Espacios Naturales

Valle de Ordesa, 100 años como parque nacional

08/08/2018 Autor: Alfonso Polvorinos / El Ecoturista
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Situación

Huesca

Accesos

Desde Huesca por la N-330 hasta Sabiñánigo y de allí la N-260 a Fiscal y Broto.

Highlights

El paisaje glaciar y kárstico. El Monte Perdido es la montaña calcárea más alta de Europa. Entre la fauna destaca el Quebrantahuesos, marmotas, rebecos.

Cuando

Primavera, verano y particularmente el otoño son las estaciones más espectaculares en el valle de Ordesa.

Consejos

Una visita al Centro de Visitantes del Parque Nacional en Torla.

Infórmate bien de las rutas existentes en el valle y realiza aquella acorde con tu experiencia y forma física.

El 16 de agosto de 2018 se cumplen 100 años del Real Decreto por el que se declaraba el Valle de Ordesa como parque nacional, el segundo de la red española y uno de los primeros del mundo. Probablemente el valle más bello de cuantos se extienden por la península Ibérica quedaba protegido. Hoy día, asomarse al Valle de Ordesa despierta la misma admiración en quien lo contempla por vez primera, como la que invadió a Lucien Briet y Pedro Pidal hace algo más de cien años para fraguar su conservación. Gracias a ambos.

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Macizo de Monte Perdido

Ordesa es mi valle, así me gusta llamarlo. Él me ha deparado algunos de los momentos personales más intensos en comunión con la naturaleza y a él debo todo en mi carrera profesional. Fue a comienzos de los noventa cuando lo visité por primera vez y desde luego, aquel espectáculo natural me marcó de por vida. Un biólogo como yo, en su último año de carrera, vio casi como si de una señal se tratase, como aquella primera visita daba el pistoletazo de salida a lo que han sido mis años posteriores entre la ciencia, la divulgación, la conservación y el turismo de naturaleza, los ingredientes de mi vida profesional. A Ordesa tengo pues que felicitar con todo mi corazón por sus cien primeros años como parque nacional y agradecer por lo que ha supuesto y supone en mi vida. Pero aparquemos el sentimentalismo personal (no es fácil) para compartir con los lectores de El Ecoturista algunas líneas sobre el “Divino Cañón” en su centenario. Del Valle de Ordesa se pueden publicar muchos reportajes, muchísimos. Este tiene que ver con su protección como parque nacional.

Valle de Ordesa desde la Sierra de las Cutas.

Protegiendo el “Divino Cañón”

Sin duda alguna el mayor artífice de la protección de Ordesa tiene un nombre propio, el de Lucien Briet, asiduo del valle, quien fascinado por la belleza del “divino cañón” (Ordesa) luchó hasta casi el día de su muerte por la protección de tan impresionante lugar. Este francés escribió: “Si no existe en España una sociedad para la protección de los paisajes, pueden suplir su cometido la Diputación Provincial de Huesca y la Real Sociedad Geográfica, con personalidad bastante para interesar al Gobierno de Madrid en favor del Valle de Ordesa. Si éste impusiera su voluntad, el divino cañón se convertiría en la península en un Parque Nacional portentoso, reflejo del creado por los norteamericanos a orillas del Yellowstone, un Parque Nacional donde florecían las siemprevivas de montaña, donde se reproducían sosegadamente los sarrios y las truchas, y donde por último, la venerable selva de los Pirineos sería respetada como una abuela: los soñadores acudirían de todas partes a solazarse en plena naturaleza salvaje, en un asilo cerrado por muros olímpicos perfectamente conservados, y el cual aparecería en las generaciones futuras, fatigadas por el desarrollo de las artes y las ciencias, como una reminiscencia de la edad o del venturoso jardín del edén”. Que no se preocupe el lector, tanto empeño merecía su recompensa y finalmente, el glorioso día 16 de agosto de 1918 el Valle de Ordesa (o del río Ara) quedó declarado Parque Nacional. España contaba desde ese momento con el segundo parque nacional del país, tras la declaración un par de meses antes (22 de junio), de la Montaña de Covadonga como el primer parque nacional español.

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Murallas de La Fraucata.

El asturiano D. Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa, quien se erigiera un par de meses antes en protagonista con la declaración de la Montaña de Covadonga, tuvo también junto a Lucien Briet una importantísima labor para la declaración de Ordesa.

La Fraucata en invierno

El Real Decreto de 16 de agosto de 1918, bajo el que se declaró parque nacional, y el Real Decreto de 26 de septiembre de ese mismo año, por el que quedaba aprobado su reglamento, recogían a la perfección los incuestionables valores del Valle de Ordesa, en ese momento más estéticos que otra cosa. En cualquier caso Ordesa quedaba protegido. Con el paso de los años y los estudios científicos, la importancia geológica, botánica y zoológica del valle ganaba enteros vertiginosamente y Ordesa seguía dando que hablar. En la Exposición de Motivos de la Orden Ministerial de octubre de 1974 se dice: “En el Pirineo Central de la Provincia de Huesca existe un espacio natural de excepcionales características, compuesto por parte de la cordillera axil pirenaica y el macizo de Monte Perdido, alineaciones que concurren en el pico de Marboré, mojón señero de la frontera entre España y Francia”. “Desde antiguo, dicho espacio natural ha merecido la atención de geólogos, botánicos, zoólogos, espeleólogos y montañeros por los numerosos alicientes que ofrece la singular naturaleza de su gea, la variedad de su flora y las particularidades de su fauna. El Monte Perdido, máxima altitud del Macizo de las Tres Sorores, domina los cuatro valles principales, denominados Valle de Ordesa, Cañón de Añisclo, Garganta de Escuaín y Valle de Pineta”. “El deseo de preservar tan hermosos parajes en la forma en que se han conservado hasta el presente y la necesidad de acondicionarlos adecuadamente para que puedan ser admirados y disfrutados por las generaciones presentes y futuras aconseja otorgarles el máximo grado de protección previsto en nuestro ordenamiento jurídico”. Una vez más los deseos y la lógica volvían a imponerse y el 13 de julio de 1982 (Ley 52/1982), las 2.100 hectáreas del Valle de Ordesa, a todas luces insuficientes, se reclasificaban y ampliaban hasta las 15.696,20 hectáreas protegidas actuales con la inclusión del macizo del Monte Perdido. La cifra se va casi hasta las 35.000 Ha. añadiendo las 19.196,36 Ha. que incluye la Zona Periférica de Protección, y un Área de Influencia Socioeconómica de 89.290,44 Ha. El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido era un hecho. Los galardones y reconocimientos continuaron en años sucesivos (y continúan): Diploma de Europa al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en la categoría A, Lugar de Interés Comunitario de la Región Biogeográfica Alpina, Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Protección para las Aves y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Geoparque de la UNESCO… (Fuente: Las Mejores Excursiones por el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. Ediciones El Senderista. Autor Alfonso Polvorinos)

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Tozal del Mallo desde la Pradera de Ordesa.

Desde el año 1982 el parque nacional ocupa un territorio mucho más amplio que el valle de Ordesa. Ordesa es el sector más occidental del Parque. Y también el más visitado. Corresponde al valle por el que discurre el río Arazas y tiene actualmente su límite sur en el Puente de los Navarros -situado al oeste; y que con 1.000 m. de altitud es el punto más bajo del sector (la cota más baja del parque son los 700 m. en Añisclo)- y el Pueyo de Modicieto en la Sierra de las Cutas (al este). El límite septentrional viene definido por el pico Gabieto (oeste) y el pico Marboré (este). En este sector se encuentran dos de las cuatro Zonas de Reserva del Parque Nacional descritas en el Plan Rector de Uso y Gestión: la Umbría de Ordesa y la Gruta helada de Casteret.

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Brecha de Roland

Echando la vista atrás, aquel BOE de 16 de agosto de 1918 fijaba en su artículo 3 los límites del parque nacional del Valle de Ordesa o del río Ara: “al Norte, todo lo largo de la cúspide de las murallas que asoman al Valle, desde Mondarruego a la Cascada de las Gradas de Soaso. Al Este, la Cascada de las Gradas de Soaso. Al Sur, desde esta Cascada a la cumbre de las Murallas, siguiendo ésta por encima de la Faja de Pelay, hasta dar vista a Torla. Por el Oeste, desde donde empieza la Faja de Pelay mirando a Torla, al Puente de los Navarros, Sopellana, San Guino y Mondarruego”.

Valle de Ordesa desde la Ruta de los Miradores.

Un paisaje sin parangón

Estéticamente, el valle de Ordesa es un paisaje absolutamente diferente al resto de valles pirenaicos. De modelado glaciar, es junto al leridano valle de Arán el único gran valle de la cordillera que se abre de este a oeste, paralelo al eje axial. El resto de grandes valles lo hacen de forma transversal. De marcada impronta glaciar, sus gigantes calizos -la cabecera del valle está en los dominios de la montaña calcárea más alta de Europa, el Monte Perdido (3.355 m.)-, sus fajas, sus cascadas, el río que lo sigue modelando a diario, su vegetación…

El valle en otoño.

El Pirineo a gran escala es una enorme zona de transición entre la vegetación española y la del resto de Europa (esto es, entre la vegetación mediterránea y la eurosiberiana).

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se engloba dentro de la Región Eurosiberiana -aunque con zonas de contacto con la vegetación mediterránea- y predominan pues las especies más propias de latitudes superiores. Aunque existen especies en los valles de Ordesa y Pineta, la vegetación mediterránea está presente en el valle de Añisclo y en puntos muy localizados de la solana del valle de Escuaín. En los terrenos del Parque, como en todas las montañas, a medida que ascendemos altitudinalmente las condiciones climáticas varían, y con ellas, las asociaciones y formaciones vegetales.

La flora es uno de los principales baluartes por los que Ordesa, y posteriormente Monte Perdido, han sido declarados Parque Nacional. La lista de especies vegetales del Parque se acerca a las 2.000, con gran número de endemismos y gran variedad de ecosistemas. Bien es cierto que el sector Añisclo es, botánicamente hablando, el valle con mayor biodiversidad.

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Cascada del Estrecho.
Laña en el centro de visitantes de Torla

Laña, el último bucardo

En Ordesa se escribió el último episodio de un baluarte animal que, dicho sea de paso, tuvo mucho que ver en la declaración del espacio protegido original. Se trata del bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica).

El año 2000 no pudo comenzar peor para esta subespecie de cabra montés. Laña, que así es como se llamaba el último bucardo, una hembra de once años, fue encontrada muerta la mañana del día 6 de enero por la guardería del Parque en la Faja de Pelay, en las alturas de Ordesa. Laña fue sorprendida por la caída de un enorme abeto mientras dormía en la seguridad de la faja.

La Faja de Pelay había sido el lugar “escogido” por los últimos bucardos para refugiarse de una extinción anunciada. El bucardo, una de las cuatro subespecies de cabra montés presentes en España, fue abundante al menos hasta el siglo XIV. Desde siempre ha sido un preciado trofeo de caza y fue ésta, primero legal y posiblemente más tarde la ilegal, junto a la tardía reacción para salvar a los pocos que quedaban a finales del siglo XIX (tras el enorme exterminio cinegético de ese siglo), la que le ha llevado al trágico final. La declaración de Ordesa como Parque Nacional fue encaminada en gran parte a la conservación del bucardo, pero hasta los años 80 no se decidió por fin actuar con firmeza. En 1989 se realiza el inventario más riguroso realizado hasta la fecha y el resultado fue tan lamentable como desolador, ya que no cifraba la población en más allá de diez o doce individuos. Ya era tarde y la suerte estaba echada. El Plan de Recuperación del bucardo, no obstante, siguió funcionando hasta el último día en trabajos orientados a la reproducción de las hembras que todavía vivían. En abril de 1999 cuando todos los intentos reproductores se contaban por fracasos, se decidió capturar a Laña para tomar muestras de su ADN. La hembra fue puesta en libertad y las tres muestras epiteliales obtenidas aguardaron mucho tiempo a buen recaudo la futura clonación de la subespecie. Los primeros resultados no han dado su fruto.

Quebrantahuesos adulto radiomarcado.

Por el contrario el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus barbatus) va incrementando su población (el parque cuenta con la mayor población ibérica del más bello de nuestros buitres, especialmente en el sector Escuaín).

Quebrantahuesos y bucardo constituyen la cara y la cruz de la fauna del Parque. Uno, el quebrantahuesos, ve recuperada su presencia en el cielo mientras otro, el bucardo, lo visita para siempre. Laña reposa disecada en una vitrina del centro de visitantes de Torla, y desde los paneles informativos de que la flanquean, la última bucarda nos cuenta su historia. Una historia que es la historia de todo un valle y la historia de su conservación. En el caso del quebrantahuesos es recomendable la experiencia de su observación de la mano de la Fundación Quebrantahuesos.

El valle a finales de primavera.
Gradas de Soaso desde la Faja de Pelay.

El valle de Ordesa invita a recorrerlo sin prisa, disfrutando de la infinidad de atractivos naturales que alberga desde la baja hasta la alta montaña pero soy consciente de que resulta complejo decidir. Rutas como la del Camino de Turieto Bajo, la de la Faja de las Flores, la de la Faja de Pelay, la de la Gruta de Casteret y Brecha de Roldán, la de las Murallas de la Fraucata, la del Collado de Plana Cuasta o la principal ruta del valle, que lleva hasta el Circo de Soaso y la Cola de Caballo… se antoja muy complicado seleccionar. Para ello es preciso conocer bien el terreno y ser conscientes de nuestra forma física y experiencia montañera. Personalmente, puestos a elegir, os recomiendo mis dos favoritas: la Faja de Pelay (comenzando por la dura Senda de los Cazadores y regresando por la Cola de Coballo y Soaso) y la Ruta de los Miradores. Ésta última transcurre por encima de la Faja de Pelay, por las alturas de la Sierra de las Cutas, y sin ser grandes caminantes podéis disfrutarla gracias a la experiencia de recorrerla en 4×4 con asomos a pie a los diferentes miradores.

Tobacor
Circo de Soaso

Me despido de mi valle con un mensaje dirigido a los futuros visitantes: Si ya has visitado Ordesa sabes de lo que hablo, si es la primera vez que vas a ir a conocerlo mucho cuidado: ¡su belleza va a marcar tu vida para siempre!

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Tozal del Mallo.
Circo de Soaso desde el Mirador de Sarracils

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