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7 propuestas de ecoturismo en la Selva de Costa Rica

07/04/2020 Autor: Alfonso Polvorinos
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El Bosque tropical húmedo, la popular selva, es el escenario perfecto para disfrutar de diferentes experiencias ecoturísticas en Costa Rica. Más allá de un mar de árboles, hojas y lianas, acompáñanos en este viaje al corazón verde de la biodiversidad mundial a través de siete propuestas de turismo de naturaleza en “El País del Ecoturismo”. Quetzales, monos, mariposas, ranas de ojos rojos, serpientes, perezosos… y los mejores lugares para verlos.

Bosque Tropical húmedo en Volcán Tenorio.

El Bosque Tropical Húmedo es un conjunto de ecosistemas que ocupan apenas el 7% de la superficie terrestre albergando en cambio más del 50% de las especies de flora y fauna conocidas. Existen diferentes tipos de Bosque Tropical, fundamentalmente en función de la pluviosidad y de la altitud a la que crecen. Bosque Lluvioso, Bosque Nuboso, Bosque Inundable, Manglar, Bosque Seco, Bosque Monzónico, etc.

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Mono aullador macho.
Las orquídeas son uno de los atractivos botánicos de Costa Rica.
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Río Celeste.

En el bosque tropical húmedo la humedad ambiental reinante y las cálidas temperaturas forman el caldo de cultivo perfecto para generar vida a la par que poseen procesos de descomposición y regeneración rápidos y continuos. Se trata de bosques pluriespecíficos dominados por árboles de hoja ancha que llegan a alcanzar una altura entre 30-50 metros. Además de poseer enorme belleza y biodiversidad sin parangón, son el lugar perfecto para practicar turismo de naturaleza. Estas son nuestras siete propuestas ecoturísticas:

Teleférico del Bosque Lluvioso Braulio Carrillo.

Por el dosel del Bosque Lluvioso en Braulio Carrillo

Si no la primera, si fue una de las experiencias ecoturísticas pioneras en el país del ecoturismo. Inaugurada hace 25 años bajo el concepto de aventura que en aquella época envolvía lo que ha ido filtrándose con el paso de los años como observación de naturaleza, el teleférico del bosque tropical en el Parque Nacional Braulio Carrillo supuso un antes y un después en la forma de observar la selva ¿por qué?.

Parque Nacional Braulio Carrillo, en la Cordillera Central.
El Río Sucio a su paso por el Parque Nacional Braulio Carrillo después de nacer en las faldas del Volcán Irazú.

La vida en el bosque húmedo se desarrolla en el tercio superior del bosque, en el dosel. Allí, con mejores condiciones lumínicas, se cocina la biodiversidad del planeta. Proliferan las bromelias, las orquídeas… las plantas epífitas y también los frutos que ejercen de imán alimenticio para tantas y tantas especies de aves. En esta fábrica de agua abundan también los reptiles y especialmente los anfibios, acompañados por mamíferos como el oso hormiguero, el perezoso y, en más abajo, el jaguar, el puma, el tapir, el agutí, el venado, etc.

Víbora Terciopelo en el serprentario.
Mariposa Morpho.

Tuve la fortuna de conocer este teleférico del bosque lluvioso cuando se inauguró y lo he visitado siempre que he podido. A su estela han surgido otras instalaciones parecidas en este país centroamericano (La Fortuna, Monteverde) pero este me sigue pareciendo el más auténtico, el que mejor se adentra en el corazón elevado de la selva. A ritmo pausado, para oír, oler, sentir el bosque. Y lo hace recorriendo las cotas baja, media y alta de la selva. Un privilegio lo de este último escalón: el dosel.

El teleférico abierto permite la visión del dosel de la selva.

Además, la experiencia ecoturística –que va acompañada siempre de la indispensable figura del guía- se complementa con la oportunidad de visitar un orquidiario, un mariposario y un herpetario (serpentario y ranario como aquí los llaman). También un enclave de especial querencia para los colibrís.

Mariposa monarca.
Rana Arlequín, una de las más venenosas.

Ubicado en la Cordillera Central, paso natural entre el Valle Central y el Caribe, el Parque Nacional Braulio Carrillo alberga una de las mejores formaciones de bosque tropical húmedo del país.

7 propuestas de ecoturismo en la Selva de Costa Rica
Quetzal macho en Monteverde.

Quetzales en el Bosque Nuboso de Monteverde

Místico y sagrado a partes iguales, el Quetzal (Pharomachrus mocinno) es el ave más emblemática de las selvas de América Central. Costa Rica es uno de los paraísos para su observación. San Gerardo de Dota, el Parque Nacional Los Quetzales y la Reserva de Monteverde son los mejores lugares para vivir la inolvidable experiencia del avistamiento de la subespecie tica (Pharomachrus mocinno costaricensis).

Bosque Nuboso de Monteverde.

El Bosque Nuboso de Monteverde se encuentra en el podium de la diversidad biológica en un país que ya de por si alberga el 5% de la biodiversidad del planeta. Entre los hábitats boscosos de Monteverde se encuentra el bosque estacional de la vertiente Pacífica (700-1.500 msnm), el bosque lluvioso de la vertiente Caribe (por debajo de los 1.400 msnm) y el bosque nuboso (el predominante y situado por encima de 1.500 msnm).

En busca del Quetzal.

En Monteverde existen además siete de las doce Zonas de Vida presentes en Costa Rica: bosque húmedo tropical transición a premontano, bosque húmedo premontano, bosque muy húmedo premontano, bosque muy húmedo premontano bajo, bosque pluvial montano bajo, bosque pluvial premontano y bosque muy húmedo tropical transición al montano. Es fácil comprender lo obligado de su visita.

Monteverde alberga siete de las doce Zonas de Vida existentes en Costa Rica.
Hembra de quetzal.

El quetzal, este trogón de larga cola y espectacular coloración iridiscente, ha sido por méritos propios protagonista en mi última visita a Monteverde. Era un buen momento del año para intentar avistarlo pero la observación, como es obvio, no siempre está garantizada. Asesorado por mi guía Lucía, fantástica, nos plantamos a primera hora de la mañana en la entrada de la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde. La tarde anterior también estuvimos en la zona para disfrutar del vuelo de los colibrís y conversando con los guías locales, confirmamos que, aunque se estaba observando estos días de enero durante todo el día, la mejor hora era para el quetzal era por la mañana temprano, desde el amanecer hasta las 10,30-11 h. Se trata de aves solitarias, migradoras, que se observan con mayor facilidad durante el periodo de cría (que en Costa Rica va entre marzo-mayo). La abundancia de aguacatillo posibilita no obstante la observación durante buena parte del año o incluso, como en los lugares antes citados, todo el año. La subespecie presente en Costa Rica es ligeramente menor que la subespecie nominal.

Sendero Nuboso, en Monteverde.
Quetzal soportando estoicamente la tormenta.

Aquella mañana fuimos los primeros en llegar, con tiempo para intentar la observación en otros senderos de la reserva mientras el personal terminaba de confirmar que el Sendero Nuboso estaba libre para el tránsito (rutina diaria para descartar por ejemplo la caída de alguna rama durante la noche que corte el sendero). El hábitat idóneo del Quetzal en esta zona se encuentra cerca del comienzo del sendero, en las inmediaciones de la primera plataforma.

Observación de quetzal en Monteverde.
Quetzal y trogones de Monteverde.

Por el camino tuvimos la fortuna de degustar un aperitivo en forma observación de una pareja de la escasa pava negra. No podíamos comenzar mejor. Una vez en la plataforma centramos los esfuerzos en buscar el quetzal. Al reclamo del ave más bella de América Central iban llegando otros guías con sus pequeños grupos de visitantes. Más ojos en la emocionante misión de encontrarlos. Cuando avistamos el primero, un precioso macho, la emoción eclipsó al resto de sensaciones. Magnífico. Es el primer quetzal que aparece en el vídeo que encontraréis a continuación. En los siguientes minutos, salió el sol, diluvió, volvió a lucir el incipiente astro rey, sopló con fuerza el viento que anunciaba más agua… nada importaba; solo disfrutar del momento. Y como premio a la espera, la actividad de los quetzales en su hora de máxima actividad en busca de aguacatillos, su alimento preferido (casi exclusivo) dentro su dieta frugívora, pudimos ver hasta cinco quetzales más. Incluso una preciosa hembra se acercó curiosa a saludarnos. Inolvidable.

Colibrí brillante frentiverde.

Entre Colibrís y Orquídeas en Monteverde

En Monteverde crece probablemente la mayor cantidad de orquídeas de Costa Rica. Y no solo de Costa Rica. Se cree que ¡Monteverde alberga la mayor cantidad de especies de orquídeas del planeta!, con más de 500 especies diferentes (hay 34 especies endémicas de Monteverde y que eran desconocidas para la ciencia). De toda la flora de Monteverde cerca del 10% son endemismos de la cordillera de Tilarán.

Monteverde, con más de 500 especies, es el lugar con más orquídeas del planeta.
Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde.

Y donde proliferan estas flores colgantes, hay un grupo de animales que se ha adaptado a libar su néctar como ningún otro: los colibrís. Solo ellos con su inigualable velocidad de aleteo son capaces de suspenderse en el aire para meter su larguísima lengua en la corola de la orquídea en busca del nectario.

Monteverde cuenta con 34 orquídeas endémicas.
Costa Rica cuenta con 50 especies de colibrís.

Costa Rica cuenta nada menos que con 50 especies de colibrís, sin duda otro de los principales atractivos naturales para el visitante. Hasta hace no mucho casi cada alojamiento en el país tenía su dispensador de alimento para atraer decenas de colibrís en su jardín. Estudios que vinculan este alimento fácil de conseguir para el ave en los dispensadores con la elevada concentración de azúcares en sangre en los colibrís debido a que no consumen energía para invertir tiempo en su búsqueda en el medio natural, han terminado con esta práctica que propiciaba fantásticos avistamientos pero animales enfermos. Contados lugares lo siguen haciendo. Uno de ellos es el Café Colibrí, un clásico junto a la entrada de la Reserva de Monteverde.

Colibrí alas de sable violáceo.

En el vídeo podéis disfrutar de algunas de estas especies (colibrí brillante frentiverde –macho, hembra y juvenil-, colibrí alas de sable violáceo macho, colibrí montañés gorgimorado macho y hembra, etc.) y el atardecer desde Monteverde sobre el Golfo de Nicoya.

Perezoso de tres dedos.

Observación de Perezosos en el Volcán Arenal

El perezoso es otro de esos animales que uno espera ver en Costa Rica. Y no es complicado, pero mejor centrar los esfuerzos de observación en lugares donde los encuentros con perezosos son más asiduos. Uno de los mejores es el Parque Nacional Volcán Arenal. En las faldas del volcán, en el perímetro de los límites del parque y en los alrededores de La Fortuna abundan los árboles de Guarumo (Cecropia peltata), cuyas hojas suponen el alimento preferido de los perezosos. En Costa Rica existen dos especies diferentes de perezosos: perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni) y de tres dedos (Bradypus tridactylus). Además de otras diferencias, la más evidente es el diferente número de dedos en las manos (dos o tres) pues en ambas especies las patas cuentan con tres dedos en los pies. Ambos son eminentemente arborícolas pero si bien el de dos dedos es nocturno, el de tres dedos muestra un comportamiento tanto nocturno como diurno.

Parque Nacional Volcán Arenal.

El vídeo muestra el encuentro con dos hembras de perezoso de tres dedos, ambas en los márgenes de la carretera, donde crecen los guarumos. Y en el segundo de los casos además con una cría. Las imágenes del primer ejemplar permiten observar con gran nitidez las manchas oscuras del rostro (antifaz) y la franja negra dorsal característica de la especie así como el color verdoso del pelaje (debido a las algas). Un pelaje denso y grueso, indispensable para sobrevivir en un ambiente de gran humedad ambiental como el del bosque lluvioso. Viendo cómo se mueve a ritmo pausado por las ramas, es más fácil entender por qué tiene un metabolismo mucho más lento que el resto de mamíferos de similar tamaño.

Perezoso en un guarumo, cuyas hojas son su alimento favorito.

Los márgenes de la carretera entre Braulio Carrillo y La Fortuna presentan zonas con buena densidad de perezosos. Y si bien no resultará complicado la observación de perezosos en libertad (en La Fortuna existen varias empresas de ecoturismo que ofrecen caminatas en busca de este folívoro), en esta localidad al pie del Volcán Arenal existe una finca privada que ofrece tours guiados para observar los perezosos que allí viven. Pero no, no los busquéis en el suelo, mirad en las copas de los árboles, a tierra bajan exclusivamente para defecar y esto solo ocurre una vez a la semana.

Amplexo de Rana de Ojos Rojos.

Caminata Nocturna por el Bosque Lluvioso

Si los bosques tropicales húmedos son el lugar perfecto para practicar turismo de naturaleza de día… mejor aún lo son de noche. Al ponerse el sol la vida surge en la selva, y no a cotas altas, sino a ras de suelo. Es el mejor momento de la jornada para adentrarse en el bosque –siempre acompañado de guía profesional- y comprobar cómo insectos, reptiles, artrópodos, anfibios toman el protagonismo visual y sonoro. Una de las cosas que más sorprende es el sonido nocturno.

Mistico Park es una fenomenal opción para realizar una caminata nocturna por el bosque lluvioso. Se encuentra en el parque nacional Volcán Arenal. Alrededor de un par de horas recorriendo esta magnífica representación de bosque lluvioso, repleta de vida, caminando con el aliciente de los puentes colgantes, túneles y los nervios a flor de piel ante lo que nos podamos encontrar. Disfrutad de la experiencia a la luz de la linterna…

Caminata nocturna en Mistico park.
Bocaracá descansando y haciendo una buena digestión.

Más arriba de la cascada, y por sendero más embarrado, aguardan otros tramos de río de especial belleza como son borbollones, laguna azul o los teñideros. Desde la entrada 2,5 kilómetros ida hasta los teñideros. El calor será un handicap pero para ver el color en su máximo esplendor, te recomendamos realizar el paseo cuando el sol está en el cenit y siempre y cuando no haya llovido recientemente. Infórmate de esto último en la puerta de acceso pues tras lluvias fuertes no será posible disfrutar del celeste hasta al menos un par de días después. La caminata al río Celeste es un aliciente más, sobresaliente sin duda pero uno más. En la caminata hasta este idílico rincón no te pierdas la profusión de helechos arborescentes, orquídeas y bromelias que envuelven el paseo por la falda del Volcán Tenorio. Hogar de jaguares, pumas y tapires. Es uno de los parques de más reciente creación (1995) y se trata de un volcán en activo, cuyas emisiones de azufre al mezclarse con el carbonato cálcico confieren tan singular coloración al río.

Rana de hoja de ojos rojos, uno de los símbolos ticos.

En el video podéis ver también el encuentro con mono aullador, mono araña, y otras especies antes de que la noche se apodere de todo y cobren protagonismo otras especies, entre ellas otra de las más buscadas en Costa Rica, la Rana de hoja de ojos rojos (Agalychnis callidryas)¡qué belleza! Y encima con la fortuna de contemplar un amplexo en el que se puede apreciar el gran dimorfismo de la especie. Que disfrutéis del video.

Cascada del Río Celeste.

Cascada Río Celeste

Una propuesta diferente, única, casi extraterrestre, es la visita al Río Celeste. Este río de color turquesa es la mayor atracción natural del Parque Nacional Volcán Tenorio. Cuenta la leyenda que Dios, después de crear el cielo, limpió sus pinceles en este río… Cierta o no, lo que sí es seguro es que supone una de las experiencias ecoturísticas más sobresalientes del país. Llegar hasta el mirador de la cascada es sencillo, apenas 40 minutos de cómodo paseo desde Puesto Pilón (entrada al parque) por un bosque lluvioso bien conservado en el que es posible toparse con una abundante avifauna, anfibios y reptiles como ameivas, lagartijas o serpientes. Un buen número de mariposas amenizará tu paseo. Con algo más de fortuna, la víbora terciopelo que puedes encontrar en el vídeo.

El paseo hasta Río Celeste es un magnífico enclave para birdwatching.
Sendero a la catarata río Celeste.
Hembra de mono aullador son su cría.

Monos en el Bosque Nuboso Santa Elena

Probablemente los mamíferos que más se asocian a la imagen de una selva sean los primates. Y como no podía ser de otra forma en este país, los monos se encargarán de amenizar nuestro paseo por el corazón de la selva tropical. En Costa Rica existen 4 especies de monos: mono aullador, mono araña, mono cariblanca y el mono tití.

El más abundante y extendido por todo el país es el mono aullador (Alouatta palliata). Su observación está casi asegurada en cualquier paseo. De tamaño mediano, es el mayor de los primates costarricenses y a buen seguro llamará la atención por el poderío vocal, pues emite un sonido gutural de enorme potencia.  Este fuerte aullido, uno de los más potentes de los monos del Nuevo Mundo, es emitido por los machos ante alguna amenaza pero generalmente para advertir a otros machos rivales de su presencia. El aullido es contestado por gritos de las hembras y crías de su manada.

Puentes colgantes de Sky Walk, en el Bosque Nuboso Santa Elena.

El mono araña (Ateles sp.) no es tan corpulento como el aullador. Y es también más discreto. No será tan frecuente encontrarlo, si bien el Parque Nacional Volcán Arenal, la Reserva del Bosque Nuboso Monteverde y  la Reserva del Bosque Nuboso Santa Elena, son algunos de los mejores enclaves para su observación.

Se trata de un mono de tamaño mediano-grande pero de figura muy esbelta y delgada. Más liviano que el aullador. Se caracteriza principalmente por su larga cola prensil, que usan como una quinta extremidad. Con una dieta no tan folívora y algo más variada que el aullador (hojas, frutos, madera, semillas, etc.), es la especie  de mono en Costa Rica más ligada al bosque tropical húmedo.

El bosque tropical lluvioso está dominado por árboles de gran porte y hoja ancha.

El mono carablanca, cariblanco o capuchino (Cebus imitator) es un mono de menor tamaño que los dos anteriores y se caracteriza por el color blanco de la cara, cuello y la parte anterior de los brazos. Es omnívoro y un gran dispersor de polen y semillas. Está presente en una mayor cantidad de hábitats pero el Bosque Nuboso de Santa Elena es un magnífico lugar para poder observarlo, especialmente desde los espectaculares puentes colgantes. Es uno de los principales atractivos de Costa Rica y tiene una importante labor en la selva: además de como polinizador y dispersor de semillas –cuya germinación acelera al pasar por su tracto digestivo- se alimenta de insectos que llegan a suponer plaga en diferentes especies arbóreas.

Mono carablanca.

Ninguna de estas tres especies son monos solitarios, así que si tienes la fortuna de encontrar alguno en tu visita a Santa Elena, fíjate bien que seguro hay más… El que no verás tan fácil a menos que vayas a ciertos bosques bajos del Pacífico será el mono tití (Saimiri oerstedii). El pequeño tití o mono ardilla restringe su presencia al bosque secundario de la costa pacífica, en cotas inferiores a los 500 metros de altitud. Más escaso que las otras tres especies de monos  en Costa Rica, el Parque Nacional Manuel Antonio es un buen lugar para observarlo.

Disfruta del paseo por los Puentes Colgantes de Santa Elena, en Monteverde en busca de los monos. Dentro Vídeo ¡!

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