YELLOWSTONE, 7 Cosas imprescindibles para ver
Se cumplen 150 años de la declaración de Yellowstone como el primer parque nacional del mundo. Referente naturalístico y conservacionista, este enorme parque es un escenario geotermal único asentado sobre la mayor caldera volcánica del planeta, y reducto de la mejor vida salvaje de Norteamérica. El Ecoturista ha ido en el 150 aniversario hasta la meca de la naturaleza mundial para visitar sus fuentes termales, géiseres y fumarolas, y observar osos, lobos e infinidad de herbívoros. Un safari fotográfico top.
El profesor Hayden condujo la primera exploración científica por el parque, realizó su primera descripción y urgió al Congreso Federal a preservarlo. Para convencerles se apoyó en las acuarelas de las maravillas de Yellowstone realizadas por Thomas Moran. Persuadido con cuanto llegaba a sus ojos y oídos, fue el presidente Ulysses S. Grant quien aprobó la declaración de Yellowstone como parque nacional el 1 de marzo de 1872. En aquella fecha histórica no solo se declaraba el primer parque nacional en Estados Unidos, sino el primer espacio protegido con esta figura en el mundo. Este año se conmemora el 150 aniversario de la declaración.
Pero excepto para las tribus indígenas que allí vivían (Pies negros, Shoshones y Crow fundamentalmente, y también los Kiowa, Bannock, Nez Perce y Gros Ventre), de Yellowstone no se sabía nada o casi nada hasta pocos años antes de su declaración.
Y es que en la época de los tramperos, exploradores y comerciantes de pieles en el Lejano Oeste se coló un español: Manuel Lisa, hijo de padre murciano y madre de Florida, nacido y afincado en Luisiana. Y lo hizo por la puerta grande. A comienzos del siglo XIX el fundador español de la Compañía de Piel de Misuri realizó exploraciones remontando el río Yellowstone para tratar de encontrar además una comunicación entre el Atlántico y el Pacífico a través del agreste territorio de las Montañas Rocosas. Fue su primera expedición (1807) la que dio pie a que John Colter, uno de sus integrantes, descubriera, casi por accidente huyendo de las tribus indígenas, el espectacular Yellowstone. Tras años dándole por muerto y sin tener noticia de él, Colter apareció en el gran salón de vida salvaje y pesca de San Luis (Luisiana) para contar a los presentes que había regresado del “infierno” y explicar lo que sus ojos habían visto: tierras hirviendo, columnas de vapor, lagos humeantes de colores…
Las primeras noticias de Yellowstone habían llegado de tramperos francocanadienses a mitad del siglo XVIII, aunque la que más influyente fue la expedición cartográfica de Meriwether Lewis y William Clark (1806), en la que John Colter participó como soldado. Una parte de aquella expedición, la comandada por Clark, navegó el río Yellowstone y describió a su regreso (unos meses antes de la primera expedición de Manuel Lisa) el valle del Yellowstone como “escarpado y cubierto de nieves”, destacando también la abundancia de animales “peludos” como el castor y la nutria. Nada se dijo de los fenómenos geotermales que un par de años después Colter vivió en sus carnes. John Colter está considerado el padre de Yellowstone, al menos en su faceta de descubridor de los afamados paisajes geotermales.
Uno de los grandes ecosistemas del planeta
Yellowstone es uno de los grandes ecosistemas del planeta. Sus dimensiones son enormes: 90.000 kilómetros cuadrados de los que, tras sucesivas ampliaciones, el parque nacional ocupa el 10% de ellos (9.000 km2) repartidos en los estados de Idaho, Montana y Wyoming. Para dimensionarlo correctamente el Gran Ecosistema tiene una extensión semejante a toda la comunidad autónoma de Castilla y León y el parque nacional el tamaño de la comunidad de Madrid.
Alta montaña, bosques -fundamentalmente coníferas-, y vastas extensiones de praderas subalpinas son los grandes trazos del ecosistema. La enorme caldera se encuentra a una altitud media de 2.400 metros de altitud y posee un clima subártico, con fuertes nevadas y lluvias. La nieve es una constante durante buena parte del año y durante el verano, de mayo a septiembre, incluso hace su aparición en cualquier momento del día. En estos meses pasar de la manga corta al abrigo varias veces al día es algo habitual.
El parque cuenta con 67 especies de mamíferos (grizzly, oso negro, lince, lobo gris, puma, coyote, alce, bisonte, berrendo, carnero de las Rocosas, ciervos, nutria, castor, etc.) y 285 de aves. Pero no es por la fauna por lo que Yellowstone es único…
1. Manantiales termales de colores, fumarolas y piscinas de fango
En Yellowstone, como en América, todo es a lo grande. Tienen su Gran Ecosistema y puestos a tener un volcán, tienen el calificado como Supervolcán. Las enormes erupciones volcánicas que ocurrieron aquí hace 631.000 años colapsaron el edificio volcánico que ocupaba el centro del actual parque y éste se derrumbó formando una caldera de 50 por 65 kilómetros. La mayor caldera volcánica del mundo.
Pero a pesar de que para muchos de nosotros es conocido por su fauna -con el oso Yogui como embajador- este parque nacional es sobre todo un parque nacional geológico. Ahí si es diferente a cualquier otro.
La actividad geotérmica de Yellowstone es extraordinaria. Entre el vasto catálogo de elementos y fenómenos geotérmicos que se reúnen en el parque, las pozas de colores (pools) son las más abundantes. Estos manantiales termales varían desde zonas espumosas o agua hirviendo, hasta pozas claras y tranquilas de tremenda profundidad.
Se originan porque el agua de las precipitaciones se filtra bajo tierra, es calentada por una fuente profunda de magma y sube a la superficie como agua sobrecalentada. Dependiendo de la estrechez del conducto de subida los fenómenos que origina son diferentes. Si el conducto es ancho, sin constricciones, el agua sube, se enfría y se hunde libremente formando las fuentes o manantiales termales. En ellas, la combinación de ph del suelo (predominantemente ácido) y las elevadas temperaturas superficiales, son un caldo de cultivo perfecto para las bacterias. Diferentes grupos de bacterias y algas son los responsables de los distintos colores del agua superficial y las orillas. En un recorrido por el parque podrás ver toda la gama de colores y tonos imaginables. Los colores cálidos (amarillos, rojos, naranjas) se deben a la presencia de bacterias termófilas que obtienen la energía de la oxidación de los metales del agua a 50-60ºC, y los colores fríos (verdes y azules) a algas termófilas que viven entre 38-56ºC y obtienen la energía de la luz solar.
¿Cuáles son las fuentes termales más espectaculares? Las pozas de colores se concentran especialmente en el valle del río Firehole, entre Old Faithful y el cruce de Madison. Se encuentran por doquier y será difícil elegir, pero las más espectaculares por tamaño y colorido se localizan en las zonas de Lower Geyser Basin (Celestine pool), Midway Geyser Basin (Grand Prismatic), Upper Geyser Basin (Sapphire pool en Biscuit Basin, Opolescent pool y Emerald pool en Black Sand Basin, y el espectacular trío de ases formado por Morning Glory pool, Cromatic pool, y Beauty pool cerca del Old Faithful).
La mayor poza multicolor es el Grand Prismatic, que cuenta con un diámetro de 112 metros y una enorme variedad cromática en sus orillas. El mejor lugar para verlo es el mirador al que se llega después de 15-20 minutos de suave paseo desde el aparcamiento Fairy Falls (2,5 kilómetros ida y vuelta). Lamentablemente durante la realización de este reportaje el sendero se encontraba cortado y no pudimos acceder. Volveremos al Grand Prismatic, rebautizado por Rudyard Kipling en 1889 cuando lo visitó como “medio acre del Infierno”. Si Colter hubiera levantado la cabeza en aquel momento, le habría dado la razón.
Hacia el norte del cruce de Madison (Madison Junction), río Gibbon arriba, se encuentra la cuenca (basin) de Norris Geyser. Sin grandes pozas de colores como las de Old Faithful, Norris tiene sin embargo una belleza que cautiva. Especialmente la zona de Porcelain, una amplia llanura blanca en la que proliferan las surgencias de colores que van desde el marrón hasta el verde y el azul.
Abyss pool, en la cuenca de West Thumb Geyser, es una insondable y preciosa poza de color azul ubicada a orillas del Lago Yellowstone.
Mammoth Hot Springs es otra visita indispensable no tanto por las pozas de colores ni las fumarolas (que las hay) sino las cascadas travertinas formando terrazas por la interacción del agua con la roca caliza. Estas terrazas se encuentran entre las formaciones geotermales que mayor dinamismo presentan, cambiando su aspecto con celeridad, emergiendo y secándose rápidamente.
Las fumarolas (respiraderos de vapor) son las características hidrotermales más calientes del parque. El agua caliente asciende por conductos y al llegar a la superficie emerge como vapor de agua. Si la salida al exterior es muy estrecha la columna de humo va acompañada de un silbido o rugido característico. El mejor momento para observarlas es cuando hace frío, pues la cantidad de vapor es mayor. Están en las zonas de mayor actividad hidrotermal, junto a las pozas de colores y géiseres, pero el conjunto de fumarolas más imponente lo encontrarás en el área de Fountain Paint Pot y se aprecian muy bien desde la larga recta de la carretera en las planicies Fountain.
Los fangos son aguas termales ácidas con un suministro de agua limitado. Los ácidos forman gases volcánicos y los microorganismos descomponen la roca circundante transformándola en arcilla y lodo de diferente consistencia. El calor del suelo hace que alcancen altas temperaturas y en muchas zonas llegan a bullir formando burbujas.
La consistencia y la actividad de la mancha de barro varían con las estaciones y las precipitaciones, adquiriendo un aspecto más viscoso o menos denso. Puedes ver fangos en Artist Paintpots, Norris Geyser Basin, Fountain Paint Pots, West Thumb Geyser Basin, y Mud Vulcano.
2. Géiseres
Geyser es una palabra islandesa que significa “manantial” y cada geyser (géiser) señala la emanación de una fuente termal. Escribió John Muir (1838-1914) en uno de sus influyentes artículos sobre ellos en Yellowstone que son “… tan numerosos y variados, la Naturaleza parece que haya elegido a sus fuentes más excepcionales y las haya puesto juntas para demostrar en un solo lugar de todo lo que es capaz. Se han contado más de cuatro mil fuentes termales y unos cien géiseres en el parque, nadie sabe cuántos más puede haber…”.
Actualmente se contabilizan 300 géiseres en el parque, 180 de ellos en la carretera que conduce a Old Faithfull a través del valle del río Firehole. Yellowstone alberga el 60% de los géiseres del planeta y más fuentes termales que ningún otro lugar del mundo.
Los géiseres brotan con agua caliente y humeante. Son fuentes termales cuya abertura exterior se estrecha generalmente cerca de la superficie adquiriendo un diámetro similar al de una cañería por el que el agua caliente, que a mayor profundidad puede superar el punto de ebullición superficial (93ºC) y que ve dificultada su libre circulación para disipar calor, es propulsada a presión formando el imponente chorro de agua y vapor de agua.
El más famoso del parque es el géiser Old Faithful, que llega a alcanzar 30-55 metros de altura y brota de forma predecible y periódica cada 90 minutos aproximadamente. Además del “Viejo Fiel” en la cuenca donde se encuentra (Upper Geyser Basin) existen cientos de géiseres más. Uno especialmente estético es el Castle Geyser.
Steamboat (en Norris Geyser Basin) es el géiser más alto del mundo, que alcanza los ¡90 metros de altura! Lamentablemente la frecuencia de sus erupciones es impredecible por lo que durante tu visita probablemente no aprecies más que una columna humeante.
3. Observación de lobos
Yellowstone es el mejor lugar del mundo para observar lobos en libertad. Esta contundente afirmación justifica la fama que el cánido salvaje ha dado al parque en los últimos años. Actualmente cuenta con 95 individuos en diferentes manadas (diciembre 2021) pero hace no mucho llegó a desaparecer exterminado por el ser humano. En 2015 en el Gran Ecosistema Yellowstone había 528 lobos.
En 1995, 31 lobos grises traídos de Canadá protagonizaron el regreso estelar de la especie y el símbolo del éxito en la regeneración de un ecosistema que se vio alterado sin su presencia. Hoy los aullidos del lobo se escuchan en casi cualquier punto del parque nacional, si bien el valle de Lamar es sin duda su bastión principal. Este valle del noreste del parque es el lugar de encuentro para quienes acuden a Yellowstone en busca de vida salvaje. Se trata de un valle abierto, en el que se observan con facilidad tanto lobos como grizzlies, búfalos, ciervos, berrendos, etc.
El lobo en Yellowstone es una religión. Cientos de fieles se congregan en diferentes puntos de observación para seguir las evoluciones de sus ejemplares favoritos mientras personal voluntario del Proyecto Lobo informa a los visitantes y vela por una observación responsable del gran lobo gris. Y dentro del valle de Lamar, Slough creek es el epicentro lobuno.
El lobo se extendía por buena parte de los Estados Unidos de América en el siglo XIX con cifras que situaban a este depredador en una población de 2 millones de ejemplares. A mediados del siglo XX, su presencia se había reducido al 5% del territorio original de distribución. El último lobo fue cazado en el parque nacional en 1926. Actualmente está prohibida su caza en el interior del espacio protegido, pero cuando estos animales salen de los límites del parque, su suerte cambia.
Theodore Roosvelt, conocido popularmente entre los estadounidenses como el presidente naturalista, inauguró en 1903 Roosvelt Arch, la puerta de entrada al parque por el norte, en Gardiner, “Para el beneficio y disfrute del pueblo”. Bajo este histórico arco de basalto cruzó en enero de 1995 el camión que transportaba los animales que plasmaban un cambio crucial en la política conservacionista de Yellowstone: los primeros 31 lobos grises de vuelta al hábitat que un día no muy lejano fue hogar para la especie.
El 12 de enero de 1995 el Secretario de Interior de Estados Unidos, Bruce Babbit, y el Director del Servicio de Vida Salvaje y Pesca de Estados Unidos, Mollie Beattie, reintrodujeron el primer ejemplar en el valle de Lamar. Desde entonces los lobos de Yellowstone son fruto de un completo programa para su estudio científico y el uso de collares GPS es una herramienta clave para su seguimiento y el estudio de su distribución, reproducción y mortalidad.
Dos años después de la llegada de los 31 lobos grises canadienses, el parque reforzó la población con 10 individuos más traídos del noroeste de Montana consolidando el paradigma del regreso a lo salvaje.
Durante la realización de este reportaje tuvimos la fortuna de disfrutar con la observación de varios lobos grises, pero el momento más sorprendente fue el poder ver a dos lobas cuidando en la lobera de ¡20 hambrientos cachorros! Momento que protagoniza este video 4k.
4. Observación de osos
El parque más querido por los americanos tiene como símbolo a otro de sus ídolos de infancia: el oso Yogui. ¡Qué gran campaña de marketing hacia la especie y el parque, la protagonizada por Yogui y Bubu! Actualmente residen en el parque alrededor de 300 grizzlies como ellos y 500-600 osos negros americanos que se mueven a sus anchas por estas montañas. Ambos úrsidos se encuentran -junto a lobos y bisontes- en el pódium de los animales más buscados en Yellowstone.
En el Gran Ecosistema Yellowstone la población de oso grizzly está censada en 728 osos (año 2021). En el año 1975 eran 136 y fueron aumentando progresivamente su número hasta el pico alcanzado en 2014 de 751 osos grizzlies y ampliando gradualmente su hábitat ocupado en más del 50%.
Al igual que los lobos, el oso grizzly se puede encontrar en bastantes zonas del parque, si bien el valle de Lamar y el valle de Hayden son los mejores lugares para observarlos. Las primeras y últimas horas del día son los mejores momentos pues incrementan su actividad, saliendo del bosque a praderas abiertas a comer. Siempre a distancia prudencial (está prohibido situarse a menos de 100 metros), con un poco de fortuna y buscando en las zonas propensas, ver un grizzly de cerca no es complicado. Bien es cierto que, salvo que seamos observadores con mucha suerte, dedicando solo un par de días a visitar Yellowstone (mucha gente es lo que hace) será complicado materializar este sueño.
Los rangers están especialmente atentos a las zonas oseras para mantener el orden y evitar convertir una pasión observadora en un problema. Existen unas reglas del juego muy claras que todos los visitantes han de respetar cuando de osos se trata (distancia, comida, en las caminatas por los senderos).
Mayo y junio son los mejores meses para ver a los osos (grizzlies y negros) con los cachorros, cópulas, etc. Incluso, como pudimos comprobar durante nuestros días en Yellowstone en un impresionante viaje con el fotógrafo de naturaleza Javier Parrilla, alguno de los habituales infanticidios protagonizados por los machos para inducir a las hembras a entrar en celo (lo puedes ver en este video). Durante el invierno no se avistan osos ya que están hibernando.
El oso negro americano presenta variabilidad en el pelaje y no todos son negros; los hay marrones, rubios o canela. En ocasiones los más pardos se pueden llegar a confundir con un grizzly joven.
Existen otras especies de mamíferos muy difíciles de observar: el lince canadiense cuenta con 112 observaciones registradas -la mayoría de citas en la orilla este del Lago Yellowstone-, el puma cuenta con una estimación de 34-42 ejemplares en el parque y la cabra montesa (200-300 individuos) se puede ver en las montañas de la parte norte del parque, aunque no está considerada como especie autóctona del Gran Ecosistema.
Otras especies características son: carnero de las Rocosas (131 en el parque y 345 en el noreste del Gran Ecosistema), ciervo (elks; 10.000-20.000 en el parque en verano y menos de 4.000 en invierno), alce (menos de 200 en el parque), venado o ciervo mulo (1.900 en verano y menos de 400 en invierno en el parque), berrendo (alrededor de 500 en el parque), y castores (100 colonias en el año 2015).
Fiel amante como soy del concepto Big Five para los safaris fotográficos, apuntar que en Yellowstone viven los Big Five de Norteamérica: el oso negro, el grizzli, el alce, el puma y el lince.
5. Observación de Bisontes
El bisonte es, junto a la actividad hidrotermal, el emblema del parque nacional. En ningún otro parque americano es posible ver tantos como aquí. Su población fluctúa entre 2.300-5.500 individuos dependiendo de la época del año, pero durante el verano resulta una gozada para el visitante observar las manadas que se concentran en los pastos del valle de Lamar y el valle de Hayden fundamentalmente. Es la época del año en que los grupos de bisonte son más numerosos. También en el valle Madison y en otras zonas del parque como el valle Firehole o las orillas del lago Yellowstone.
Como animales salvajes que son hay que extremar las precauciones y no acercarse a menos de 25 metros. Estos enormes bóvidos -llamados popularmente búfalos por los americanos- pueden llegar a rozar la tonelada de peso en los grandes machos.
Desde mayo de 2016 el bisonte es el mamífero nacional de USA (Ley Nacional del Bisonte aprobada por Barack Obama) pero su historia pasada en Norteamérica ha sido trágica. Ha protagonizado la mayor masacre animal del continente, especialmente durante en la segunda mitad del siglo XIX. El bisonte ha sido el sustento alimenticio y centro de vida de muchas tribus indígenas y su exterminio, la principal arma de los colonizadores blancos para finiquitar a los indios norteamericanos. La estrategia era sencilla: acabar con el mayor número de bisontes y ofrecerles reclusión en las reservas indias a cambio de comida. Ha sido un arma “no tan oculta” durante las llamadas Guerras Indias. De alrededor de 60 millones de bisontes que había a finales del siglo XVIII, se exterminaron de tal forma que solo quedaron ¡460 ejemplares salvajes!. Cuando en 1903 el gobierno estadounidense aprobó la protección del bisonte, solo quedaban en Yellowstone 41, germen de la actual manada. Yellowstone, con su declaración como parque en 1872 -en el pico de la masacre de bisontes-, también marcó un precedente para la especie.
Actualmente ver bisontes en Yellowstone es casi una garantía. De hecho, suelen tener querencia por la carretera, formando verdaderos atascos (ellos tienen preferencia). Hay un dicho no escrito que afirma que “quien no ha estado en algún atasco, no ha estado en Yellowstone”. Doy fe.
6. Cascadas y Cañón del río Yellowstone
El agua, como el “fuego” y el hielo, está muy presente en Yellowstone en forma de ríos, arroyos y lagos. El más célebre es por supuesto el río Yellowstone que labra un magistral cañón de casi 40 kilómetros de longitud, con 250-400 metros de profundidad y 460-1.200 metros de anchura. Sus características paredes de color amarillo (calcita) dan nombre al curso de agua más famoso y que confiere el nombre al parque nacional. Los 4 kilómetros del tramo superior del cañón son los más angostos y pueden contemplarse desde una batería de miradores situados en el borde norte y en el borde sur, muy cerca de Village Canyon. Desde ambos recorridos (loops) se obtienen inmejorables panorámicas del cañón y de sus cascadas (altas y bajas). La más famosa es la cascada baja o gran cascada, que se desploma con enorme estruendo desde 93 metros de altura. Si tengo que elegir tres miradores me quedo en la parte norte con el de las cascadas altas y el mirador de la gran cascada para la visión frontal del salto de agua. El mirador Artist Point (en el borde sur) es el más famoso porque desde él pintó Thomas Moran las acuarelas que convencieron al Congreso para la declaración del primer parque nacional del mundo. El destino soñado para muchos. Yo uno de ellos.
Otras cascadas relevantes en el parque son las Gibbon Falls, de 26 metros de altura. Y un punto interesante (y buena zona para observación de oso negro y urogallo) es Calcite Springs y las columnas de lava del cañón del Yellowstone cerca de Roosvelt Tower.
7. Lago Yellowstone
Se trata del lago alpino más grande de Norteamérica. Sus dimensiones son 352 km2 (32 km de longitud y 23 de anchura) y resulta un escenario de lo más fotogénico. Durante buena parte del año permanece congelado, algo que resulta de un gran contraste con las zonas de actividad hidrotermal de sus orillas (West Thumb y Mary Bay). En su periferia se mueven los bisontes, los linces canadienses y vuelan el urogallo y el gran búho gris -dos de las joyas aladas del parque-. En las aguas someras se observan cisnes trompeteros y barnaclas canadienses, entre otras especies de aves acuáticas.
Puedes ver Videos 4k de este reportaje de Yellowstone con momentos increíbles en nuestro canal de Youtube. (Lobos con cachorros, Osos, Grizzly con su cachorro muerto por ataque de un macho, etc.).
Breves Consejos básicos a tener en cuenta:
Época: Mayo-septiembre es la mejor época para la visita. Especialmente mayo-junio, con menor afluencia de visitantes que durante el verano.
Carreteras: durante cualquier viaje a Yellowstone hay que tener un ojo en la previsión meteorológica y otro en el estado de las carreteras, incluso en verano. De noviembre a mediados de abril las carreteras del parque permanecen cerradas. Se pueden visitar ciertas zonas pero solo con vehículos oruga autorizados (camiones y autobuses de nieve).
Pasarelas de madera, senderos e infraestructuras de uso público: excelentes.
Restaurantes y hoteles: Los restaurantes dentro del parque durante el verano están muy concurridos. Lo mejor es comprar algo para picnic de almuerzo en algún supermercado. Los hoteles dentro del parque (y los de las poblaciones situadas junto a las cinco puertas de entrada) se llenan de un año para otro. Imprescindible reservar con mucho tiempo.
Duración de la visita: te recomendamos destinar al menos 4-5 días para recorrer el parque. 8-10 días es idóneo para conocer Yellowstone a fondo (teniendo menor dependencia de la meteorología) y disfrutar con las observaciones de fauna. Si es posible, combina tu viaje con un par de días en Grand Teton, parque nacional con el que linda por la parte sur.
Más información en el Libro del autor del reportaje. «Viaje a Yellowstone».