Los mejores miradores del Xurés

Frágil contundencia. Dicho así suena algo contradictorio, sí. Estas palabras son puro contraste, antónimos, pero es que el Xurés es puro contraste gracias a una diversidad paisajística modelada por la huella glaciar, su geología granítica y características hidrotermales, sus bosques y también por la presencia del hombre en la zona. De esto último hace ya 4.000 años… Te proponemos este recorrido de ecotouring para descubrir los bellos paisajes de la parte gallega de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés.

Contundencia, la del granito, que imprime al paisaje un indudable sello de fortaleza, de rotundidad. Y por otro lado la fragilidad de un medio natural que en el Xurés es afortunado por poseer recursos singulares. Aquí se dan la mano las influencias atlánticas, continentales y mediterráneas dando como resultado un microclima especial responsable de la acumulación de joyas botánicas y faunísticas. Pero hasta el duro granito es frágil. Basta con ver las curiosas formaciones que salpican el paisaje aquí y allá. Como un bloque de hielo después de pasar por una picadora. Pero aquí el hielo picado es pétreo y cada una de esas rocas adquiere caprichosas formas. Son los característicos bolos. Las partes más altas de la Reserva, entre los 1.000-1.500 metros de altitud, son un envidiable escenario granítico con bolos y formaciones arquitectónicas rocosas que alcanzan equilibrios que harían replantearse la teoría de la Gravedad al mismísimo Newton.

Estas montañas cuentan con un carnet de identidad expedido hace alrededor de 300 millones de años, durante distintas fases de la orogenia Varisca y de su lejano pasado glaciar son testigos actuales la morrena terminal de Torneiros (vertiente sur de la Serra do Xurés) y las morrenas laterales del valle del río Vilameá. Aunque cueste imaginarlo, hace al menos 30.000-20.000 años, durante de la Glaciación Würm -aunque probablemente en la zona afectaron periodos glaciares anteriores-, aquí yacía un casquete de hielo de varios centenares de metros de espesor y de 60 kilómetros cuadrados de superficie.

En el Xurés se pasa de la aridez de la roca desnuda, pulida, al frescor y sosiego del fondo del valle, donde la presencia del río Limia -eje vertebral de esta depresión-, y sus múltiples tributarios, se dejan sentir en regatos que fluyen libres ladera abajo y también en los diferentes embalses que jalonan el valle del Limia. Y nada mejor que un bello recorrido de ecotouring local para acompañar a esos cambios de paisaje, para llevarse en la retina las diferentes postales de este rincón de la provincia de Ourense. Hemos seleccionado algunos de los mejores miradores de la parte gallega de esta reserva de la biosfera. En el 50 aniversario del programa MaB de la UNESCO, en los primeros 50 años de vida de la Reservas de la Biosfera, serán muchas más de 50 las imágenes imborrables que te llevarás a casa.

Mirador del Xurés (WP.1)

Este amplio mirador ubicado a las afueras de Bande debe abrir la lista por encontrarse en las puertas de entrada a la reserva de la biosfera. Ofrece un panorama amplio sobre el valle del Limia, dominado en primer término por el río protagonista y el embalse das Conchas y culminado por los picos más afilados de estas montañas, los de Fontefría y Nivosa. Entremedias, una densa masa forestal en la que crecen carballos y castaños fundamentalmente pero también alcornoques y otras especies.

Mirador embalse das Conchas (WP.2)

Continuando por la OU-540 se bordea el embalse das Conchas y nada más pasar la presa se toma el desvío hacia Muiños. Vamos a recorrer la parte oriental de la Reserva.

El mirador se encuentra junto a la carretera que lleva desde Mugueimes hacia Maus de Salas y ofrece una amplia panorámica de 180º desde la orilla izquierda natural del río. En la orilla contraria se puede observar As Forcadas, Santa Comba, Vilariño, Mexide, O Pazo y Porto Quintela, incluso una perspectiva lejana y diferente sobre el campamento militar romano Aquis Querquennis.

Mirador de Requiás (WP.3)

Desde el anterior mirador continuamos por la carretera hacia Maus de Salas y tomamos como referencia los carteles de dolmen. Siguiendo la sinuosa carretera nos adentramos pronto en el Val de Salas, dominado por el embalse de Salas y las cumbres que lo enmarcan. El dolmen de Casiña da Moura es la primera de las construcciones megalíticas de hace 4.000 años que nos encontramos en la conocida como Ruta Megalítica de Val do Salas (valle de Salas). El dolmen se encuentra en un extremo de la presa. Cruzamos la presa con el vehículo para llegar hasta el dolmen Casola do Foxo (otra joyita megalítica) junto al Foxo do Lobo y continuar por la carretera hacia Requiás. Antes de entrar al pueblo se localiza el mirador de Requiás.

Mirador Santuario Nuestra Señora del Xurés (WP.4)

Este santuario responde a lo que se espera de estos edificios eclesiásticos: un emplazamiento espectacular. Y lo tiene. Además de un interés botánico, geológico y de anfibios como puedes ver en el reportaje sobre este lugar en la reserva, las panorámicas del valle son envidiables.

Mirador del Carballón (WP.5)

Podemos terminar de bordear por completo el embalse de Salas y pasar por Maus de Salas para regresar a la OU-540 en el punto donde nos desviamos hacia Muiños viniendo desde el mirador del Xurés. Dicho de otra forma, nos dirigimos hacia la villa termal de Lobios y la frontera portuguesa.

Os Baños de Riocaldo, a unos 5 kilómetros de Lobios, es célebre por sus manantiales termales. La carretera se continúa hacia Portugal pasando por Torneiros y nada más salir de este pueblo nos encontramos con el mirador del Carballón. Lo más destacado es la visión frontal de la impresionante cascada Corga da Fecha.

Mirador Portela do Homem (WP.6)

Siguiendo la carretera desde el mirador do Carballón hacia Portugal llegamos al collado que sirve de frontera. Es la Portela do Homem. No es un mirador acondicionado como tal, pero las panorámicas y sobre todo la subida por la carretera bien merecen la pena. El lado portugués forma parte del parque nacional Peneda-Gerês.

Mirador Olelas (WP.7)

En la parte occidental de la parte española de la reserva de la biosfera, en las agrestes montañas rocosas de Entrimo se localiza esta aldea de emplazamiento privilegiado. Una sinuosa carretera, deliciosa para una relajada conducción, conduce desde Entrimo hasta Olelas. Unos 4 kilómetros antes de llegar se localiza este espléndido mirador. Su altitud permite una generosa visión sobre buena parte del valle del Limia. Imprescindible. También posibilita el contacto con la vaca cacheira, una raza autóctona que encuentra en estos parajes los pastos que necesita.

Hay un segundo mirador de Olelas junto al pueblo (WP.8). Nada más llegar a las primeras casas de la aldea una carretera desciende hacia el río Laboreiro, que sirve de nuevo de frontera con Portugal, en esta ocasión con la zona de Peneda. La primera curva cerrada de esta carretera es en realidad el propio mirador. No está acondicionado pero las panorámicas harán detenerte para contemplarlas.

Lista de paradas (Way Points) en los Mejores Miradores del Xurés:

WP.1: Lat. 42,0064962º Long. -7,9645297º

WP.2: Lat. 41,9534181º Long. -7,9712044º

WP.3: Lat. 41,9062053º Long. -7,9391692º

WP.4: Lat 41,8666821º Long. -8,0937427º

WP.5: Lat. 41,8488947º Long. -8,1146475º

WP.6: Lat. 41,8106175º Long. -8,1309122º

WP.7: Lat. 41,8938934º Long. -8,179488º

WP.8: Lat. 41,9053156º Long. -8,20861º