar de orilla a orilla), caneiros medievales (pasarelas de acceso y muros como presa para desviar el curso y la pesca), pesqueiras (muros de piedra para capturar anguilas o lampreas), etc.
El paisaje está dominado por la horizontalidad. Una llanura mesetaria que da nombre a la “Tierra Llana” (A Terra Chá). Bosques, prados y especialmente el agua, protagonizan el paisaje natural en el que se asientan una infinidad de pequeñas poblaciones pertenecientes a 26 municipios. El río Miño, el principal y más largo río de Galicia, nace en esta reserva (muy cerca del límite con otra reserva gallega, la del Eo) y recorre esta enorme zona de la provincia lucense para seguir rumbo sur hacia la desembocadura en A Guarda (Pontevedra). Antes, recibe las aportaciones hídricas del Sil en el seno de la Ribeira Sacra (inminente reserva de la biosfera).
El Miño es la arteria fluvial gallega y, por ende, el eje vertebral de reserva.
Acompañando al padre Miño
Una de las mejores maneras de conocer el corazón de esta reserva, en la cuenca alta del río Miño, es acompañar al río gallego. El arranque, como no podía ser de otra forma, es en su nacimiento. Un inicio de ruta por partida doble, en el Pedregal de Irimia (Meira), una acumulación pedregosa de origen glaciar que son las fuentes altas del Miño, y las lagunas de Fonmiñá (A Pastoriza) donde aflora unos kilómetros más abajo.
¿Sabías que después de nacer, el Miño recorre sus primeros kilómetros como río subterráneo? Las surgencias kársticas de Fonmiñá son afloramientos del agua subterránea del Miño, que aflora en estos puntos conocidos como “los Ojos del Miño” tras disolver la roca caliza que lo tapa. El afloramiento se extiende a lo largo de 350 metros cuadrados y está considerado su fuente principal.
Fruto del escaso desnivel el río corre tranquilo, acumulando un caudal cada vez más generoso. Un buen lugar para acercarse a comprobarlo es en el Área Recreativa Santa Isabel, en Outeiro de Rei. Una pasarela elevada dispone de abundante información sobre la Reserva de la Biosfera y la Red Natura a orillas de un Miño que ya lleva una anchura importante. En sus oscuras aguas se puede ver, un poco más abajo, las piedras de un caneiro, un molino de agua y en el entorno crece un hermoso robledal. Cerca se pueden recorrer un par de rutas muy interesantes ligadas al río: “As Ínsuas do Miño” y “Camiño do Miño”.
Además del Miño, otros ríos y arroyos forman parte de la gran red fluvial. Si el Miño es la arteria aorta de la reserva, las venas hay que buscarlas en otros cursos fluviales como el Ladra, el Eume, el Támoga o el Neira. En ellos, como en el Miño, encontramos cascadas (fervenzas) de enorme belleza. Desde tranquilos saltos de agua casi inapreciables a cascadas de gran plasticidad como la del Miño en el complejo etnográfico de A Fervenza.
Otras formas de entrar en contacto con el líquido elemento en esta reserva de la biosfera son la Ruta del Agua en Guitiriz, la Ruta Augas de Fonmiñá y, en la ciudad de Lugo, el Parque fluvial del Miño (centro de interpretación ribera río Fervedoira). Y para conocer otros hábitats humedales una visita a alguna de las lagunas dispersas por A Terra Chá. La laguna de Cospeito es la más sobresaliente y la mejor acondicionada para el ecoturismo.
Es importante reseñar que el 20% de la flora amenazada de Galicia se puede encontrar en la cuenca alta del río Miño. Existen algunas especies a las que se debe prestar especial atención: Cardiyo da Lagoa (Erygium vivaparum), Chantaxe de auga flotante (Luronium natans), Flor de San Xosé (Narcissus pseudonarcissus subsp. nobilis), Afroixón (Narcissus asturiensis), o el esfagno (Sphagnum pylaisii).
Serra do Xistral
Pero además de estos paisajes del agua, la reserva cuenta con una gran importancia por sus turberas de cobertor. Especialmente reseñables son las de la Serra do Xistral. Esta sierra gallega alberga ecosistemas singulares de enorme importancia en la biodiversidad europea como son los brezales húmedos y las turberas, que en estas suaves montañas cuentan además con dos piezas clave: caballos salvajes (garanos) y lobos, que se suman a la enorme relevancia de este enclave del noroeste Ibérico. Todos los ingredientes para un cóctel ecoturístico único con el valor añadido de su papel protagonista en la lucha contra el cambio climático que te invito a conocer mejor a través de esta Experiencia de Flora.
Los brezales de Erica ciliaris y Erica arborea constituye el hábitat prioritario más extenso de la reserva, que cuenta por otra parte con 22 hábitats de la Directiva Hábitats y que son representativos de algún tipo de humedal. El particular clima local motivado por la ubicación geográfica y la forma aplanada de las cimas del Xistral, permiten el desarrollo de los brezales y las turberas que albergan la mayor biodiversidad del noroeste peninsular.
El complejo de turberas de cobertor, que incluye la práctica totalidad de la representación peninsular, es el más importante del sudoeste europeo. Las turberas son grandes sumideros de CO2 y tienen una gran importancia paleoclimática por contener gran información histórica del clima.