Observación de Oso pardo en el Alto Pirineo
Situación
Lleida
Accesos
Los Valles de Aneu (Vall’s d’Aneu) se encuentran al este del Valle de Arán y al norte del Parque nacional de Aigüestortes y Lago San Mauricio. La localidad de referencia es Esterri d’Aneu a la que se llega desde el Valle de Arán cruzando el Puerto de la Bonaigua (C-28) o bien desde Lleida por la C-13 desde Sort.
Al Valle de Bonabé, donde se realiza esta experiencia ecoturística, se accede por Isil y Alos d’Isil, muy cerca de Esterri d’Aneu.
Highlights
La belleza del territorio osero del parque natural del Alto Pirineo. Oso pardo y cérvidos.
Cuando
Entre abril y agosto, coincidiendo con el periodo reproductor del oso pardo, es la mejor época para realizar la actividad.
Consejos
Realiza la actividad acompañado por guías profesionales. Este reportaje lo hicimos en compañía de Obaga Activitats. Sin duda la mejor forma de aprender gracias a su profesionalidad e interpretación ambiental.
Completa la actividad con una visita en la Casa del Oso Pardo en Isil.
A pesar del aumento significativo de osos en el Pirineo su observación resulta compleja pero es una experiencia ecoturística sumamente interesante. ¿En qué consiste una actividad de observación de oso en el parque natural del Alto Pirineo? Te lo contamos en detalle…
Hace un rato que ya ha amanecido. Todavía de noche me he levantado nervioso, como cada vez que voy a ver oso pardo en libertad, y he revisado los últimos detalles del equipo antes de encontrarme con el guía en el punto de encuentro. Pero hoy es un día distinto. La diferencia es que las salidas para ver oso suelo realizarlas en la Cordillera Cantábrica, donde reside la gran mayoría de los osos españoles y en esta ocasión el escenario es distinto: los Pirineos. También son diferentes los osos y la dinámica de la actividad ecoturística para su observación.
El oso pardo (Ursus arctos) que habita en el Pirineo tiene un funesto pasado. Desapareció de los Pirineos Centrales y Orientales a finales de los ochenta (es probable que el último oso pardo de los Pirineos centrales se matara en 1990) y Camille, que es como se llamaba el último oso pardo pirenaico puro, desapareció en 2010. La solución ha pasado inevitablemente por traer osos europeos (eslovenos) y poder así devolver a nuestro carismático mamífero al territorio del que nunca debió faltar.
Pero estamos de enhorabuena, los datos del último censo (publicado en 2018 y correspondiente a datos de 2017) hablan de una población osera en la cordillera de 43 ejemplares (en 2015 había 29 ejemplares identificados). Récord. Uno de ellos es Cannellito el único oso vivo descendiente de la estirpe pirenaica y que lleva el 50% de su ADN natural de la cordillera (procedente de su madre Caramelles). Vive en el núcleo occidental de la población pirenaica… pero puede que hasta este año, como os comento más adelante.
Todos los osos pirenaicos excepto dos (Cannellito y su padre Neré) viven en el núcleo central. El Núcleo oriental continúa deshabitado de forma estable.
Es el núcleo central (Pirineo catalán –parque natural Alto Pirineo y Valle de Arán fundamentalmente- y Pirineo francés) donde viven 41 de los 43 osos en un territorio de 4.000 kilómetros cuadrados. Ahora ya entendéis por qué la probabilidades de avistamiento son bajas aunque, también hay que decirlo, estoy en uno de los mejores lugares para ello.
Además de la buena noticia del aumento en la población osera del Pirineo, se constata el fin del aislamiento entre ambos núcleos. En 2017 Neré y Cannellito se adentraron en el núcleo central y Neré regresó acompañado de otro macho. Cannellito permanece en el núcleo central.
¿En qué consiste la actividad de observar osos?
La experiencia ecoturística de salir en busca de osos en el Pirineo es diferente. Con una población osera mucho menor que la cantábrica, las posibilidades reales de avistamiento son, proporcionalmente, muchísimo menores. Hasta el punto que la actividad gira casi absolutamente en torno al hábitat del oso, a conocer su medio, sus costumbres, su biología y etología, sus soberbios paisajes… y si encima ese día la fortuna está de cara y el avistamiento se consuma, pues no hay premio comparable. Pero con la base principal de conocer el hábitat del oso, se ofrecen las excursiones a los visitantes. Y me parece un acierto.
Por el País del Oso Pardo
No prima el estar antes del amanecer apostado en un lugar de observación para intentar encontrar al oso con las primeras luces, pues las posibilidades de que ese día pase por allí son (de momento) muy bajas. Bajísimas. Pero hoy no he venido hasta los Valles de Àneu, en el parque natural del Alto Pirineo, para realizar ninguna espera de oso, he venido para disfrutar y aprender sobre el oso pirenaico de la mano de la empresa Obaga Activitats y la verdad es que lo hacen con gran profesionalidad. Ya había estado en otras ocasiones en este rincón del Pirineo catalán, pero fue un verdadero placer conocerlo a través de la mirada y el conocimiento del naturalista y educador ambiental Francesc Rodríguez, guía de Obaga.
La razón de ser del ecoturismo y de la existencia actual del oso en los Pirineos va íntimamente ligada al programa PirosLIFE Catalunya, que trabaja desde hace 25 años (creado en 1992) por la consolidación de una población de oso en los Pirineos centrales y con ello el futuro del plantígrado en la cordillera. Lo que conocemos de los osos pirenaicos es gracias a este exitoso proyecto de conservación europeo y Piros es una referencia constante en la actividad. No es para menos.
El recorrido ecoturístico forma parte de la red de itinerarios del oso pardo del Pallars Sobirà. Existen dos actividades: una ruta sencilla (de medio día y adaptada para todos los niveles) bautizada como Por el País del Oso, y una de mayor exigencia física, que transcurre por cotas más elevadas y para la que es preciso dedicar el día completo caminando: Travesía por el País del Oso. Hoy haré la primera en compañía de un pequeño grupo de ecoturistas.
Comenzamos la ruta en el Refugio del Fornet, donde un enorme panel informativo sitúa al visitante en territorio osero. Comenzamos a remontar con el vehículo el recién nacido río Nogüera Pallaresa abriéndonos paso el valle entre parajes de enorme belleza. Praderas repletas de flores, alguna borda, laderas tapizadas de verde que dejan ver de vez en cuando grandes picos que casi rozan los tresmil metros de altitud. Es como caminar por una postal con el hilo musical del rumor del agua.
Tras la parada en una colmena para conocer el mundo de las abejas y la miel, huelga decir que íntimamente ligadas al oso, avanzamos unos metros más con el vehículo hasta llegar al punto donde es preciso seguir a pie. El objetivo es caminar alternando tramos de subida por el precioso bosque de Bonabé con prados más horizontales. Las panorámicas inolvidables y la sensación de que en cualquier momento podemos toparnos con un oso ¿por qué no?, o al menos algún ciervo, algún gamo (como fue el caso) o algún grupo de rebecos pastando, es constante. Entre finales de abril y finales de agosto los osos están en celo y los movimientos son más habituales. También es factible encontrar indicios de la presencia de oso. Es el caso de pelos, excrementos, huellas, rastros, marcas…
En una bucólica pradera, a la sombra de un abeto, Francesc nos sorprende con una degustación de productos tradicionales locales. Sí, estos detalles también forman parte del ecoturismo bien entendido. No hay mejor forma ni lugar para un tentempié antes de seguir ruta.
Uno de los momentos más excitantes es cuando llegamos hasta la zona de fototrampeo y llega el instante siempre enigmático de abrir la cámara para ver si hay prueba evidente del paso del oso por el lugar. El programa Piros tiene instaladas diferentes cámaras de fototrampeo que han conseguido videos e imágenes sorprendentes, como ésta del primer oso salido de la hibernación en abril de 2018.
Hoy no ha habido suerte con el plantígrado, sí con un jabalí nocturno y una cierva la mañana anterior. Tras el visionado de la tarjeta de memoria, desandamos camino sin prisa, realizando alguna parada para escudriñar el valle con los telescopios y prismáticos, hasta el vehículo para regresar al refugio del Fornet, que en esta ocasión se convierte en una merecida parada para reponer fuerzas. Muy confortable y con excelente cocina local. Y un lugar más que recomendable para alojarse.
Casa del Oso Pardo, en Isil.
El colofón a la visita no puede ser otro que la visita a la Casa del Oso (Casa de l’Ós Bru), instalada en una casa tradicional de piedra y pizarra junto al río, en el pueblo de Isil. Podéis echar un ojo a su interior gracias a esta imagen en 360º con Realidad Virtual.
¿Y el oso? No, ese día no lo vimos pero os puedo asegurar que la sensación de su presencia fue una constante durante toda la mañana. Y ha merecido mucho la pena.
Para comprobarlo os dejamos con este video resumen de la experiencia vivida ese día del pasado verano Por el País del Oso…