Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Ecoturismo accesible

Visitar por primera vez la Reserva de la Biosfera de Urdaibai es un sueño hecho realidad. Sobre todo para los enamorados de las aves. Destino de referencia de pájaros y pajareros de todo el mundo, este singular espacio natural es el paraíso del turismo ornitológico, un lugar de encuentro donde confluyen cientos de especies en sus viajes migratorios. Algunas tan emblemáticas como el avetoro o el águila pescadora, estrellas indiscutibles que acaparan los flashes de observadores y fotógrafos de naturaleza. Pero Urdaibai es mucho más que eso… Una amplísima y variada oferta de equipamientos nos van a permitir, —también a los usuarios con movilidad reducida— conocer a fondo uno de los espacios con mayor biodiversidad del País Vasco.

En el transcurso de nuestro viaje haremos varias escalas. La primera de ellas nos transporta al corazón de la marisma, el Bird Center, un original edificio concebido como terminal aeroportuaria donde profundizar en el conocimiento de las aves y sus migraciones. En su interior, descubriremos de dónde vienen y hacia dónde van, el por qué de sus desplazamientos y un sinfín de aspectos relativos a su biología y ecología. Una serie de monitores nos revelarán el minuto a minuto de la marisma, como si de un gran hermano de la naturaleza se tratara.

Y es precisamente de la mano de las nuevas tecnologías como vamos a poder ser testigos de la culminación de un sueño: el asentamiento del águila pescadora en el golfo de Bizkaia. A través de una serie de paneles informativos conoceremos los entresijos del programa de recuperación de esta amenazada rapaz, que tras casi una década de trabajo podría por fin lograr tan ambicioso objetivo. Una webcam estratégicamente situada nos permite seguir en directo —incluso desde casa, en Youtube— las vicisitudes de una pareja que ha realizado la puesta de tres valiosísimos huevos.

Si tenemos suerte, quizá podamos sorprender a la reina de la marisma ejecutando vertiginosos lances de pesca al otro lado del cristal que separa el observatorio del estuario. Eso es exactamente lo que ocurrió cuando visité por vez primera el Bird Center, cuando me bastaron apenas unos minutos para disfrutar de uno de los espectáculos más sobrecogedores de la avifauna ibérica.

Pero para panorámicas que nos dejarán sin palabras, las que pueden contemplarse desde el observatorio elevado, al que se accede gracias a un ascensor. Una auténtica torre de control desde la que vigilar los despegues y aterrizajes de los emplumados pasajeros que aquí se dan cita.

Bordeando el Urdaibai Bird Center, a escasos cinco minutos, encontraremos un camino perfectamente asequible para la silla de ruedas, al final del cual se ubica el observatorio de Orueta. ¡Es hora de poner en práctica lo aprendido! No olvides los prismáticos y una buena guía de aves… Sin mucho esfuerzo conseguiremos ver nutridos bandos de garcillas bueyeras o garcetas comunes descansando sobre las concurridas islas de vegetación, acompañadas de garzas reales, espátulas o cormoranes. Si dispones de tiempo suficiente quizá tengas la suerte de contemplar el hipnótico vuelo del aguilucho lagunero, siempre al acecho de alguna presa distraída.

Una perspectiva distinta la obtendremos en Ekoetxea Urdaibai… y no solo por las vistas. Este centro de la biodiversidad, ubicado en el municipio de Busturia, es un lugar inspirador lo mires por donde lo mires. Su singular emplazamiento, una casa torre del siglo XV, es solo una de las sorpresas que aguardan al visitante. Sus instalaciones, totalmente adaptadas, albergan exposiciones permanentes y temporales que invitan a una profunda reflexión: formamos parte de un todo, somos una pieza más en el delicado y complejo engranaje de la Tierra. Un mensaje latente en la sala dedicada a la biodiversidad, espacio lleno de color que refuerza ese nexo de unión con todas las criaturas vivientes.

Para poner la guinda al pastel, nada mejor que subir al observatorio de la torre, un privilegiado balcón con panorámica 360º desde el que podremos divisar, por ejemplo, la isla de Ízaro o los montes circundantes… En el exterior del edificio, el entorno, igual de relajante, nos ayudará a cargar pilas para continuar nuestra aventura.

Uno de los principales atractivos de la Reserva de la Biosfera es el recorrido por el Tramo Superior de la Ría del Oka, el corazón de Urdaibai. Una intrincada red de caminos y pasarelas nos brinda la posibilidad de sumergirnos de lleno en un paisaje vertebrado por el río Oka y modelado por la mano del hombre. Es la opción perfecta para los más activos.

Entre Gernika y Kortezubi la ruta serpentea entre el carrizo y la verde campiña, salpicada de caseríos. Bajo mis pies, una fina lámina de agua cubre la vegetación acuática sobre la que resuena la potente melodía del ruiseñor bastardo. Mientras tanto, en los prados, un ratonero permanece suspendido en el cielo, buscando atisbos de vida. Avanzo unos metros más, y el bosque me envuelve con su cálido abrazo. Aquí se acaba el sendero para mí… Un insalvable tramo de escaleras me hace recular y regresar al punto inicial. A pesar de este inconveniente, es un paseo que recomiendo realizar.

Otra buena alternativa es la que parte desde el poblado romano de Forua, —totalmente accesible, por cierto— junto a la estación de tren de la localidad. Hay que cruzar las vías para seguir el itinerario, trazado por una pista asfaltada que pronto da paso a un amplio mirador de madera sobre la orilla del Oka. A izquierda y derecha el trayecto discurre paralelo al río, donde no será raro observar garzas, garcetas, archibebes o zampullines a corta distancia.

Flanqueado por jóvenes robles y sin perder de vista el encinar cantábrico, tardo bastante en completar la larguísima recta que acompaña el fluir del agua hacia la marisma, que va ganando protagonismo. Finalmente, la inmensidad del estuario se extiende frente a mí, provocando una sensación de libertad indescriptible. Huele a lodo, a sedimento… Una esencia guardada en lo más profundo de mi pituitaria y que, en pocos lugares como la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, soy capaz de evocar.