Desierto del Namib. Entre las Dunas más altas y antiguas del planeta
Situación
Namibia
Accesos
El Parque Nacional Namib-Nauklufut se sitúa junto al Trópico de Capricornio, a unos 300 kilómetros al suroeste de la capital Windhoek (4 horas) y a unos 350 kilómetros al sur de Swakopmund, la segunda ciudad más importante del país (4 h. 30 min.).
Highlights
El desierto más antiguo del planeta (65 millones de años), alberga las dunas más altas del mundo con altura superiores a los 300 metros. No te pierdas el amanecer desde la Duna 45 ni una visita a las zonas de Sossusvlei y Deadvlei.
Cuando
Todo el año.
Consejos
Para visitar las dunas es imprescindible llevar agua (recomendable unos 2 litros por persona) y llevar ropa adecuada y calzado cerrado, así como protección solar.
Si encuentras fauna, especialmente los orix (de aspecto más confiados), no olvides que son animales salvajes y tienen un comportamiento impredecible.
Antes de entrar en el parque nacional no pases por alto una parada en Solitaire. La gasolinera más famosa del mundo tiene probablemente también el mejor pastel de manzana.
Para poder ver el amanecer en la duna 45 es imprescindible dormir en alguno de los 3 alojamientos en el interior del parque, de lo contrario hay que esperar en la puerta de Sesriem a la apertura del parque, ya al alba.
El vasto desierto del Namib alberga algunos de los paisajes más impactantes del planeta. Un mar de arena en el que se encuentran las dunas más altas y antiguas del mundo.
El Desierto del Namib recorre Namibia a lo largo de la franja litoral de 2.000 kilómetros de longitud desde el sur (en el río Orange, frontera con Sudáfrica) hasta el norte (río Kunene, en la frontera con Angola). Se trata de una franja vertical de unos 80-200 kilómetros de ancho limitada al oeste por el Océano Atlántico, el cual confiere una serie de características ambientales que convierten a este desierto en uno de los más particulares del mundo.
Parque Nacional de Namib-Naukluft
Es frecuente hablar del Desierto del Namib y del Parque Nacional Namib-Nauklufut como sinónimos y no lo son. Este espacio natural protegido es solo una pequeña parte –aunque la más espectacular- del gran Desierto del Namib, que ocupa todo el litoral de Namibia.
El Parque Nacional Namib-Nauklufut es un vasto espacio protegido de 49.768 Kilómetros cuadrados ubicado en el centro de la mitad sur del Namib. Debe su nombre a que abarca parte del Desierto del Namib y la Sierra de Naukluft (Naukluftberge). Las dunas se ubican en el sector Namib y Sesriem es la puerta de entrada a este edén de arena.
Sesriem, cuenta con algún alojamiento (camps y lodges, aunque existe alguna opción más de alojamiento dentro del parque), la última gasolinera, alguna tienda y la oficina y control de acceso del parque. Cerca se encuentra el Cañón de Sesriem (a 4,5 km por pista) y al otro lado de la puerta del parque, el pasaporte a la experiencia de adentrarse en las dunas más bellas del mundo, que son también las más altas y las más antiguas.
Cañón de Sesriem
El río Tsauchab nace en el extremo meridional de la Sierra de Naukluft y después de recorrer aproximadamente unos 80 kilómetros llega a la zona de Sesriem. Junto a esta pequeña población del desierto, el río labra un estrecho cañón resultado de la acción erosiva durante al menos los 2 últimos millones de años. El cañón es una pequeña brecha de 1 kilómetro de longitud y 30 metros de profundidad que apenas posee un par de metros de anchura en su parte más estrecha. Muy de vez en cuando corren aguas de forma torrencial y el cañón continúa su moldeado.
El Cañón de Sesreim es diferente al paisaje circundante y se ha convertido en una visita habitual de camino a Sossusvlei. Aunque existe un sendero que permite descender al fondo del cañón y recorrer parte de su lecho, la mejor panorámica se observa desde alguno de los asomos en el borde del cañón. Extremar precauciones, eso sí.
Sossusvlei
Namib, en lengua nama significa “enorme”. Y en verdad lo es; nada menos que 81.000 km2 de desierto en ese inmenso rectángulo de 2.000 kilómetros de alto por 80-200 kilómetros de ancho. En su seno se encuentra uno de los paisajes más impactantes que los ojos del viajero verán jamás, los que salpican Sossusvlei.
Adentrarse en el Valle del río Tsauchab hacia Sossuvlei es comenzar a materializar el que probablemente sea el motivo principal de tu viaje a Namibia, terminar de dar forma a esa experiencia soñada dominada por la arena multicolor. Desde el rojo al amarillo, toda la gama Pantone se encuentra representada en estas dunas del sur de África que flanquean el valle y lo rematan en Sossuvlei, un salar que en ocasiones se encuentra traducido como “el punto de no retorno”. Exacta o no la traducción, parece acertada.
El Desierto del Namib, del que se tiene constancia de su existencia ya en la Era Terciaria, hace 65 millones de años, es el más antiguo del planeta. Los aportes de arena proceden de la cuenca del río Orange, al sur, que al llegar a la costa las corrientes de viento la devuelven tierra adentro en sentido sur-norte. De hecho en la mitad occidental del desierto, la más pegada al mar, los cordones de arena se disponen en líneas paralelas a la línea de costa, de sur a norte, por estos vientos dominantes. En la mitad oriental la arena crea dunas en forma de estrella, con diferentes vértices y brazos, lo que aumenta aún más la plasticidad del paisaje. Se debe a que allí los vientos soplan en todas direcciones, lo que evita también el avance de las dunas.
La arena contiene partículas de óxido de hierro que confieren el característico color naranja, el mismo que da nombre al gran río. En función de la hora del día, las tonalidades van cambiando debido al ángulo de incidencia del sol, adquiriendo tonos que van desde un rojo intenso con las primeras luces, hasta el naranja y el amarillo para regresar al rojo al despedir el día. Una de las imágenes más perseguidas es justo en el momento en que la incidencia lateral de los primeros rayos de sol dejan la mitad de la duna roja y la otra cara de la arista, en penumbra, de color negro. Sólo aquí es posible contemplarlo.
Otra particularidad presente en el Namib es su escasa pluviosidad pero cuenta con la existencia de humedad ambiental debido a la corriente de Benguela. Esta corriente marina trae aguas muy frías y vientos que introducen masas de aire frío en la costa formándose nieblas y bajas temperaturas en comparación con los 45ºC que se alcanzan fácilmente en el interior del país. Las nieblas costeras son habituales durante más de 180 días al año, concentrándose entre febrero y abril. No son pocos los días que las dunas amanecen heladas debido a esas gotas de humedad que deposita la niebla sobre la arena.
El Valle del Río Tsauchab se adentra en la arena como una escisión horizontal de este a oeste, haciendo una gran muesca en el trazado vertical del desierto penetrando la misma distancia desde Sesriem hasta Sossusvlei que lo que resta desde Sossusvlei hasta el Atlántico si pudiéramos seguir avanzando hacia poniente a través del mar de dunas. Dicho de otra forma, Soussvlei se encuentra en el centro geométrico del Namib en esta parte ancha del Desierto. Y este profundo tajo salado es la vía más cómoda de entrada a las dunas. Como cuchillo en mantequilla. Para facilitar el desplazamiento, la pista se encuentra asfaltada desde la puerta de entrada hasta el aparcamiento de turismos en las inmediaciones de Sossuvlei y Deadvlei.
A lo largo de estos 65 kilómetros las dunas se suceden a ambos lados del asfalto. El primer contacto cercano con ellas es a los pies de la Duna nº 1. A la derecha de la carretera. Una explanada mirador permite realizar una parada. El momento suele coincidir con el alba y es la primera gran oportunidad de observar y fotografiar el color rojo intenso de una de las míticas dunas del Namib. Es zona de querencia para los órix y gacelas saltarinas. Si tenemos la suerte de ver a estos animales –frecuentes en el valle-, la composición artística dará rienda suelta a los ojos de cualquier fotógrafo. Desde la duna 1 la carretera desciende para cruzar el lecho, normalmente seco, del río Tsauchab y afrontar la parte más ancha del valle en una recta infinita hasta el citado aparcamiento de vehículos, muy cerca de Sossuvlei.
Algunos apartaderos invitan a detenerse frente a algunas dunas aunque la más célebre es la Duna nº 45. Es la duna que ofrece la oportunidad de caminar hasta su cima. Siempre impresionante, hacerlo por la noche para ver amanecer es algo irrepetible, si bien ese privilegio queda reservado a los visitantes que se alojan dentro del parque y no han de esperar al alba para que abran la puerta de entrada. La bella Duna nº 45 presenta un perfil de gran belleza y mide 80 metros de altura; no es ni mucho menos la más alta pero si un accesible mirador.
Un poco más adelante la carretera avanza por lecho más blanquecino y llega al aparcamiento de turismos previo a Sossuvlei. Es un área con acacias y arbustos (buen lugar para observar orix y gacelas), lo que indica la existencia estacional de agua. La pista se continúa 4 kilómetros más hasta el mirador Big Daddy Dune, en Sossuvlei, pero el trayecto es solo apto para vehículos 4×4 (y conductores experimentados), pues las acumulaciones de arena son importantes en algunas zonas. Es el tramo más bello del recorrido y finaliza en otro aparcamiento, muy cerca del Deadvlei. Existe un servicio de shuttle 4×4 del parque nacional que acerca a los visitantes hasta el Deadvlei a modo lanzadera.
La Duna del Gran Padre (Big Daddy Dune) es realmente imponente. Sus 325 m. de altura son un desafío para muchos senderistas. Su visión es impactante y la subida a pie dura. Big Daddy es la más duna más alta de Sossuvlei pero no la mayor del Namib, ese privilegio queda para la Duna nº 7 (cerca de Walvis Bay). Se trata de la duna más alta del mundo con ¡383 metros de altura!
Sossus en lengua nama significa “lugar de reunión para el agua” y Vlei en africans “lago poco profundo”. En efecto en esta zona al final del valle en ocasiones se forman lagunas muy someras. Como sartenes de sal que esporádicamente se cubren de humedad. Algunas hace muchos años que ya no se llenan: Deadvlei por ejemplo.
Deadvlei
Deadvlei o “Laguna Muerta” es en realidad un cementerio de árboles momificados sobre un salar. Cuentan con unos 900 años de antigüedad y no llegan a descomponerse totalmente debido a la falta de humedad ambiental. El lugar es tan fantasmagórico como imponente. Se llega caminando desde el último aparcamiento durante 1 kilómetro sin grandes desniveles. Sencillo. A mitad de camino, al coronar un paso entre dunas, Deadvlei aparece de pronto. Solo resta bajar y disfrutar de la imagen soñada desde diferentes ángulos. Espectacular. Puedes experimentarlo en esta imagen 360º VR.
Las dunas en la zona de Sossusvlei están cubiertas por arena que cuenta aquí con 5 millones de años de antigüedad. Cielo azul intenso, el blanco del salar, el naranja de la arena, el negro de los troncos de acacia (camelthorn) momificados… uff, te costará abandonar el lugar.
Y de regreso al hotel, en la noche africana, no te olvides de contemplar el cielo. En ausencia total de contaminación lumínica la experiencia ha de completarse por la noche, mirando al cielo. Pocas veces se tiene la ocasión de contemplar un espectáculo astronómico desde una entrada de tribuna como ésta.