Espacios Naturales

Geoparque de Granada

24/12/2019 Autor: Alfonso Polvorinos
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Situación

Granada

Accesos

El Geoparque de Granada ocupa una vasta extensión de la provincia andaluza. Se ubica al norte de Granada, de la que dista 1 hora por carretera (A-92).

El Geoparque está bien comunicado por autovía desde Guadix y Baza, principales puertas de entrada a los sectores occidental y oriental respectivamente del Geoparque.

Highlights

Los paisajes geológicos del Cuaternario, fundamentalmente sus cárcavas y cañones. Los yacimientos paleontológicos que albergan la fauna de grandes mamíferos desde hace 2,5 millones de años. Y cuenta con los vestigios humanos y tradiciones ancestrales más antiguos de Europa.

Cuando

Todo el año.

Consejos

Destina al menos 3-4 días para conocer bien el sector occidental del Geoparque de Granada y los muchos atractivos de la comarca de Guadix.

Respeto al alojamiento, no pases por alto la oportunidad de dormir en una casa-cueva.

Tienes más información sobre el Geoparque en su web oficial, así como en la del Patronato Provincial de Turismo de Granada y en la de la Comarca de Guadix.

El paisaje del noreste de Granada es pura fuerza. Abrumador. Solo por recorrerlo con calma, mimetizándose poco a poco en su superficie de arena y roca hasta la absorción total, ya vale la pena pasar unos días en esta zona, pero es que además posee recursos y lugares de interés de primer orden internacional, que en breve le llevarán a engrosar la lista española de Geoparques Mundiales de la UNESCO. Acompáñanos a recorrer la parte occidental de este vasto territorio e ir descubriendo una sorpresa geológica tras otra. Su portentoso paisaje es la puerta de entrada a las sensaciones pero cuidado, que aquí el paisaje es solo el principio…

 

Laderas multicolores en el Geoparque de Granada.

Con el mapa sobre la mesa uno intuye que las dimensiones a las que se enfrenta no son pequeñas. 4.772 km2 de las comarcas de Guadix, Baza, Huéscar y Montes, nada menos. También se da uno cuenta que en la parte central se localiza un embalse que bien puede servir para dividir claramente dos partes –este y oeste- bien diferenciadas. De hecho, son los sectores occidental y oriental del geoparque y es lo que hice a la hora de planificar una primera visita a la depresión u “hoya” de Guadix-Baza, que es geológicamente a lo que corresponde esta región granadina. Un viaje a estos valles del norte de la provincia es una inmersión directa en el Cuaternario, que cuenta con los vestigios humanos y tradiciones ancestrales más antiguos de Europa pero que alberga además el mejor registro fósil de grandes mamíferos del Cuaternario, con varios yacimientos realmente sorprendentes, que contienen algunos de los animales que habitaron la zona durante los últimos 2,5 millones de años.

Guadix, con Sierra Nevada al fondo, es la puerta de entrada al sector occidental del geoparque.

Y para explorarlo cuento con el mejor anfitrión posible, el geólogo del geoparque: Francisco García, un libro abierto que pronto me sitúa en la antesala de lo que vamos a ir viendo: “este paisaje Cuaternario, a diferencia de otras zonas cuaternarias del planeta es muy muy joven. Se formó hace apenas medio millón de años“. Ayer en tiempos geológicos. Hace 5 millones de años casi todo el paisaje que hoy vemos estaba bajo el agua, un gran lago endorreico -sin salida al mar-, alimentado por las cuencas fluviales. Un gran plato lleno de agua hasta el borde y un terreno perfecto para el depósito de sedimentos en capas horizontales que permiten leer el sustrato a las mil maravillas. Cuando una parte del borde -en su parte oeste- permitió la salida natural del agua, el lago se fue vaciando y se fueron modelando los paisajes agrietados que han llegado hasta nuestros días. Son las cárcavas o badlands, uno de los sellos de identidad del geoparque que, gracias a su reciente formación (solo 500.000 años), se muestran al ojo del visitante como recién hechos. Y es que no ha dado tiempo a que el paso del tiempo los haya erosionado (tiempo en términos geológico, con toda la amplitud que ello conlleva). A la cámara fotográfica se le acumula el trabajo tratando de inmortalizar las afiladas aristas de estas cárcavas, que dicho sea de paso, hacen las delicias de una abundante población de cabra montés.

El geoparque de Granada es una inmersión directa en el Cuaternario.

Lindante al norte con el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el Parque Natural Sierra de Castril, al este el Parque Natural Sierra de María-los Vélez, y al sur el Parque Natural Sierra de Baza y el Parque Nacional y Parque Natural de Sierra Nevada. Un buen puñado de sierras, a cada cual más espectacular, que envuelve a esta llanura –la depresión de Guadix-Baza- que forman los valles del norte de Granada. Actualmente pertenecen a la Cuenca Fluvial del Guadalquivir y, a pesar de la proximidad del Mar Mediterráneo, los caprichos de la naturaleza han querido que vierta hacia el Atlántico.

De sorpresa en sorpresa

Mapa en mano, escudriñando la multitud de puntos de interés, surgen las dudas: ¿Cuáles son los highlights del sector occidental del geoparque, lo que no te puedes perder? ¿Qué ver en el Geoparque de Granada? Toma nota:

Este recorrido por el sector occidental comienza en Guadix, célebre entre otras muchas cosas, por su mundo subterráneo: las cuevas. Una primera para imprescindible es el centro de interpretación que te sumergirá en la vida troglodita. Cuevas habitadas desde la Edad Media y que actualmente sirven de alojamientos rurales con todas las comodidades, de bodegas, de restaurantes, de baños árabes, de museos… Muchas de las poblaciones del geoparque cuentan con barrios cueva dignos  de visitar. El conjunto de ocio y museos de Trópolis (Alcudia de Guadix) es otra de las paradas indispensables en este paseo subterráneo.

Al sur de Guadix se localizan dos enclaves de notable interés que suponen la primera toma de contacto con el característico paisaje de las cárcavas. Son las Badlands de Marchal y Purullena.

Cuevas en Gorafe.

Cerca también de la bella capital de esta comarca, la principal puerta de entrada a la zona occidental del Geoparque, se encuentra un enclave realmente sorprendente, sin duda uno de los recursos top de este espacio natural: el Yacimiento paleontológico de Fonelas. He de reconocer que lo que allí me encontré me fascinó especialmente. Puedes hacer un asomo 360 con Realidad Virtual a través de la siguiente imagen.

Hiena gigante de rostro corto, la protagonista de Fonelas.
Yacimiento paleontológico de Fonelas.

Hace 2 millones de años por aquí campaban mamuts o tigres de dientes de sable, animales “habituales” del mundo prehistórico que todos tenemos en nuestra mente, pero también guepardos, rinocerontes, cebras, jirafas, etc. De hecho el yacimiento paleontológico de Fonelas, en el Valle del Río Fardes, es el cubil de un grupo de hienas gigantes de rostro corto y los restos de sus presas que, excelente estado de conservación, ofrecen una información única.

Alberga por ejemplo los primeros restos de otros animales mucho más “familiares” como el lince ibérico, el lobo (etrusco), el tejón o la cabra montés, con los que también convivían las hienas (así como el buey almizclero, el licaón, etc.). Una lección de mastozoología al descubierto de la que todavía no me he repuesto.

Tigre Dientes de Sable

En el exterior de este yacimiento museizado existen sencillas rutas para conocer la flora del lugar, especialmente adaptada a la xericidad, y se divisa una buena panorámica de la cercana Sierra Nevada y de un horizonte de cárcavas que anuncia lo que va a venir.

La escasa cobertura vegetal permite disfrutar del paisaje geológico.
Acequia del Toril.

Al salir de Fonelos en dirección norte hacia Alicún de las Torres y Gorafe la sinuosa carretera se abre paso entre fértiles vegas y laderas multicolores que dan una pista clara de la infinidad de minerales que contienen estos sedimentos emergidos. El cerro Mencal es un buen ejemplo (cerro englobado en la ruta de los dólmenes del geoparque).

 

En Alicún otra sorpresa, en esta ocasión relacionada con el agua: la Acequia del Toril. En este lugar afloran aguas termales muy ricas en bicarbonato cálcico que al llegar a la superficie precipitan formando calizas travertínicas. Estos travertinos van creciendo hacia arriba como auténticos muros, que en algunos puntos alcanzan los 15 metros de altura y hasta 4 metros de anchura, y va canalizando el agua a modo de acequia. Se da la curiosidad de que el carbonato, al precipitar, va fosilizando la vegetación y encontramos también restos de troncos fósiles. Apuntad bien esto en vuestra lista de paradas: los travertinos.

Un poco más adelante, antes de llegar a Gorafe, a la izquierda de la carretera aparece la Discordancia angular de Gorafe, que se reconoce muy bien por sus pliegues verticales.

Travertinos en formación.
Discordancia angular en Gorafe
Paisajes entre Alicún y Gorafe, al fondo la Sierra de Cazorla.

Gorafe es una localidad de pequeño tamaño y encantadora ubicación. Con sus casas-cueva y el centro de interpretación del Megalitismo. En este municipio existe una especial concentración de monumentos funerarios de hace 5.000 años, de ahí que otro alto en el camino recomendado sea el Parque Megalítico. Después de visitar el citado centro de interpretación, se pueden visitar sobre el terreno algunos de los ¡242 dólmenes! encontrados. La carretera hacia Gor, que nos dejará en la autovía, es uno de los mejores ejes para visitar los dólmenes.

Dólmen en el Parque Megalítico de Gorafe

Pero antes, en la parte alta del pueblo, una pista de tierra conduce a otro de los platos fuertes del geoparque: El Cocón, un imponente mirador natural ubicado en la Vereda de Chirlata, en el Espacio Natural de Interés Garganta de Gorafe. Desde aquí tendréis una panorámica privilegiada de buena parte del geoparque; un mar de cárcavas multicolores en el que se diferencia bien la zona occidental, en la que dominan los colores rojizos debido a la predominancia de arcillas y la zona oriental, más blanquecina debido a la mayor presencia de yesos. Arenas, limos, arcillas, calizas y yesos son los principales sedimentos del paisaje.

Garganta de Gorafe.
Desierto de Gorafe desde El Cocón.

Con el cuerpo aún sobrecogido por la imponente visión que acabo de contemplar, recorro la mencionada carretera megalítica y desemboco en la autovía. Apenas recorridos unos kilómetros por la N-342 hacia Baza, la abandono para tomar la carretera que desciende hacia Bácor, muy cerca ya de la presa del embalse del Negratín.

El descenso ofrece de nuevo la oportunidad de disfrutar de una panorámica excepcional. Ya abajo, antes de remontar hasta la presa, nos topamos con otra peculiaridad del geoparque: la Transición marino-continental, donde se muestra la zona de tránsito entre la sedimentación marina de la Cuenca de Guadix-Baza y los materiales del relleno continental a partir del Turoliense.

La flora está adaptada a las duras condiciones de xericidad.

Cuevas del Campo es el final de mi ruta. Aquí se localizan las Cárcavas de la Rambla del Moral, caracterizadas por una erosión en túneles (“pipings”) que perfora sus paredes que forman un cañón de un centenar de metros de altura. Y también en las inmediaciones del embalse del Negratín se ubica el mirador del Negratín.

Embalse del Negratín.
Cárcavas en el mirador del Negratín.

El embalse del Negratín es un contraste absoluto con el paisaje contemplado hasta ahora. Un mar de agua que recuerda en cierto modo a lo que debía ser la zona en su etapa endorreica. Asomado a este amplio mirador se observa desde arriba un mundo de badlands, de afiladas acanaladuras formadas por la erosión de estos materiales blandos debido a la escorrentía del agua de lluvia. Se suceden los barrancos, los canales y se pueden ver también las chimeneas de hada (sedimentos blandos verticales con una caperuza de material duro) o los conductos cilíndricos verticales en la pared del escarpe denominados pipes. Con suerte también alguna cabra montés. Sumido en tan hipnótico panorama (al que te puedes asomar en esta imagen 360 VR) cuesta si quiera imaginar que es hora de regresar.

Mirador del Negratín.
El Negratín recuerda que buena parte del geoparque fue un gran lago endorreico.

Cuevas del Campo es el final de mi ruta por el momento. Es imposible no querer volver. Tengo una cita pendiente con algunos puntos del sector occidental como las Lavas almohadilladas (Alamedilla) producto de emisión submarina, la serie miocena del cerro Molicies (La Peza), los deslizamientos rotacionales del Valle del río Gor, o el imponente desierto de Los Coloraos, pero es que además el asomo al mirador del Negratín me deja con la miel en los labios de lo que aguarda en la otra orilla y al noreste de este balcón, el sector oriental del Geoparque de Granada. Allí, entre cárcavas blanquecinas, me aguardan otros tesoros geológicos como las sismitas y badlands de Galera y Castilléjar, la Peña de Castril, la Falla de Baza, el cañón kárstico del río Guardal, el Yacimiento paleontológico Fuente Nueva-3 y puntos de interés turístico como el mirador 360 de Jabalcón, entre otros. Serán objeto de un nuevo viaje al Geoparque.

Cárcavas en el Embalse del Negratín.
Embalse del Negratín.
Embalse del Negratín.

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