Águila Real desde hide en la Sierra de Guadarrama
Situación
Madrid
Accesos
El hide está situado en el Valle del Lozoya, en la vertiente madrileña de la Sierra de Guadarrama. La empresa que lo gestiona (Wild Iberian Nature) ofrece todos los detalles del punto de encuentro, hora, consejos, etc.
Highlights
Águila real, buitre negro, buitre leonado, milano real, milano negro, ratonero, córvidos, etc.
Cuando
Todo el año.
Consejos
Este hide de Águila Real en la Sierra de Guadarrama está gestionado por la empresa Wild Iberian Nature.
Ropa de abrigo, agua, algo de comida, baterías de repuesto y varias tarjetas de memoria para disfrutar almáximo de la experiencia en el interior del Hide.
Desde la complicidad del hide todo se ve cercano y diferente, incluso la más poderosa de las rapaces ibéricas: el águila real. Una experiencia de altos vuelos en la Sierra de Guadarrama.
No conozco ningún otro país en el mundo donde la proliferación de hides (escondites) sea tan grande como aquí. Esta actividad ecoturística se ha desarrollado en nuestro país de forma exponencial en los últimos años hasta el punto de especializarse en un nicho de experiencias ya de por si especializado. Existen hides repartidos a lo largo y ancho de la piel de toro casi para cada especie. Los hay de todos los tamaños y formas pero todos con una misión común: ver sin ser visto. Y para esa misión hay que reconocer que es una fórmula insuperable.
Para un viajero como yo, amante de los espacios abiertos africanos donde la observación de fauna salvaje a corta distancia es tan habitual como fascinante, encerrarse horas en un habitáculo no se encontraba hace pocos años entre mis preferencias. De hecho tardé en meterme en uno. Pero he de reconocer que ante una fauna ibérica más esquiva y temerosa que la de otros lugares del planeta, estos escondites se antojan como la mejor oportunidad para encuentros frente a frente con buena parte de especies, fundamentalmente aladas, a una distancia que de otra forma sería totalmente imposible. Y a partir de ahí, el uso y disfrute de ese tiempo de observación es variable. Generalmente el fin es fotográfico, pero también meramente contemplativo, para dibujar, filmar o, como digo, simplemente apreciar en vivo la belleza de las especies que desfilan al otro lado del cristal espía.
Una sesión de hide no deja de tener ciertas similitudes con un safari africano: comenzar la actividad todavía de noche para entrar en el hide antes de la salida del sol, o a la mencionada sensación de ver la fauna salvaje a un palmo de distancia. Cada sesión de hide es diferente, al igual que ocurre con cada safari; un aliciente convertido normalmente en ventaja cuando se trata de fauna salvaje. Me gusta.
Una experiencia absolutamente recomendable es la que ofrece este hide gestionado por Wild Iberian Nature y situado en la madrileña Sierra de Guadarrama. ¿La protagonista? El águila real, la más imponente y poderosa de nuestras rapaces.
Una ventaja añadida es que no se trata de un hide monoespecífico. Muchas veces suelen ser escondites dedicados a una especie concreta, pero en esta ocasión el atractivo se multiplica porque además de la indudable protagonista, entran en escena otras especies relevantes como milano negro, milano real, ratonero, buitre negro, buitre leonado… lo que garantiza el frenesí fotográfico y la sesión continua de disfrute.
Además de la especie o especies protagonistas, otro elemento importante es el fondo. Especialmente relevante a nivel fotográfico. En este caso las laderas de la sierra y las cumbres que llevaron a estas montañas a ser declaradas en 2013 como parque nacional son la postal que se disfruta desde el interior del escondite. Extensos bosques de pino silvestre y robledales por debajo de las cimas de huella glaciar conforman el telón de fondo. En esta época el color es un valor añadido; un mar morado de cantuesos floridos que pronto será sustituido por el amarillo de los piornos. En otoño el fondo de ocres acompaña al verde perenne de las coníferas al que darán relevo paisajes invernales de un blanco impoluto.
Cuando se realiza el aporte, cerrar la puerta del hide es sinónimo de darle al Play para que las escenas se sucedan. Comienza el documental de cada día con esa mezcla de nervios producidos por la incertidumbre de no saber qué va a aparecer de pronto, de la interacción entre las diferentes especies que acuden… Y así, ensimismado, pasan las horas volando. Sin ganas de darle al stop. Uno regresa a casa con la mente llena de oxígeno, la retina de imágenes imborrables y la tarjeta de memoria a rebosar.