Campos de Lavanda de Tiedra
Tiedra ha pasado a formar parte de la selecta lista de lugares en España con campos de Lavanda. Y son de mis favoritos. Por la tranquilidad, por la variedad cromática de las diferentes lavandas junto a los campos de girasol y por la educación ambiental que realizan en torno a esta planta aromática desde el primer centro de interpretación dedicado a la lavanda en nuestro país. Nos vamos a Tiedra de Lavanda.
En el amarillo pajizo de los campos de cereal de la meseta castellana se lleva un nuevo color: el morado. La lavanda llegó a este rincón de la provincia vallisoletana en 2006 y lo ha hecho para quedarse. Una loable iniciativa privada ha llevado el mundo de esta aromática que tantos amantes tiene en La Provenza francesa o en los campos de Brihuega (Guadalajara). Moratalla (Murcia), Olite (Navarra), Can Roselló (Lleida), Térvalis (Teurel)… poco a poco van surgiendo iniciativas moradas en otros puntos del mapa pero Tiedra es diferente, sobre todo por cómo lo hace. Bajo el prisma de la educación ambiental que se cocina en el centro de interpretación de la lavanda.
Y además del violeta se lleva el intenso amarillo procedente de los campos de girasol. La floración de los campos de girasol coincide con la de los campos de lavanda produciendo una explosiva combinación cromática a la que no hay cámara que resista. En varios puntos, los cultivos de girasoles y lavandas se tocan unos con otros así que el deleite visual no puede ser mayor.
Los tonos morados van cambiando a lo largo del verano. En Tiedra existen diferentes variedades de lavanda y lavandín, de forma que cada variedad florece en una época e incluso dentro de una misma variedad cada inflorescencia florece en momentos diferentes. ¡Qué sabia es la naturaleza para aumentar y optimizar la impagable labor de las abejas y otros polinizadores!
España es el país del mundo con mayor diversidad de especies silvestres de lavandas y en las llanuras de los Montes Torozos esta aromática se adapta muy bien a los suelos pedregosos calizos de la zona. En Tiedra crecen Lavandula angustifolia, de flores color violeta azulado que aparecen a comienzos del estío, y la Lavandula latifolia, con flores violetas que salen en julio. Ambas variedades se conocen comúnmente como lavanda o espliego, si bien lavanda suele referirse a la L. angustifolia -la más valorada a nivel comercial por las propiedades de su aceite esencial, el más usado en alta perfumería- y espliego a la L. latifolia -con aceite esencial más usado en cosmética y con propiedades antibacterianas e insecticidas.
Bueno en realidad no solo son dos. La reproducción cruzada mediante polinización entre ambas variedades da como resultado el lavandín, la Lavandula intermedia, que se ha convertido en la predominante en la zona. Es una variedad más grande y resistente y produce mayor cantidad de aceites esenciales.
En general los cultivos de lavanda son plantas trabajadas genéticamente e híbridos procedentes de variedades originales o plantas madre. Se plantan mediante esqueje (de ahí la perfecta alineación en surcos) y el rendimiento productivo y comercial es mayor.
La visita a los campos de lavanda se puede hacer por libre o bien mediante las rutas en todo terreno que ofrecen desde el centro de interpretación. Esta segunda opción en “Lavand Rover” además de una mayor contribución local, posibilita aprender sobre el terreno y visitar campos que van más allá de los que están a ambos lados del asfalto.
¿Dónde están los campos de lavanda de Tiedra?
Existen diferentes campos repartidos por el municipio. La mayoría junto a la carretera a Mota del Marqués (VP-6604) y sobre todo en la carretera que une Tiedra con San Cebrián de Mazote (VP-6605). La facilidad de acceso a Tiedra y los campos (apenas a cinco minutos de la autovía A-6) es una ventaja para el visitante, aunque solo sea para hacer un alto diferente en el viaje. Por el momento los campos de lavanda de Tiedra ofrecen la tranquilidad durante los aproximadamente 3 meses que dura la progresiva floración de la lavanda y del lavandín (de junio a agosto en función de la variedad de planta y climatología), con la que ya no cuenta Brihuega. Pero, ahora que somos pocos (y con mayor motivo cuando seamos muchos), la clave está en hacer una visita responsable.
Un selfie responsable
Los cultivos de lavanda son terrenos privados (y aunque fueran públicos también) el sentido común debe imponerse al espíritu del selfie, esa fuerza interior que se ha instalado en el ser humano para hacerse la mejor autofoto. Hay que caminar entre las lavandas con sumo cuidado, sin pisar las plantas ni otros cultivos. No hay que arrancar flores ni es preciso adentrarse en lo profundo del morado para sacar la mejor foto. Cuanto menos se pise mejor.
Y puedes hacerte el selfie con audio. Es un selfie sensorial, pues al vistoso color de la lavándula se une la fragancia de esta planta aromática y el sonido del campo, que unas veces lo produce el suave viento del páramo que mece lavandas y girasoles en un sincronizado baile a cámara lenta y otras, las más, el omnipresente zumbido de las abejas que moran por este buffet de polen. Sin ellas no habría lavandas ni prácticamente nada. Eso sí, van a lo suyo, a libar esas flores por la que sienten una atracción irresistible. Larga vida a las abejas (y el resto de pequeños seres polinizadores).
¿Y qué pasa cuando se acaba la floración? Pues la vida en los campos de lavanda sigue y sobre ella se puede aprender todo el año en Tiedra de Lavanda.
Tiedra de Lavanda, un centro pionero en España
Aromáticas del Duero es una empresa dedicada a producir y comercializar aceite esencial de lavanda que empezó su actividad en 2006 de la manos de Antonio Fonseca y Luz María Cuadrado. Actualmente existen alrededor de 400 hectáreas de plantaciones de lavanda repartidas fundamentalmente en Tiedra y también en los municipios vecinos de San Cebrián de Mazote y Bercero. A esta iniciativa pionera en los Montes Torozos, se han ido sumando otros agricultores que van viendo en la lavanda un complemento muy interesante y quizá una alternativa definitiva al cereal.
Recientemente al elemento agroindustrial se ha incorporado el componente turístico. Antonio y Luz acondicionaron uno de los edificios agrícolas, anexo a la destilería en la que producían el aceite esencial, como centro de interpretación de la lavanda y en agosto de 2019 inauguraron Tiedra de Lavanda, el primer centro de interpretación dedicado a esta planta aromática en España. Se puede visitar de forma libre o siempre mejor guiada junto con la destilería en aproximadamente 1 hora y media. Además de una interesante exposición, tiene una pequeña tienda en la que el visitante puede adquirir el aceite esencial y una buena lista de productos cosméticos que se obtienen a partir del aceite. Y otros no tan cosméticos como una cerveza bien fría de lavanda, un licor o una crema de lavanda.
En el exterior del edificio, junto al jardín donde plantan diferentes variedades de lavanda, acaban de abrir la “Lavandeta”, un simpático food track, con una agradable terraza donde degustar estas bebidas. Han empezado a desarrollar pequeños eventos y actividades en esta zona para dinamizar aún más las noches locales en este tranquilo pueblo de apenas 400 habitantes. ¿Qué tal un tranquilo concierto de música en plan familiar? poco a poco se van sumando iniciativas a idea pionera en Castilla y León.
Y ya que estás en Tiedra no te vayas sin acercarte a conocer su castillo del siglo XII, la zona arqueológica del Cerro de la Ermita de Tiedra la Vieja, un interesante yacimiento vacceo y romano y el único Centro Astronómico en su género de Castilla y León. El centro está certificado Starlight Internacional y cuenta con observación diurna y nocturna.
Por último, una recomendación para comer en tu visita a los campos de lavanda puede ser el restaurante El Refugio del Pago, a 200 metros del centro de interpretación.