Internacional

El Cabo Sudafricano (y II). Fauna sorprendente

03/10/2017 Autor: Alfonso Polvorinos / El Ecoturista
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Situación

El Cabo. Sudáfrica

Accesos

Desde Ciudad de Cabo al Cabo de Buena Esperanza, alrededor de 1 hora. Desde la ciudad a Hermanus 1,30 h. por la autopista. Si no hay prisa lo más espectacular es ir por la carretera de la costa.

Highlights

Tiburón Blanco en Gansbaai, Ballenas Francas en Hermanus, Pingüinos africanos en Simon’s Town y focas del Cabo en Houte Bay.

Cuando

En el invierno austral el Cabo registra grandes tormentas. La mejor época es desde septiembre a junio. Las salidas para ver tiburones blancos se realizan todos los días siempre que el mar lo permita. Las ballenas están entre julio y noviembre.

Consejos

Aunque es fácil moverse en coche de alquiler. Buenas carreteras y buena señalización, lo más cómo es realizar la visita en excursiones programadas. Las agencias de viaje y de safari locales se encargan también de las reservas para bucear con los tiburones. La actividad de los tiburones se puede realizar en el día desde Ciudad del Cabo (saliendo a las 00.05 h. de la madrugada y regresando a la hora de comer.)

Resulta muy recomendable llevar calzado de montaña (tipo bota o zapatilla de trekking) para caminar por cualquiera de los senderos comentados en El Cabo.

El sendero del acantilado en Hermanus es llano y bien señalizado. La actividad de buceo con tiburones es fácil, sólo depende del valor de cada persona.

La actividad de buceo con tiburones permite hacer fotografías bajo el agua. Para las ballenas un teleobjetivo de 300 mm. siempre es muy útil, aunque suelen verse bien cerca de la costa.

Importante: La actividad de buceo con tiburones se puede realizar a partir de 14 años.

 

Para realizar este reportaje la agencia de viajes especializada empleada es Ecowildlife Travel y la logística en Sudáfrica a través de Kobo Safaris.

Al hilo de la primera parte del completo reportaje sobre El Cabo Sudafricano, dedicado como no podía ser menos a los extraordinarios valores botánicos de esta región, la fauna merece también por méritos propios una mención especial. En pocos lugares del mundo se pueden contemplar a un paso de una gran urbe, desde focas hasta pingüinos pasando por ballenas o el gran tiburón blanco… imposible superarlo!!

Autor: Alfonso Polvorinos

 

Y esa gran urbe es Ciudad del Cabo, lugar habitual de partida de la mayoría de los visitantes que se dirigen al Cabo de Buena Esperanza atraídos por sus paisajes y fauna. De camino al Cabo una de las excursiones más interesantes es la que lleva hasta la isla de las Focas (isla Duiker), en Hout Bay. Nuestra primera parada faunística. Desde el muelle un barco realiza varias salidas diarias hasta la cercana isla rocosa en la que habita una nutrida colonia de focas de El Cabo. Cientos de focas nadan alrededor de las rocas y toman el sol en este rincón exterior de la bahía, bajo la siempre atenta vigilancia de los tiburones blancos que saben que si alguna de ellas se aventura al exterior de la rompiente, donde la profundidad es mayor, el banquete está asegurado para el gran blanco. En ocasiones, con marea alta, los escualos pueden llegar a aproximarse a estas rocas emergidas.

Colonia de focas de El Cabo en Houte Bay

El sur de la península encierra el lugar más famoso del extremo de África: el Cabo de Buena Esperanza. También Simon’s Town y la colonia de pingüinos africanos de la playa Boulders. En una excursión habitual en las agencias de viaje locales, se incluye  por la mañana la “isla de las Focas” antes de visitar el Cabo y por la tarde se visita a los pingüinos de Simon’s Town.

La «isla de las Focas»

Pingüinos de Simon’s Town

 

En Simon’s Town el principal atractivo natural es la colonia de pingüinos africanos que cría entre los bloques de granito y la blanca arena de la playa Boulders. Las poblaciones del pingüino africano, Jackass o pingüinos del Cabo (Spheniscus demersus) viven en el sur del continente.

Playa Boulders

Las tres principales colonias viven en islas: St. Croix (cerca de Port Elisabeth) con 50.000 individuos en 2005, la isla Dassen cerca de Yzerfontein (30.000) y la isla Dyer, cerca de Ganbsaai con unos 20.000 pingüinos. La de Boulders es la mayor colonia continental de pingüinos africanos, también conocidos como pingüinos burro por la similitud de su sonido con el rebuzno de los asnos.

A Simon’s Town llegó una pareja en 1983 que sacó adelante una puesta un par de años después. Año a año, con un ritmo de crecimiento anual del 60%, la colonia fue creciendo hasta las casi 4.000 aves censadas en 2005. Actualmente la población ha ido declinando hasta los 2.100 pájaros (2011). Algo que no extraña dentro de la evolución de poblaciones de esta especie que en 1956 hablaba de 150.000 parejas reproductoras censadas en el mundo y que en 2009 cifra la población mundial en solo 26.000 parejas.

 

Para conocerlos, en la playa se ha colocado un pequeño pero interesante centro de interpretación y se ha habilitado un cómodo sistema de pasarelas de madera para abrirse camino entre los nidos y conducir a los visitantes a la playa en la que viven estos simpáticos animales. La Realidad Virtual, es otra forma de “estar” entre los pingüinos. Compruébalo en este video 360º con VR (Realidad Virtual).

Es también una excursión idónea para combinar con una visita con False Bay para ver tiburones bancos o a Hermanus para contemplar las ballenas francas.

 

Bahía Walker, Cetáceos y Tiburones.

En el Cabo Meridional el destino más impresionante, en mi opinión, es la bahía Walker. Hermanus, conocida como la capital de las ballenas, es su población de referencia y muy cerca, Gansbaai se ha convertido en la meca mundial para la observación del Gran Tiburón blanco. Dos experiencias fascinantes e inolvidables.

 

Hermanus y las ballenas

A 1 hora y 30 minutos de Ciudad del Cabo se encuentra Hermanus, un pueblo pequeño, tranquilo, de casas bajas y zonas residenciales, que se ha convertido en uno de los enclaves ecoturísticos más importantes del mundo para el whale watching.

 

No sólo por la cantidad de especies de cetáceos marinos que es posible observar, sino sobre todo por la proximidad con la que se realizan los avistamientos. En ningún otro lugar del planeta se observan tantas ballenas desde tierra a tan corta distancia. La línea de costa de la localidad y sus aguas templadas y poco profundas, ofrecen seguridad en época de cría a la ballena franca austral (Eubalaena australis), un gigante de 17 metros de longitud, que llega procedente de la Antártida entre los meses de julio y noviembre. Su nombre en inglés (Southern Right Whale) responde a la identificación de esta especie en los años de caza ballenera como la especie “correcta” para arponear pues una vez muerta flotaba en lugar de hundirse como otras especies, pudiendo obtener con éxito su grasa rica en aceite, sus barbas para la elaboración de ropas y útiles, etc.

 

Ballena Franca austral

En las aguas de Sudáfrica nadan 37 especies de cetáceos y 100 especies de tiburones. La ballena franca y el tiburón blanco son las estrellas a las que acompañan ballenas jorobadas, orcas, ballenas azules, delfines mulares, delfines comunes, delfines de Heaviside, tiburones toro, tiburones ballena, tiburones tigre, etc.

 

Las aguas costeras son un santuario para las ballenas francas, que nadan aquí sin el asedio de los depredadores y sin la presencia de barcos, que tienen prohibida la entrada a esta zona de la Reserva Fernkloof. Las empresas que ofrecen salidas en barco para observación de los cetáceos (whale watching) han de hacerlo en alta mar. Algo lógico si no fuera porque Hermanus es famoso porque las ballenas francas las puedes observar ¡desde tierra! A lo largo de la costa existe el “Sendero del Acantilado”, que recorre los diferentes puestos de observación terrestre de las ballenas. En los meses de septiembre y octubre, éstas pueden observarse a apenas 10 metros de la costa. ¡Impresionante!. Uno de los mejores emplazamientos es junto al puerto viejo, en el mismo corazón del pueblo. No obstante el “pregonero de ballenas” (whale crier) se pasea a diario por la localidad haciendo sonar su cuerno de algas para llamar a las ballenas e informa en un cartel de los mejores puestos del día para observarlas.

 

Sentarse en la costa y disfrutar con los movimientos habituales de estos enormes cetáceos es una experiencia inolvidable. Aunque lo más frecuente es observar el “soplido” en V de la ballena, formado por la condensación del agua al expulsarla de sus pulmones hasta 3,5 metros de altura, o bien cómo asoma ligeramente su cabeza cubierta de callosidades, en otras ocasiones asomando la cabeza del agua en vertical mediante el movimiento conocido como “asomo espía”, sacan la cola o la aleta pectoral, e incluso saltan (no completamente como las ballenas jorobadas y delfines) emergiendo medio cuerpo hasta las aletas pectorales.

Senda del Acantilado en Hermanus
En Hermanus se pueden ver las ballenas desde tierra con facilidad

Gansbaai, al encuentro del Gran Blanco

A 30 minutos de Hermanus, el pequeño pueblo costero de Gansbaai se ha convertido en la capital del tiburón blanco. Varias empresas atienden la creciente demanda de los visitantes que quieren tener un encuentro cara a cara con el Gran Blanco.

En invierno la visibilidad no es muy buena

Existen excursiones que navegan para observar a los tiburones en superficie, pero la experiencia más solicitada consiste en meterse en una jaula y sumergirse frente al más temido de los escualos. ¿En qué consiste? Tras un desayuno de bienvenida y un briefing sobre la actividad (no es necesaria experiencia previa ni título de buceo. Se facilita el equipo necesario), se navega durante unos 15 minutos hasta las inmediaciones de la isla Dyer antes de echar el ancla y el cebo que atrae a los tiburones. No tardan en aparecer los primeros individuos. Desde la borda de la embarcación observar a estos robustos condrictios de 6-7 metros de longitud es algo difícil de olvidar, pero sumergirse en una jaula junto a ellos, deja sin palabras a cualquier visitante.

El Gran Blanco frente a la jaula

La isla Geyser, donde habita una nutrida colonia de focas de El Cabo, garantiza la presencia de una alta densidad de tiburones en la bahía. Probablemente la mayor densidad de tiburón blanco del planeta. Existen excursiones que se acercan a la isla para fotografiar, con suerte, cómo los tiburones se alimentan de las focas, su presa favorita. Un gran colofón a la experiencia con el Gran Blanco. Otros grandes escualos presentes en la conocida como “Bahía de los Tiburones” son el tigre, el toro, el mako o el azul.

Como veis una propuesta de observación de fauna conjunta que no hemos dudado en calificar como destino Top mundial para el wildwatching.

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Frente a la isla Duiker

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